“La inversión crece en forma desmedida, junto con el crédito. En tanto, el exceso de liquidez determina desequilibrios en el intercambio y los pagos externos”, explicó la segunda autoridad en Beijing. “No hemos resuelto adecuadamente problemas de eficiencia energética, uso de combustibles fósiles y protección ambiental”.
En un lenguaje poco empleado, las expresiones de Wen subrayan las preocupaciones oficiales. Por ejemplo, en lo atinente a la proliferación de fábricas que contaminan y exponen a la mayor economía del mundo (en producto bruto interno) a vaivenes de demanda. Un superávit comercial récord en 2006, US$ 177.500 millones, ha atiborrado el sistema de efectivo y eso le dificulta al gobierno la tarea de enfriar la inversión y el crédito bancario.
Datos difundidos hace pocos días detectan aceleramiento en materia de inflación, masa monetaria (M2: efectivo, depósitos a la vista y a plazos fijos) y producción industrial. Según señala Zhou Xiaochüan, presidente del banco central, la entidad sigue de cerca lo síntomas inflacionarios. Al respecto, no descartan nuevas alzas de interés y otras restricciones al crédito.
En otro plano, Wen sostuvo que la conformación de una agencia inversora para canalizar parte de US$ 1,07 billón en reservas “no perjudicará la cotización de títulos norteamericanos”. La entidad, anunciada por el ministro de Hacienda (Jin Renqing) el día 9, hace temer a los especuladores que las consiguientes ventas de activos en dólares pueden deprimir sus precios. Según cifras de enero, China posee US$ 353.600 millones en papeles de deuda estadounidenses y está segunda, luego de Japón. En cuanto al futuro fondo inversor, empezará con US$ 200.000 millones.
“La inversión crece en forma desmedida, junto con el crédito. En tanto, el exceso de liquidez determina desequilibrios en el intercambio y los pagos externos”, explicó la segunda autoridad en Beijing. “No hemos resuelto adecuadamente problemas de eficiencia energética, uso de combustibles fósiles y protección ambiental”.
En un lenguaje poco empleado, las expresiones de Wen subrayan las preocupaciones oficiales. Por ejemplo, en lo atinente a la proliferación de fábricas que contaminan y exponen a la mayor economía del mundo (en producto bruto interno) a vaivenes de demanda. Un superávit comercial récord en 2006, US$ 177.500 millones, ha atiborrado el sistema de efectivo y eso le dificulta al gobierno la tarea de enfriar la inversión y el crédito bancario.
Datos difundidos hace pocos días detectan aceleramiento en materia de inflación, masa monetaria (M2: efectivo, depósitos a la vista y a plazos fijos) y producción industrial. Según señala Zhou Xiaochüan, presidente del banco central, la entidad sigue de cerca lo síntomas inflacionarios. Al respecto, no descartan nuevas alzas de interés y otras restricciones al crédito.
En otro plano, Wen sostuvo que la conformación de una agencia inversora para canalizar parte de US$ 1,07 billón en reservas “no perjudicará la cotización de títulos norteamericanos”. La entidad, anunciada por el ministro de Hacienda (Jin Renqing) el día 9, hace temer a los especuladores que las consiguientes ventas de activos en dólares pueden deprimir sus precios. Según cifras de enero, China posee US$ 353.600 millones en papeles de deuda estadounidenses y está segunda, luego de Japón. En cuanto al futuro fondo inversor, empezará con US$ 200.000 millones.