miércoles, 11 de diciembre de 2024

China e India: ¿disputas por influencias en mar y tierra?

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Para Bharat Verma, un halcón, “la guerra será inevitable en corto plazo”. Pata Chen Xiaochen, economista, “la prosperidad y los vecinos diluirán sueños bélicos en la región”. No obstante, ambos estados extienden redes estratégicas y compran armas.

<p>Verma edita la revista india de defensa (IDR en ingl&eacute;s) y es disc&iacute;pulo de George Friedman (Strategic forescasting). Militar retirado, el indio influye muchos tanto entre altos funcionarios como en pol&iacute;ticos y medios del subcontinente.<br />
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A su criterio, &ldquo;la recesi&oacute;n occidental amenaza las exportaciones chinas y genera malestar social en el gigante&rdquo;. Yendo quiz&aacute; demasiado lejos, este halc&oacute;n teme que &ldquo;el r&eacute;gimen comunista pierda el control territorial en los bolsones &eacute;tnicos de Tibet, Qinghai y Xingjiang. Esa combinaci&oacute;n de hechos puede llevar a una guerra entre China e India&rdquo;.<br />
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Desempleo y fuga de capitales, m&aacute;s la creciente inoperancia de Pakist&aacute;n como t&iacute;tere de Beijing &ndash;imagina Verma, mostrando la pata de la sota-, har&aacute;n que ambos rivales choquen abiertamente. &ldquo;Los chinos est&aacute;n nerviosos porque Islamabad se compromete cada d&iacute;a m&aacute;s en la guerra afgana, aventura de Estados Unidos y sus aliados europeos. Un zarpazo a India ser&aacute; inevitable&rdquo;.<br />
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Por el contrario, Chen (en <em>ChinaStakes</em>, un bolet&iacute;n econ&oacute;mico en l&iacute;nea) replica.&ldquo;Las tesis de Verma &ndash;afirma- son fantasiosas y arbitrarias. No existen posibilidades de ataque chino a su pa&iacute;s, porque ambas econom&iacute;as funcionan bien y prosperan, pese a ciertos factores geopol&iacute;ticos. Por otra parte, Beijing no tiene, como Europa o &Aacute;frica, una historia de guerras desencadenadas para distraer la opini&oacute;n p&uacute;blica&rdquo;.</p>
<p>Existe no obstante un antecedente menor: la cu&ntilde;a de Sosa, &aacute;rea septentrional india ocupada en 1956 por China para asegurarse el control de Tibet. Mientras tanto, la tesis b&eacute;lica de la IDR es esgrimida por Hindustan Times, al revelar que el ej&eacute;rcito indio realiza maniobras secretas (operaci&oacute;n &ldquo;matriz divina&rdquo;). Su intenci&oacute;n: prevenir una invasi&oacute;n chinopakistan&iacute; en Cachemira. Sin embargo, los intereses de Delhi y Beijing parecen m&aacute;s bien mar&iacute;timos.<br />
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Empezando por el extremo oeste, en Gwadar, puerto pakistan&iacute; sobre el golfo de Om&aacute;n, los chinos financian instalaciones a 350 kil&oacute;metros del estrecho de Ormuz, puerta del golfo P&eacute;rsico. Su idea es completar una ruta comercial que, partiendo de Hainan &ndash;golfo de Tonkin-, pase por los estrechos de Malaca, toque Sittwa (Birmania), Chittagong (Bangladesh) y Hambantota, Ceil&aacute;n. Sittwa es el terminal adonde llegar&aacute;n los crudos de K&uuml;nming, China meridional. Se trata, pues, de un juego de cartas econ&oacute;micas, no militares, pese a los halcones indios.</p>
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