Brasil creció 4% y culpa a la Argentina
El presidente Cardoso afirmó que su país no creció más "por culpa de Argentina". Además, estimó para este año un crecimiento superior a la inflación, por "primera vez en muchas décadas".
2 febrero, 2001
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, afirmó ayer (jueves 1) que su país no pudo crecer más durante 2000 por culpa de la crisis que enfrentó el gobierno argentino en el primer año de gestión del presidente Fernando de la Rúa.
En la inauguración de la planta de la empresa PSA Peugeot Citroën, en el estado de Rio de Janeiro, (ver “Peugeot pide señales para reactivar”), Cardoso responsabilizó a “los factores internacionales” de que su país no haya alcanzado niveles mayores de crecimiento.
El mandatario puntualizó que, entre esoso factores se encontraba “la crisis argentina” y aseguró que, salvados los obstáculos mencionados, Brasil “crecerá 4,5%”, siendo 2001 la “primera vez que el crecimiento superará a la inflación en muchas décadas”.
Consultado sobre la salud de las cuentas públicas, aseguró que el déficit y la deuda se encuentran “bajo control”, lo que supone “menos presión sobre las tasas de interés, más inversión y más empleo”.
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, afirmó ayer (jueves 1) que su país no pudo crecer más durante 2000 por culpa de la crisis que enfrentó el gobierno argentino en el primer año de gestión del presidente Fernando de la Rúa.
En la inauguración de la planta de la empresa PSA Peugeot Citroën, en el estado de Rio de Janeiro, (ver “Peugeot pide señales para reactivar”), Cardoso responsabilizó a “los factores internacionales” de que su país no haya alcanzado niveles mayores de crecimiento.
El mandatario puntualizó que, entre esoso factores se encontraba “la crisis argentina” y aseguró que, salvados los obstáculos mencionados, Brasil “crecerá 4,5%”, siendo 2001 la “primera vez que el crecimiento superará a la inflación en muchas décadas”.
Consultado sobre la salud de las cuentas públicas, aseguró que el déficit y la deuda se encuentran “bajo control”, lo que supone “menos presión sobre las tasas de interés, más inversión y más empleo”.