<p>Disprosio, terbio y neodimio son nombres exóticos, pero con vasto potencial como insumos de industrias asociadas a tecnologías de punta. Especialmente, en la industria automotriz. No sólo existen en China, sino también en Australia, en este caso todo un continente.<br />
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Años atrás, el entonces jefe de gobierno, Deng Xiaoping, ya observaba: “Levante tiene hidrocarburos, pero nosotros poseemos elementos de tierras raras”. Hoy este factor de poder empieza a influir en el mundo. Por de pronto, limitar la producción y exportación de esos insumos –más críticos que el cobre, por ejemplo- integran un plan del ministerio de industria y tecnología.<br />
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Su objeto consiste en cubrir necesidades propias y, de paso, presionar a empresas extranjeras para producir en China bienes con alto valor agregado local, si quieren acceder a esas rarezas insustituibles. Desde 2005, Beijing viene limitando las exportaciones de tierras raras y, en 2009, se tocó piso. Al respecto, hace cuatro meses el gobierno aseguró a Occidente y Japón que no vedaría totalmente las venta de disprosio, neodimio y tebio, claves en sectores tecnológicamente intensivos.<br />
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Parte de las restricciones no obedece a razones económicas, sino a los malos efectos ambientales de las propias minas. Sin embargo, Beijing no llega al extremo de Moscú, que acaba de autorizar el uso del lago Baikal para volcar desechos contaminantes. Los negocios de Olyeg Dyeripaska, un socio oculto de Vladyímir Putin, amenazan aguas siberianas declaradas patrimonio de la humanidad por la ONU. Respecto de minerales raros, su extracción también puede ser peligrosa en áreas de Australia o Brasil.<br />
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Hasta el último trimestre de 2008, parecía que el control chino podría ceder por un motivo exterior. Dos minas en el noroeste australiano iban a abrirse con un volumen conjunto de disprosio equivalente a 25% del total global. Pero la crisis occidental impidió que Lynas Corp y Arafura Resources colocaran acciones o bonos para financiar ambos proyectos.<br />
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Velozmente, el estado chino compró 51,7% de Lynas y 25% de Arafura. Obtenido el visto bueno de Canberra, la nueva sociedad mixta se presentará ante los accionistas de ambas firmas, en septiembre. Mientras tanto, una sola mina en Baotao, Mongolia interior, explota la mitad de los minerales raros detectados en el planeta, sobre todo disprosio. Gran parte del resto, particularmente neodimio para turbinas eólicas y autos eléctricos o híbridos (entre ellos el Prius de Toyota, recién llegado a la Argentina), procede de pequeñas explotaciones “ilegales” en el sudoeste chino. <br />
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China apuesta a minerales raros, casi desconocidos
Beijing aumenta el control sobre cateo, exploración y explotación de los llamados elementos de tierras raras. Vale decir, minerales crecientemente valiosos. De ellos, 93 a 98% se encuentra en lugares muy remotos del gigante oriental.