Bush; gasto militar récord y recorte de partidas sociales

En año electoral, el presidemte propone un presupuesto por US$ 2,77 billones. Se achican programas médicos, asistencia a pobres (hay 43 millones en EE.UU.) y todo cuanto no haga a seguridad interior. Pero Defensa absorberá 439.300 millones.

7 febrero, 2006

Con el pretexto de “poner freno al déficit federal”, se remite al congreso ua proyecto poco compatible con los comicios pro renovación parcial de ambas cámaras. Por otra parte, la partida de Defensa no incluye asignaciones por US$ 70.000 millones extras para “la pacificación” en Irak y Afganistán. Tampoco hay menciones a Irán, amenazado por George W.Bush y Richard Cheney.

En obvia contradicción, se pide al parlamento aprobar otro proyecto, que convierte en permanentes los US$ 2,35 billones en rebajas impositivas para grandes empresas, ricos y dividendos bursátiles. Esto mientras el déficit fiscal del próximo presupuesto se estima en US$ 423.000 millones, más de 100.000 millones sobre el ejercicio actual.

No obstante, el proyecto presentado para el ejercicio que empieza en octubre, que deberá considerar desde marzo un congreso con mayorpia oficialista, podría sufrir variaciones relevantes. Los demócratas, apostando a las próximas elecciones, han calificado a Bush, Cheney, Donald Rumsfeld (Defensa) y los ultraconservadores de “insensatos”, pues benefician a los estamentos sociales altos y el gasto bélico, en desmedro de viejos, pobres y jubilados. Verbigracia, 50% de los US$ 70.000 millones adicionales para Irak y Afganistán proviene de 35.000 millones “ahorrados” en atención médica.

Las perspectivas políticas de este paquete no son buenas y hasta Wall Street empieza a tener dudas. En primer término, un par de encuestras locales, hechas mientras se conocían las propuestas presidenciales, marcaban que la aceptación pública de Bush cedía a 34%. En segundo lugar, los republicanos conservadores que, a diferencia de los ultras evangélicos, critican la política fiscal y los déficit acumulados, quizá sean más duros que los demócratas a la hora de tratar el presupuesto 2007.

En los papeles, el proyecto busca mantener el crecimiento de los gastos discrecionales por debajo de la tasa de inflación ( 3,4% anual en 2005). Por ende, se suprimen o reducen drásticamenmte 140 programas, en gran parte de tipo social, educativo o científico (pewro no el que promueve la versión bíblica de la historia). Bush también promete US$ 65.000 en ahorros ulteriores durante cinco años desde el ejercicio 2008, especialmente atención médica a gente no cubierta por el negocio privado (inválidos y vetearnos de guerra inclusive).

Primeras críticas

Empiezan a aparecer evaluaciones críticas. Una, originada en Londres, señala que “en el papelm el presupuesto Bush parece cumplir la promesa deacotar el déficie en valores constantes (y extrapolando inflación) en unos US$ 32.500 millones al terminar la actual presidencia. Pero las proyecciones no son realistas: omiten casi medio billón en costos a incurrise en 2007-11”.

Esos huecos, señala un analista alemán, “incluyen los costos militares íntegros en Irak y Afganistán. También loas gastos por reconstrucción de Nueva Orleáns después de 2007 y todo plan para impedir una crítica expansión en el impuesto mínimo alternativo (AMT en inglés) ya desde 2006”. Dado que el proyecto Bush se limita 2007-11, ofrece escaso indicios sobre cómo se afrontarán los crecientos costos de medicina y seguridad sociales, mientras se jubilan más de 70 millones de personas nacidas desde 1947/8.

Si todas las propuestas y poroyecciones se toman literalmente, el déficit primario del presupuesto 2007 sumará US$ 423.000 millones más 70.000 millones por eriogaciones adicionales; o sea, Irak y Afganistán. Pero hacia 2009 deberá caer a US$ 208.000 millones. Para eso, el gobierno tendrá que evitar la repetición de problemas y desbordes observados desde 2001. El caso Irak es típico: viene costando US$ 100.000 millones extra desde 2003.

No obstante, el mayor peligro reside en la reticiencia de Bush a encarar el potencial explossivo del AMT. Creado en 1969 –por Richard Nixon- para impedir que el sector más rico de la población abuse de ventajas tributarias, hoy amenaza involucrar decenas de millones de familias. De hecho, las eventuales obligaciones fiscales derivadas del AMT superarán los gastos en Irak; hacia 2009, ascenderán a US$ 300.000 millones anuales a valores de hoy.

La Casa Blanca proyecta “ahorrar” unos US$ 65.000 millones en atención médica, subsidios alimentarios (estampillas), vivienda para familias de bajos ingresos, asistencia a viejos e incapacitados. Pero también ofrecerá más ventajas impositivas a ricos, rentistas, dividendos bursátiles y grandes empresas. Por ejemplo, extender más allá de 2010/12 las rebajas tributarias decretadas en 2001-3 significará US$ 178.000 millones anuales menos de recaudación en 2007-11 y habrá aumulado pérdidas por US$ 1,35 a 1,5 billón en el decenio 2007-16.

