Brasil: último destino especial para Cristina antes de las elecciones

Tras almorzar en el Palacio de la Alborada junto al primer mandatario brasileño Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que "Argentina y Brasil tienen una oportunidad histórica de cualificar la asociación estratégica".

3 octubre, 2007

En un almuerzo que también tuvo como protagonistas a los cancilleres de
ambos países (Jorge Taiana, de Argentina, y Celso Amorin, de Brasil), la
candidata presidencial destacó que el vínculo entre ambos países
se profundizó durante el gobierno de Néstor Kirchner.

Estos dichos y que el último destino exterior de Cristina fuera Brasil
explican la importancia que le dará la senadora a la asociación
entre los vecinos si resulta electa presidenta el 28 de octubre. En el transcurso
de este año electoral, Cristina visitó varios países europeos
y americanos, pero optó por terminar sus giras proselitistas en el país
de la zamba. A pesar de las inocultables tensiones cotidianas, ambos gobiernos
saben que son socios obligados. El problema es el cómo de esa asociación.

El almuerzo había sido pautado a “agenda abierta”. Pero se conocía
ya que iba a estar plagado de buenos tratos, tal como ocurrió con todos
los encuentros bilaterales de la primera dama en el exterior. Según informó
el diario brasileño O Globo, fuentes del área diplomática
cercanas al presidente Lula habían asegurado que sólo iba a haber
elogios para Cristina y que se volvería a afirmar que nunca antes las relaciones
entre ambos países habían sido tan prósperas. Así
ocurrió.

Como antecedente, esto mismo había afirmado en abril Lula, cuando visitó
Buenos Aires. Entonces, sin saber que Cristina sería la candidata oficialista,
el jefe de Estado brasileño había dicho que la continuidad de Kirchner
era “extremadamente importante para la integración regional”.
Hoy, Cristina se mostró confiada en aprovechar la “oportunidad histórica”
para “profundizar esta asociación estratégica y darle un sesgo
inclusivo a la región”.

Encuentro con empresarios

Por la tarde, Cristina fue recibida en el Palacio de Itamaraty (sede de Cancillería)
por empresarios brasileños que, como sus pares estadounidenses una semana
atrás, esperaban definiciones concretas sobre el plan de gobierno de
su probable futuro mandato. La aguzada atención de los empresarios del
país del Amazonas se entiende a las vistas de los enormes intereses que
han creado en Argentina.

Cristina, que viene de inaugurar en Chivilcoy (provincia de Buenos Aires) la
fábrica de zapatillas Paquetá, de capitales brasileños,
fue recibida por representantes de compañías y grupos con intereses
en Argentina como Camargo Correa (Loma Negra), Ambev (Quilmes y Pepsi) y Banco
Itaú.

Detrás del encuentro con empresarios se encontraban, aunque no se haya
profundizado en ello, dos temas espinosos de la relación bilateral: el
comercio y las inversiones. Aún cuando Cristina explicara que ambos forman
“una zona con gran producción y sin enfrentamientos”.

Un déficit de 52 meses consecutivos

La Argentina tiene déficit bilateral global con su vecino de 1.800 millones
de dólares. La principal causa de este negativo, explica un informe de
la consultora Abeceb.com, es el comercio entre grandes empresas. En 2006, más
de 23.000 empresas exportaron desde Brasil, mientras que menos de 15.000 lo
hicieron desde Argentina.
En el intercambio bilateral, los argentinos le dan mayor importancia al mercado
brasileño que los brasileños al argentino. En efecto, en 2006,
8,5% de las exportaciones de Brasil fueron a parar a manos de compradores en
Argentina; mientras que 18% de las exportaciones argentinas fueron al país
vecino.

Según Abeceb.com, el resultado del comercio bilateral es desequilibrado:
52 meses de déficit consecutivo para Argentina son muestra de ello. Entre
2004 y 2006, el déficit pasó de 1.800 millones de dólares
a más de 3.600 millones; y este año ya lleva 2.943 millones. En
el mes que acaba de terminar, el déficit comercial para Argentina alcanzó
447 millones de dólares, 36,8% mayor que en septiembre de 2006.

A la Argentina llegan vehículos familiares, de carga y sus partes; aparatos
transmisores y receptores; tractores; aceites de combustible; laminados de hierro
y telefonía celular; motores para vehículos; generadores eléctricos;
y calzados. Son estas manufacturas de origen industrial las que empujan el creciente
déficit, incluso a pesar de una depreciación de 34% del peso frente
al real, desde agosto de 2004 hasta hoy.

