Brasil no sancionará a los lácteos argentinos

Anunció que no aplicará aranceles extras, a cambio de un acuerdo de precios y de la modificación del arancel externo común.

15 diciembre, 2000

El gobierno brasileño estaría dispuesto a llegar a un acuerdo para evitar la aplicación de aranceles diferenciales sobre los lácteos argentinos.

Así lo afirmó el Secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray quien señaló que su par brasileño, Marcus Pratini de Moraes, “garantizó la voluntad política para no llegar al antidumping”.

El conflicto por la leche iniciará el camino de las negociaciones el 22 de febrero, cuando productores y funcionarios de ambas naciones intentarán llegar a un acuerdo.

Según Berhongaray, el convenio se concretará sólo si se negocian otros tres temas candentes en el Mercosur: la estacionalidad, precios y cambios en el Arancel Externo Común.

Respecto del primer ítem, el ministro fue taxativo: “En los sectores en que un país es más competitivo que el otro, sería muy útil que bajáramos los niveles de exportación cuando el otro está en período de cosecha u ordeñe”.

Sobre los precios podría haber un acuerdo para que las lácteas argentinas que estaban vendiendo leche en polvo a valores muy inferiores a los del mercado brasileño tengan un piso más alto.

Y sobre el AEC fue el propio Pratini de Moraes quien aseguró que “aunque por los próximos seis meses es imposible, después me gustaría subir el arancel de 27 a 35%”; de esa forma, se reduciría el ingreso de leche de la Unión Europa y de Nueva Zelanda, acusados de dumping por Brasil.

El conflicto en el sector lácteo, se inició el viernes próximo pasado cuando del Departamento de Defensa Comercial del Ministerio de Desarrollo brasileño determinó que seis empresas argentinas, junto con otras de Uruguay, Europa y Nueva Zelanda, exportan leche a un precio inferior al que le venden al mercado interno, lo que dañaría a los tamberos de Brasil.

Las empresas argentinas tienen hasta el próximo viernes para fundamentar su defensa; ésta se basaría en que la venta a Brasil por debajo del precio interno no habría provocado daño, ya que durante los últimos cinco años la producción lechera brasileña creció.

Después de presentada la defensa, Brasil tiene hasta el 22 de febrero para dar su veredicto final; tras esa decisión, los productores de ambos países comenzarán una rueda de negociaciones.

El titular de la cartera de Agricultura de Brasil afirmó que las empresas “deben comenzar a resolver sus problemas conversando, sin recurrir tanto a los gobiernos, que ya no son dictatoriales y no tienen tanta capacidad como para dirimir estas cuestiones por sí solos”.

Ambos responsables de Agricultura mostraron una posición dura ante el proteccionismo agrícola de la Unión Europea y el Nafta, y descartaron que exista una lista de problemas agrícolas para resolver en el Mercosur; “Nos quedan pendientes el problema de la leche y el azúcar. Nada más”.

El gobierno brasileño estaría dispuesto a llegar a un acuerdo para evitar la aplicación de aranceles diferenciales sobre los lácteos argentinos.

Así lo afirmó el Secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray quien señaló que su par brasileño, Marcus Pratini de Moraes, “garantizó la voluntad política para no llegar al antidumping”.

El conflicto por la leche iniciará el camino de las negociaciones el 22 de febrero, cuando productores y funcionarios de ambas naciones intentarán llegar a un acuerdo.

Según Berhongaray, el convenio se concretará sólo si se negocian otros tres temas candentes en el Mercosur: la estacionalidad, precios y cambios en el Arancel Externo Común.

Respecto del primer ítem, el ministro fue taxativo: “En los sectores en que un país es más competitivo que el otro, sería muy útil que bajáramos los niveles de exportación cuando el otro está en período de cosecha u ordeñe”.

Sobre los precios podría haber un acuerdo para que las lácteas argentinas que estaban vendiendo leche en polvo a valores muy inferiores a los del mercado brasileño tengan un piso más alto.

Y sobre el AEC fue el propio Pratini de Moraes quien aseguró que “aunque por los próximos seis meses es imposible, después me gustaría subir el arancel de 27 a 35%”; de esa forma, se reduciría el ingreso de leche de la Unión Europa y de Nueva Zelanda, acusados de dumping por Brasil.

El conflicto en el sector lácteo, se inició el viernes próximo pasado cuando del Departamento de Defensa Comercial del Ministerio de Desarrollo brasileño determinó que seis empresas argentinas, junto con otras de Uruguay, Europa y Nueva Zelanda, exportan leche a un precio inferior al que le venden al mercado interno, lo que dañaría a los tamberos de Brasil.

Las empresas argentinas tienen hasta el próximo viernes para fundamentar su defensa; ésta se basaría en que la venta a Brasil por debajo del precio interno no habría provocado daño, ya que durante los últimos cinco años la producción lechera brasileña creció.

Después de presentada la defensa, Brasil tiene hasta el 22 de febrero para dar su veredicto final; tras esa decisión, los productores de ambos países comenzarán una rueda de negociaciones.

El titular de la cartera de Agricultura de Brasil afirmó que las empresas “deben comenzar a resolver sus problemas conversando, sin recurrir tanto a los gobiernos, que ya no son dictatoriales y no tienen tanta capacidad como para dirimir estas cuestiones por sí solos”.

Ambos responsables de Agricultura mostraron una posición dura ante el proteccionismo agrícola de la Unión Europea y el Nafta, y descartaron que exista una lista de problemas agrícolas para resolver en el Mercosur; “Nos quedan pendientes el problema de la leche y el azúcar. Nada más”.

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