Robert Greenstein, director del Centro de prioridades presupuestarias, un grupo investigador de cuño liberal, sostiene que “ni siquiera un congreso dominado por republicanos aceptará todas las propuestas elevadas en este proyecto fiscal. Es el más torpe, contradictorio y flagrante en nuestra historia”.

Con el pretexto de “poner freno al déficit federal”, se remite al congreso ua proyecto poco compatible con los comicios pro renovación parcial de ambas cámaras. Por otra parte, la partida de Defensa no incluye asignaciones por US$ 70.000 millones extras para “la pacificación” en Irak y Afganistán. Tampoco hay menciones a Irán, amenazado por George W.Bush y Richard Cheney.

En obvia contradicción, se pide al parlamento aprobar otro proyecto, que convierte en permanentes los US$ 2,35 billones en rebajas impositivas para grandes empresas, ricos y dividendos bursátiles. Esto mientras el déficit fiscal del próximo presupuesto se estima en US$ 423.000 millones, más de 100.000 millones sobre el ejercicio actual.

No obstante, el proyecto presentado para el ejercicio que empieza en octubre, que deberá considerar desde marzo un congreso con mayorpia oficialista, podría sufrir variaciones relevantes. Los demócratas, apostando a las próximas elecciones, han calificado a Bush, Cheney, Donald Rumsfeld (Defensa) y los ultraconservadores de “insensatos”, pues benefician a los estamentos sociales altos y el gasto bélico, en desmedro de viejos, pobres y jubilados. Verbigracia, 50% de los US$ 70.000 millones adicionales para Irak y Afganistán proviene de 35.000 millones “ahorrados” en atención médica.

Las perspectivas políticas de este paquete no son buenas y hasta Wall Street empieza a tener dudas. En primer término, un par de encuestras locales, hechas mientras se conocían las propuestas presidenciales, marcaban que la aceptación pública de Bush cedía a 34%. En segundo lugar, los republicanos conservadores que, a diferencia de los ultras evangélicos, critican la política fiscal y los déficit acumulados, quizá sean más duros que los demócratas a la hora de tratar el presupuesto 2007.

En los papeles, el proyecto busca mantener el crecimiento de los gastos discrecionales por debajo de la tasa de inflación ( 3,4% anual en 2005). Por ende, se suprimen o reducen drásticamenmte 140 programas, en gran parte de tipo social, educativo o científico (pewro no el que promueve la versión bíblica de la historia). Bush también promete US$ 65.000 en ahorros ulteriores durante cinco años desde el ejercicio 2008, especialmente atención médica a gente no cubierta por el negocio privado (inválidos y vetearnos de guerra inclusive).

Primeras críticas

Empiezan a aparecer evaluaciones críticas. Una, originada en Londres, señala que “en el papelm el presupuesto Bush parece cumplir la promesa deacotar el déficie en valores constantes (y extrapolando inflación) en unos US$ 32.500 millones al terminar la actual presidencia. Pero las proyecciones no son realistas: omiten casi medio billón en costos a incurrise en 2007-11”.

Esos huecos, señala un analista alemán, “incluyen los costos militares íntegros en Irak y Afganistán. También loas gastos por reconstrucción de Nueva Orleáns después de 2007 y todo plan para impedir una crítica expansión en el impuesto mínimo alternativo (AMT en inglés) ya desde 2006”. Dado que el proyecto Bush se limita 2007-11, ofrece escaso indicios sobre cómo se afrontarán los crecientos costos de medicina y seguridad sociales, mientras se jubilan más de 70 millones de personas nacidas desde 1947/8.

Si todas las propuestas y poroyecciones se toman literalmente, el déficit primario del presupuesto 2007 sumará US$ 423.000 millones más 70.000 millones por eriogaciones adicionales; o sea, Irak y Afganistán. Pero hacia 2009 deberá caer a US$ 208.000 millones. Para eso, el gobierno tendrá que evitar la repetición de problemas y desbordes observados desde 2001. El caso Irak es típico: viene costando US$ 100.000 millones extra desde 2003.

No obstante, el mayor peligro reside en la reticiencia de Bush a encarar el potencial explossivo del AMT. Creado en 1969 –por Richard Nixon- para impedir que el sector más rico de la población abuse de ventajas tributarias, hoy amenaza involucrar decenas de millones de familias. De hecho, las eventuales obligaciones fiscales derivadas del AMT superarán los gastos en Irak; hacia 2009, ascenderán a US$ 300.000 millones anuales a valores de hoy.

La Casa Blanca proyecta “ahorrar” unos US$ 65.000 millones en atención médica, subsidios alimentarios (estampillas), vivienda para familias de bajos ingresos, asistencia a viejos e incapacitados. Pero también ofrecerá más ventajas impositivas a ricos, rentistas, dividendos bursátiles y grandes empresas. Por ejemplo, extender más allá de 2010/12 las rebajas tributarias decretadas en 2001-3 significará US$ 178.000 millones anuales menos de recaudación en 2007-11 y habrá aumulado pérdidas por US$ 1,35 a 1,5 billón en el decenio 2007-16.

Robert Greenstein, director del Centro de prioridades presupuestarias, un grupo investigador de cuño liberal, sostiene que “ni siquiera un congreso dominado por republicanos aceptará todas las propuestas elevadas en este proyecto fiscal. Es el más torpe, contradictorio y flagrante en nuestra historia”.

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