Bush reconocido que las cosas van mal en Irak, pero pide más tropas

Acosado por la opinión pública, los demócratas y parte de los republicanos, George W.Bush por fin admite que la guerra no marcha como suponía. Pero insiste en enviar más efectivos y aumentar gastos, curso resistido por los norteamericanos.

20 diciembre, 2006

El presidente informó haberle pedido al nuevo secretario de defensa, Robert Gates, analizar el mecanismo adecuado para elevar en 30.000 el número de tropas en Irak. O sea, pretende elevar el compromiso militar en 2007, en vez de iniciar un repliegue ordenado y la federalización del país.

Esto es, la fórmula del grupo bipartidario de estudio dirigido por James Baker y Lee Hamilton. Cabe recordar que Gates asesoraba a ese panel, cuyas recomendaciones Bush –su nuevo jefe- se resiste a escuchar. Por el contrario, el miércoles el presidente sostuvo ante los medios que “tenemos la obligación de asegurar capacidad bélica suficiente para una guerra de largo aliento”.

Aceptó que 2006 hja sido “un año dífícil para nuestros soldados”, sin mencionar que lo ha sido aún más para los iraquíes. Es más, admitió que “no tenemos ni de lejos el rápido éxito que quisiera yo”.

Esta ambigua actitud de Bush va inclusive contra anteriores planes del gobierno, cifrados en fuerzas menos numerosas y más flexibles (hoy se acercan a 150.000 hombres). El presidente insiste, desechando opiniones del Pentágono, en “una larga lucha contra radicales y extremistas”, lo cual implica intervenir en la guerra civil en favor de la minoría sunní y contra la mayoría shiita.

Para frenar las inevitables reacciones negativas, aun entre legisladores republicanos, Bush señaló que trabajará con el congreso en redefinir la estrategia en Irak. Pero el Capitolio está en receso hasta mediados de enero y, a diferencia de su antecesor Donald Rumsfeld, no es probable que Gates quiera forzar decisiones entretanto. Medios allegadosWall Street suponen que el futuro parlamento aprobará el aumento de efectivos, pero nadie está seguro.

El presidente informó haberle pedido al nuevo secretario de defensa, Robert Gates, analizar el mecanismo adecuado para elevar en 30.000 el número de tropas en Irak. O sea, pretende elevar el compromiso militar en 2007, en vez de iniciar un repliegue ordenado y la federalización del país.

Esto es, la fórmula del grupo bipartidario de estudio dirigido por James Baker y Lee Hamilton. Cabe recordar que Gates asesoraba a ese panel, cuyas recomendaciones Bush –su nuevo jefe- se resiste a escuchar. Por el contrario, el miércoles el presidente sostuvo ante los medios que “tenemos la obligación de asegurar capacidad bélica suficiente para una guerra de largo aliento”.

Aceptó que 2006 hja sido “un año dífícil para nuestros soldados”, sin mencionar que lo ha sido aún más para los iraquíes. Es más, admitió que “no tenemos ni de lejos el rápido éxito que quisiera yo”.

Esta ambigua actitud de Bush va inclusive contra anteriores planes del gobierno, cifrados en fuerzas menos numerosas y más flexibles (hoy se acercan a 150.000 hombres). El presidente insiste, desechando opiniones del Pentágono, en “una larga lucha contra radicales y extremistas”, lo cual implica intervenir en la guerra civil en favor de la minoría sunní y contra la mayoría shiita.

Para frenar las inevitables reacciones negativas, aun entre legisladores republicanos, Bush señaló que trabajará con el congreso en redefinir la estrategia en Irak. Pero el Capitolio está en receso hasta mediados de enero y, a diferencia de su antecesor Donald Rumsfeld, no es probable que Gates quiera forzar decisiones entretanto. Medios allegadosWall Street suponen que el futuro parlamento aprobará el aumento de efectivos, pero nadie está seguro.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades