Carrió: las democracias son las mejores aliadas

La economía internacional y los desafíos para el desarrollo fueron los ejes temáticos de la segunda jornada del Congreso Económico Argentino (CEA), que organizó Invecq Consulting. Elisa Carrió instó a los candidatos presidenciales a hablar de política exterior.

19 marzo, 2015

Antes del inicio del primer panel integrado por reconocidos economistas que analizaron los nuevos paradigmas de la economía mundial y los desafíos para el desarrollo nacional, disertó la precandidata presidencial Elisa Carrió, quien se refirió al que consideró “un tema ausente en la agenda de los candidatos”: el de las relaciones internacionales.

 

Ante una audiencia de 900 personas, en el marco de la Expo EFI, Exposición Argentina de Economía Finanzas e Inversiones, en el hotel Hilton, de la ciudad de Buenos Aires, ladiputada sostuvo que “la única política posible de alianzas es con países democráticos”, con los que se pueda establecer una multipolaridad comercial.

 

También indicó que “la mejor posición geopolítica es ser bioceánico”, con una mirada al Pacífico y también al Atlántico.

 

En ese sentido, criticó la política del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de aliarse con Vladimir Putin, mandatario ruso, y la “Chinadependendencia” que, desde su punto de vista, “puede marcar un quiebre en la posibilidad desarrollar un mercado de empresas exportadoras, sobre todo pymes”.

 

Por el contrario, postuló la necesidad de aliarse con la India, “una democracia de 1.200 millones de dólares que va a ser la tercera potencial mundial en 2020, junto con Sudáfrica, Corea del Sur y Japón, como opciones geopolíticas”.

 

La legisladora señaló que “las economías cerradas como las de Brasil y la Argentina están condenadas al fracaso”.

 

Respecto de nuestro país, también sostuvo que el mundo nos ve “poco confiables” y que “retomar esa confianza va a llevar tiempo”, aunque “fijar una posición geopolítica clara va en ese camino”.

 

Ya con la mira en las próximas elecciones, Carrió destacó que “trabajamos un año para generar una opción por la República y logramos una alianza competitiva, con opciones clara por una economía abierta”.

 

Al respecto, subrayó que “el rol del Estado no es mantener rehenes” sino “promover la armonía en un contexto de libertad económica”, al tiempo que “construir cultura, educación y valores” en los lugares donde están ausentes.

 

Ya en el primer panel, expusieron Mario Blejer, expresidente del Banco Central y actual director del Banco Hipotecario; Orlando Ferreres, titular de OJF y Asociados; Diana Mondino, directora de Asuntos Internacional de la Universidad del CEMA, y Javier Milei, economista jefe de la Fundación Acordar.

 

Mario Blejer fue el encargado de abrir el debate formulándose tres preguntas: si la crisis mundial desatada en 2008 ya terminó, cuáles son las perspectivas económicas globales y qué lecciones permitió aprender la debacle.

 

Indicó sobre el particular que la economía mundial es como “un avión cuatrimotor al que sólo le funciona un solo motor: los Estados Unidos que, junto con el Reino Unido, es el único que volvió a los volúmenes precrisis”.

 

En ese sentido, destacó como dato positivo la merma del desempleo en los Estados Unidos, pero puso un signo de atención en el derrumbe de la confianza del consumidor.

 

Como conclusión de ambos indicadores, pronosticó una futura suba de la tasa de interés.

Respecto de Europa, destacó que sus tasas de crecimiento son “mediocres” y que “no garantizan una salida de la crisis”.

 

En concreto, apuntó que “después de 5 años de austeridad, el producto es 1% menor que antes de la crisis, con incremento del desempleo y baja de la inversión”.

 

Además, enfatizó que “la deuda se duplicó y este gran fracaso se expresa en Grecia”.

 

También señaló que “los países emergentes dejaron de ser la locomotora del crecimiento mundial”, debido a la caída de las inversiones.

 

Ejemplificó con la caída del crecimiento de China, del 11 al 6,5% anual, a la que calificó de “estructural” ya que, en sus palabras, fue diseñada de esta manera por el Estado chino para “tener una inflación menor y moderar el impacto socioeconómico”.

 

A continuación, tomó la palabra Orlando Ferreres, quien destacó que el freno económico de Brasil, más la devaluación del real, junto con la desaceleración de China y la consecuente caída en el precio de los commodities, en especial de la soja de 550 dólares por tonelada en junio del año pasado a 357 dólares en la actualidad, son los cuatro factores principales del contexto internacional que impactan sobre nuestro país.

 

Pronosticó que Brasil va a caer 0,5 ó 1% este año y va a crecer 1,25% en 2016.

 

Respecto de la devaluación del real, puntualizó que es de 47,2% desde junio del año pasado. En consecuencia directa, sostuvo que será muy difícil para la Argentina mantener la política de pequeñas devaluaciones.

 

Sin embargo, mencionó buenas noticias para nuestro país, fundamentalmente basadas en la caída del riesgo país, de 1.100 a 560 puntos, y en el interés de los inversores por los activos baratos que hay hoy en la Argentina.

 

“Los precios de venta respecto del Ebitda están en 4,8 veces, cuando en América latina promedian las 10 veces”, resaltó.

 

Y también explicó que se considera que la Argentina puede llegar a producir hasta 175 millones de toneladas de granos anuales, cuando en la actualidad llega a los 100 millones.

 

“El país tiene mucho oro y es la cuarta reserva mundial de shale oil y la segunda de shale gas. Es interesante para cualquier inversor”, completó.

 

La jornada siguió con la disertación de Diana Mondino, quien presentó un escenario mundial con caída del costo del capital, incorporación de trabajadores al mercado laboral global y baja de los costos logísticos.

 

“Todo esto preocuparse sobre la productividad”, desde su punto de vista. “La única forma de seguir creciendo es vender más”, sostuvo.

 

Y añadió: “El consumo interno es mentira y no sirvió en ningún país”.

 

Por lo tanto, previó una “inexorable reducción del peso del Estado y de la carga impositiva”, ya que, de lo contrario, “no se va a poder trabajar en la Argentina”.

 

Quien completó el panel fue Javier Milei, que hizo hincapié en el “proceso de aceleración de la tasa de crecimiento”, que calculó en un 6,5% del PBI per capita anual. Si se mantuviera a lo largo un siglo, esto significaría multiplicar el PBI per capita por 300.

 

“De esta manera, vamos camino a una singularidad y la economía va a ser diferente de lo que conocemos”, vaticinó.

 

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