Brown y Merkel son cautos, pero Sarkozy quiere otro orden mundial

Sabiendo que las súbitas encuestas que lo sacaron del pozo debido a sus iniciativas financieras se centran en la City, no en la gente de la calle, Gordon Brown es prudente. En tanto Angela Merkel sabe que su país y Francia orillan recesión.

15 octubre, 2008

Nicolas Sarkozy, apoyado en un asesor liberal (Nicolas Baverez) y –quizás- en Nouriel Roubini o Paul Krugman, ha planteado lisa y llanamente un Bretton Woods II. Más proactivo que Brown o Merkel, el francés simplemente transfiere al plano político no otro BW sino la vuelta al original de 1944, tergiversado (muerto John Maynard Keynes, 1946) por un equipo ligado al neoclásico Milton Friedman, en favor de la gran banca anglosajona y holandesa.
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<p>Sin entrar en sutilezas, Sarkozy quiere combinar el grupo de los 8 (EE.UU., Jap&oacute;n, Alemania, Rusia, Canad&aacute;, Francia, Gran Breta&ntilde;a, Italia) con China, India, Brasil, Sud&aacute;frica y Vietnam (&iquest;un G-13?). Pero, esta vez, las dos instituciones creadas en Bretton Woods &ndash;Fondo Monetario, Banco Internacional de Reconstrucci&oacute;n y Fomento- quedar&aacute;n en segundo plano. </p>
<p>El motivo es claro, se&ntilde;alan varios economistas sist&eacute;micos y ex funcionarios del FMI (por ejemplo, Michael Mussa): las dos entidades multilaterales quedaron muchos a&ntilde;os bajo la &eacute;gida de la gran banca occidental &ndash;el Fondo- o los intereses de EE.UU. (el Banco Mundial). Con el tiempo, por otra parte, han ido apareciendo factores nuevos. Entre ellos, los pa&iacute;ses petroleros de la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga, sus fondos de inversi&oacute;n soberanos y su relativo desacople respecto de las crisis iniciadas en agosto de 2007. </p>
<p>Brown s&iacute; menciona Bretton Woods, pero lo hace desde la ortodoxia monetarista del Banco de Inglaterra y la City londinense, algo que tambi&eacute;n hac&iacute;a Margaret Thatcher. A su vez, los alemanes piensan en el comit&eacute; de Basilea, brazo del Banco de Ajustes Internacionales, conocido como &ldquo;banco central de bancos centrales&rdquo;. Es el &uacute;nico nexo subsistente entre la hiperinflaci&oacute;n de 1923/8 (Alemania y el &aacute;rea reichsmark), la depresi&oacute;n posterior al crac de 1929/32 y el presente. </p>
<p>Sea como fuere, estas propuestas de largo alcance no salen hoy de lo especulativo. Primero, porque las elecciones norteamericanas distan apenas veinte d&iacute;as. Segundo, porque despu&eacute;s habr&aacute; una dificultosa transici&oacute;n, condicionada por el mega-rescate occidental y los vaivenes en los mercados. Verbigracia, casi nadie cree que la oficina de la oficina federal de estabilizaci&oacute;n financiera pueda seguir en manos de un ex Goldman Sachs (Neel Kashkari), cuyo jefe &ndash;Henry Paulson- est&aacute; en hacienda. </p>

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