Inversiones y otros temas de conflicto

Ante los empresarios brasileños, la candidata presidencial convocó
a “potenciar la posibilidades del bloque regional” a la manera de
la “Unión Europea” y subrayó la “necesidad de poder
articular este crecimiento de Argentina” con “el potencial industrial
y en materia de inversiones que tiene Brasil”.

La primera dama explicó que cree “que estamos en un momento especial
pero necesitamos aumentar el nivel de inversión”. Entonces, dirigiéndose
a los hombres de negocios, expresó: “ustedes tienen un rol importante”.
Un buen llamamiento que veló una palabra inevitable de mencionar cuando
se trata de inversiones brasileñas en Argentina: “extranjerización”.
En efecto, gran parte de los capitales llegados de aquel país tuvieron
como destino la adquisición de compañías nacionales: los
activos energéticos de Pérez Companc; la cementera Loma Negra;
Quilmes; Alpargatas; Swift y otros frigoríficos; entre otras. A tal punto
que los capitales brasileños son líderes en los segmentos locales
de energía, carne, bebidas, cemento, acero para la construcción
y textiles.

A su vez, otro tema conflictivo surgió hace unos días, cuando
la petrolera Exxon Mobil anunció que dejaría América del
Sur, salieron a la superficie conflictos por inversiones en las que está
involucrada Petrobrás. De hecho, la brasilera dio a conocer su intención
de hacerse de los activos que dejará Esso. Pero el gobierno argentino,
a través de su ministro de Planificación puso el palo en la rueda,
en preferencia por otro comprador.
Las tensiones entre ambos socios alcanzan también los acuerdos de la
Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (funcionarios y
empresarios brasileños tienen una opinión más favorable
a la apertura comercial); la invitación de la pareja Kirchner a México
a integrarse al Mercosur (Brasil cruzó tal invitación, al sostener
que era imposible, en vistas del acuerdo de libre comercio que el país
centroamericano tiene con Estados Unidos); y la apertura de las zonas francas,
por mencionar algunos.

De esta forma, todas las buenas intenciones de la candidata presidencial no
evitarán a un futuro gobierno, sea cual fuere, una convivencia en tensión,
necesitada de muchas más definiciones que las superficiales declaraciones
proselitistas.

En un almuerzo que también tuvo como protagonistas a los cancilleres de
ambos países (Jorge Taiana, de Argentina, y Celso Amorin, de Brasil), la
candidata presidencial destacó que el vínculo entre ambos países
se profundizó durante el gobierno de Néstor Kirchner.

Estos dichos y que el último destino exterior de Cristina fuera Brasil
explican la importancia que le dará la senadora a la asociación
entre los vecinos si resulta electa presidenta el 28 de octubre. En el transcurso
de este año electoral, Cristina visitó varios países europeos
y americanos, pero optó por terminar sus giras proselitistas en el país
de la zamba. A pesar de las inocultables tensiones cotidianas, ambos gobiernos
saben que son socios obligados. El problema es el cómo de esa asociación.

El almuerzo había sido pautado a “agenda abierta”. Pero se conocía
ya que iba a estar plagado de buenos tratos, tal como ocurrió con todos
los encuentros bilaterales de la primera dama en el exterior. Según informó
el diario brasileño O Globo, fuentes del área diplomática
cercanas al presidente Lula habían asegurado que sólo iba a haber
elogios para Cristina y que se volvería a afirmar que nunca antes las relaciones
entre ambos países habían sido tan prósperas. Así
ocurrió.

Como antecedente, esto mismo había afirmado en abril Lula, cuando visitó
Buenos Aires. Entonces, sin saber que Cristina sería la candidata oficialista,
el jefe de Estado brasileño había dicho que la continuidad de Kirchner
era “extremadamente importante para la integración regional”.
Hoy, Cristina se mostró confiada en aprovechar la “oportunidad histórica”
para “profundizar esta asociación estratégica y darle un sesgo
inclusivo a la región”.

Encuentro con empresarios

Por la tarde, Cristina fue recibida en el Palacio de Itamaraty (sede de Cancillería)
por empresarios brasileños que, como sus pares estadounidenses una semana
atrás, esperaban definiciones concretas sobre el plan de gobierno de
su probable futuro mandato. La aguzada atención de los empresarios del
país del Amazonas se entiende a las vistas de los enormes intereses que
han creado en Argentina.

