Comisión Europea: Barroso logró aprobación para su equipo

Con 449 votos sobre 680, poco menos de dos tercios, el Parlamento Europeo aprobó el próximo “poder ejecutivo”. La calidad del grupo es muy inferior al que reemplaza y José Manoel Durão Barroso no tiene el prestigio de Romano Prodi.

19 noviembre, 2004

Por el contrario, la nueva CE y su presidente empiezan con deterioro político, resultado de un precandidato bochado (Rocco Buttiglione, un católico ultramontano dado a opiniones impresentables). Además, pesa la insistencia de Barroso en mantener a la holandesa Neelie Kroes –gestora de intereses empresarios, inclusive ajenos a la Unión Europea- como comisionada de Competencia, justamente.

Entretanto, el futuro dista de ser claro. Aunque el poder legislativo haya aceptado una CE tan discutible, falta que los miembrosa de la UE aprueben la compleja constitución “firmada” –en apenas un gesto- por los veinticinco gobiernos. En países como Gran Bretaña o Francia, habrá plebiscitos cuyo resultado se anticipa como negativo.

En el segundo caso, Jacques Chirac (una copia insubstancial de De Gaulle) también quiere someter a referendo el ingreso de Turquía. Pero la propia CE debe resolver, ya el 17 de diciembre, el cronograma de negociaciones con ese país, Rumania y Bulgaria. Semejante seguidilla de problemas pondrá en incómoda posición a Barroso y encontrará una CE con escaso “management” político.

Por el contrario, la nueva CE y su presidente empiezan con deterioro político, resultado de un precandidato bochado (Rocco Buttiglione, un católico ultramontano dado a opiniones impresentables). Además, pesa la insistencia de Barroso en mantener a la holandesa Neelie Kroes –gestora de intereses empresarios, inclusive ajenos a la Unión Europea- como comisionada de Competencia, justamente.

Entretanto, el futuro dista de ser claro. Aunque el poder legislativo haya aceptado una CE tan discutible, falta que los miembrosa de la UE aprueben la compleja constitución “firmada” –en apenas un gesto- por los veinticinco gobiernos. En países como Gran Bretaña o Francia, habrá plebiscitos cuyo resultado se anticipa como negativo.

En el segundo caso, Jacques Chirac (una copia insubstancial de De Gaulle) también quiere someter a referendo el ingreso de Turquía. Pero la propia CE debe resolver, ya el 17 de diciembre, el cronograma de negociaciones con ese país, Rumania y Bulgaria. Semejante seguidilla de problemas pondrá en incómoda posición a Barroso y encontrará una CE con escaso “management” político.

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