La demanda colectiva fue radicada ante el tribunal federal de distrito, Oakland. Además de las empresas citadas, involucra a DaimlerChrysler, Honda y Nissan-Renault. En suma, las mayores automotrices de Estados Unidos “causan perjuicios públicos produciendo vehículos que emiten altas cantidades de dióxido de carbono, un gas que agudiza el efecto invernadero en el mundo”.
El litigio busca compensaciones por daños relativos a contaminación de aire y aguas, erosión de playas, etc. Es la acción legal más reciente de California –el mayor estado en tamaño geoconómico y quinto PBI del planeta-, con el objeto de presionar sobre el sector privado y el gobierno federal. La legislatura de Sacramento aprobó las demandas en agosto, junto con medidas para que se reduzcan emisiones en los dominios del gobernador Arnold Schwarzenegger, un republicano muy distante de George W.Bush en esos temas.
“Los escapes son la fuente de dióxido y monóxido que más crece. Pero Washington y las automotrices se resisten a actuar”. Así señala William Lockyer, fiscal general de California, en la presentación de la demanda contra las seis compañías.
En los últimos años, California ha impuesto al negocio automotor normas draconianas, tendientes a bajar la emisión de gases perjudiciales. Desde 2004, verbigracia, obliga a reducir el dióxido hasta 30% y esto se aplica a todo vehículo vendido en el estado. Otros gobiernos locales están siguiendo el ejemplo.
Obviamente, las automotrices han acudido a los tribunales para revertir o atenuar esas normas. Rediseñar coches para cumplirlas, exageran, les costaría miles de millones; especialmente en un mercado tan grande como el californiano. Por su parte, Sacramento ha pedido a jueces de primera instancia rechazar ese tipo de demandas.
Semanas atrás, por cierto, la legislatura estadual promulgó las restricciones a la contaminación vía gases más duras en EE.UU. Afectan a servicios públicos, refinerías petroleras y otras actividades, que deberán reducir emisiones 25% en los próximos catorce años.
La demanda colectiva fue radicada ante el tribunal federal de distrito, Oakland. Además de las empresas citadas, involucra a DaimlerChrysler, Honda y Nissan-Renault. En suma, las mayores automotrices de Estados Unidos “causan perjuicios públicos produciendo vehículos que emiten altas cantidades de dióxido de carbono, un gas que agudiza el efecto invernadero en el mundo”.
El litigio busca compensaciones por daños relativos a contaminación de aire y aguas, erosión de playas, etc. Es la acción legal más reciente de California –el mayor estado en tamaño geoconómico y quinto PBI del planeta-, con el objeto de presionar sobre el sector privado y el gobierno federal. La legislatura de Sacramento aprobó las demandas en agosto, junto con medidas para que se reduzcan emisiones en los dominios del gobernador Arnold Schwarzenegger, un republicano muy distante de George W.Bush en esos temas.
“Los escapes son la fuente de dióxido y monóxido que más crece. Pero Washington y las automotrices se resisten a actuar”. Así señala William Lockyer, fiscal general de California, en la presentación de la demanda contra las seis compañías.
En los últimos años, California ha impuesto al negocio automotor normas draconianas, tendientes a bajar la emisión de gases perjudiciales. Desde 2004, verbigracia, obliga a reducir el dióxido hasta 30% y esto se aplica a todo vehículo vendido en el estado. Otros gobiernos locales están siguiendo el ejemplo.
Obviamente, las automotrices han acudido a los tribunales para revertir o atenuar esas normas. Rediseñar coches para cumplirlas, exageran, les costaría miles de millones; especialmente en un mercado tan grande como el californiano. Por su parte, Sacramento ha pedido a jueces de primera instancia rechazar ese tipo de demandas.
Semanas atrás, por cierto, la legislatura estadual promulgó las restricciones a la contaminación vía gases más duras en EE.UU. Afectan a servicios públicos, refinerías petroleras y otras actividades, que deberán reducir emisiones 25% en los próximos catorce años.