Cristina, que viene de inaugurar en Chivilcoy (provincia de Buenos Aires) la
fábrica de zapatillas Paquetá, de capitales brasileños,
fue recibida por representantes de compañías y grupos con intereses
en Argentina como Camargo Correa (Loma Negra), Ambev (Quilmes y Pepsi) y Banco
Itaú.

Detrás del encuentro con empresarios se encontraban, aunque no se haya
profundizado en ello, dos temas espinosos de la relación bilateral: el
comercio y las inversiones. Aún cuando Cristina explicara que ambos forman
“una zona con gran producción y sin enfrentamientos”.

Un déficit de 52 meses consecutivos

La Argentina tiene déficit bilateral global con su vecino de 1.800 millones
de dólares. La principal causa de este negativo, explica un informe de
la consultora Abeceb.com, es el comercio entre grandes empresas. En 2006, más
de 23.000 empresas exportaron desde Brasil, mientras que menos de 15.000 lo
hicieron desde Argentina.
En el intercambio bilateral, los argentinos le dan mayor importancia al mercado
brasileño que los brasileños al argentino. En efecto, en 2006,
8,5% de las exportaciones de Brasil fueron a parar a manos de compradores en
Argentina; mientras que 18% de las exportaciones argentinas fueron al país
vecino.

Según Abeceb.com, el resultado del comercio bilateral es desequilibrado:
52 meses de déficit consecutivo para Argentina son muestra de ello. Entre
2004 y 2006, el déficit pasó de 1.800 millones de dólares
a más de 3.600 millones; y este año ya lleva 2.943 millones. En
el mes que acaba de terminar, el déficit comercial para Argentina alcanzó
447 millones de dólares, 36,8% mayor que en septiembre de 2006.

A la Argentina llegan vehículos familiares, de carga y sus partes; aparatos
transmisores y receptores; tractores; aceites de combustible; laminados de hierro
y telefonía celular; motores para vehículos; generadores eléctricos;
y calzados. Son estas manufacturas de origen industrial las que empujan el creciente
déficit, incluso a pesar de una depreciación de 34% del peso frente
al real, desde agosto de 2004 hasta hoy.

Inversiones y otros temas de conflicto

Ante los empresarios brasileños, la candidata presidencial convocó
a “potenciar la posibilidades del bloque regional” a la manera de
la “Unión Europea” y subrayó la “necesidad de poder
articular este crecimiento de Argentina” con “el potencial industrial
y en materia de inversiones que tiene Brasil”.

La primera dama explicó que cree “que estamos en un momento especial
pero necesitamos aumentar el nivel de inversión”. Entonces, dirigiéndose
a los hombres de negocios, expresó: “ustedes tienen un rol importante”.
Un buen llamamiento que veló una palabra inevitable de mencionar cuando
se trata de inversiones brasileñas en Argentina: “extranjerización”.
En efecto, gran parte de los capitales llegados de aquel país tuvieron
como destino la adquisición de compañías nacionales: los
activos energéticos de Pérez Companc; la cementera Loma Negra;
Quilmes; Alpargatas; Swift y otros frigoríficos; entre otras. A tal punto
que los capitales brasileños son líderes en los segmentos locales
de energía, carne, bebidas, cemento, acero para la construcción
y textiles.

A su vez, otro tema conflictivo surgió hace unos días, cuando
la petrolera Exxon Mobil anunció que dejaría América del
Sur, salieron a la superficie conflictos por inversiones en las que está
involucrada Petrobrás. De hecho, la brasilera dio a conocer su intención
de hacerse de los activos que dejará Esso. Pero el gobierno argentino,
a través de su ministro de Planificación puso el palo en la rueda,
en preferencia por otro comprador.
Las tensiones entre ambos socios alcanzan también los acuerdos de la
Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (funcionarios y
empresarios brasileños tienen una opinión más favorable
a la apertura comercial); la invitación de la pareja Kirchner a México
a integrarse al Mercosur (Brasil cruzó tal invitación, al sostener
que era imposible, en vistas del acuerdo de libre comercio que el país
centroamericano tiene con Estados Unidos); y la apertura de las zonas francas,
por mencionar algunos.

De esta forma, todas las buenas intenciones de la candidata presidencial no
evitarán a un futuro gobierno, sea cual fuere, una convivencia en tensión,
necesitada de muchas más definiciones que las superficiales declaraciones
proselitistas.

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