Brasil: sube el desempleo y bajan los salarios

El desempleo subió el mes pasado en Brasil hasta el 13 por ciento, 1,3 puntos porcentuales por encima de agosto de 2002, lo que significa que más de 2,7 millones de personas no tienen ingresos.

24 septiembre, 2003

La encuesta mensual de empleo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) reveló que también hubo una variación “no significativa” respecto al 12,8 por ciento de desempleo registrado en julio pasado.

La muestra indicó que el desempleo creció significativamente en las ciudades de Salvador (3,2 puntos), Recife (3,1 puntos), Porto Alegre (2,0 puntos) y Sao Paulo (1,8 puntos).

Según expertos citados por medios locales, los índices de desempleo parecen confirmar los temores de que el enfriamiento de la economía brasileña sea peor de lo que se pensaba.

El único resultado favorable se registró en Río de Janeiro, donde hubo una reducción del 4,2 por ciento en la tasa de desempleo, según el estudio, centrado en estos seis principales centros metropolitanos de Brasil.

En agosto, 18,4 millones de personas estaban trabajando en estas regiones. El indicador creció un 3,5 por ciento respecto a agosto del año pasado, lo que significa que se crearon 625.000 plazas en el mercado de trabajo.

Pero este número no alcanzó para satisfacer toda la demanda de empleo, por lo que en comparación con agosto del año pasado más de 389.000 personas estaban completamente desocupadas o buscando trabajo sin encontrarlo.

Por su parte, el rendimiento medio real de los salarios, tomando en cuenta la inflación, cayó un 13,8 por ciento en agosto pasado respecto a agosto de 2002.

Esta caída en el ingreso y en el poder adquisitivo de los salarios fue peor para los trabajadores por cuenta propia (21 por ciento) y los trabajadores formales en el sector privado (9,5 por ciento).

Los resultados fueron considerados por algunos analistas como “sorprendentemente negativos” para un segundo semestre.

Tradicionalmente en esta época comienza una mayor generación de empleos porque las empresas y el comercio suelen prepararse para atender la demanda creciente de fin de año.

Durante los primeros seis meses del año el desempleo se había
mantenido en alza y había retrocedido en julio, pero ese bajón no se confirmó en agosto como una tendencia sostenida.

En junio, el Banco Central de Brasil puso en marcha una estrategia de reducción de tasas de interés con la que ha tratado de reanimar la postrada economía.

La tasa básica referencial ha caído desde 26,5 por ciento hasta 20 por ciento entre junio y septiembre, pero aún así el consumo se mantiene deprimido.

Algunas encuestas hechas por empresas comerciales han revelado que el mayor temor de los brasileños asalariados no es tanto el alto costo del dinero, sino la posibilidad de perder el empleo y eventualmente no estar en condiciones de devolver los créditos.

Fuente: EFE

La encuesta mensual de empleo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) reveló que también hubo una variación “no significativa” respecto al 12,8 por ciento de desempleo registrado en julio pasado.

La muestra indicó que el desempleo creció significativamente en las ciudades de Salvador (3,2 puntos), Recife (3,1 puntos), Porto Alegre (2,0 puntos) y Sao Paulo (1,8 puntos).

Según expertos citados por medios locales, los índices de desempleo parecen confirmar los temores de que el enfriamiento de la economía brasileña sea peor de lo que se pensaba.

El único resultado favorable se registró en Río de Janeiro, donde hubo una reducción del 4,2 por ciento en la tasa de desempleo, según el estudio, centrado en estos seis principales centros metropolitanos de Brasil.

En agosto, 18,4 millones de personas estaban trabajando en estas regiones. El indicador creció un 3,5 por ciento respecto a agosto del año pasado, lo que significa que se crearon 625.000 plazas en el mercado de trabajo.

Pero este número no alcanzó para satisfacer toda la demanda de empleo, por lo que en comparación con agosto del año pasado más de 389.000 personas estaban completamente desocupadas o buscando trabajo sin encontrarlo.

Por su parte, el rendimiento medio real de los salarios, tomando en cuenta la inflación, cayó un 13,8 por ciento en agosto pasado respecto a agosto de 2002.

Esta caída en el ingreso y en el poder adquisitivo de los salarios fue peor para los trabajadores por cuenta propia (21 por ciento) y los trabajadores formales en el sector privado (9,5 por ciento).

Los resultados fueron considerados por algunos analistas como “sorprendentemente negativos” para un segundo semestre.

Tradicionalmente en esta época comienza una mayor generación de empleos porque las empresas y el comercio suelen prepararse para atender la demanda creciente de fin de año.

Durante los primeros seis meses del año el desempleo se había
mantenido en alza y había retrocedido en julio, pero ese bajón no se confirmó en agosto como una tendencia sostenida.

En junio, el Banco Central de Brasil puso en marcha una estrategia de reducción de tasas de interés con la que ha tratado de reanimar la postrada economía.

La tasa básica referencial ha caído desde 26,5 por ciento hasta 20 por ciento entre junio y septiembre, pero aún así el consumo se mantiene deprimido.

Algunas encuestas hechas por empresas comerciales han revelado que el mayor temor de los brasileños asalariados no es tanto el alto costo del dinero, sino la posibilidad de perder el empleo y eventualmente no estar en condiciones de devolver los créditos.

Fuente: EFE

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