Brasil cierra el 2000 con balance positivo

El gobierno de ese país asegura que en el 2000 culminó el proceso de recesión y estima que el año próximo continuará el crecimiento.

11 diciembre, 2000

Según el gobierno brasileño, y de acuerdo a una información brindada por la agencia EFE, la economía carioca retomó el camino del crecimiento tras el freno de los dos últimos años por las crisis internacionales y la devaluación del real.

Para el Gobierno, asuntos como crisis y la devaluación, son cosas del pasado y la tendencia de la economía es a apuntalar en los próximos dos años el crecimiento de 4% previsto para el 2000.

“Seguiremos creciendo. Vamos a superar el 4%. La industria crecerá 6,5% este año y la cosecha agrícola en curso fue la mayor de la historia”, dijo recientemente el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso.

Su optimismo se basa en la expansión que tuvo el Producto Bruto Interno en los tres primeros trimestres del año, que ha hecho prever a analistas que la Navidad de este año será la mejor del último quinquenio.

La situación en que la economía brasileña cierra el año 2000 contrasta con la retracción de 0,12% registrada en 1998 y con el leve crecimiento de 0,80% de 1999, años en que la crisis rusa y la devaluación de la moneda nacional interrumpieron la fase de expansión económica inaugurada en 1994 por el Plan Real.

“Brasil aprendió con dureza que la globalización no es para aficionados, pero este año el país merece una felicitación por el dinamismo de todos los sectores de su economía”, dijo a EFE la economista Virene Matesco, profesora de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas.

Matesco recordó que la buena marcha de la economía brasileña le permitirá al Gobierno cumplir sin apuros con las metas fiscales previstas para este año en el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional en 1998, que le permitió acceder a un préstamo de US$ 41.500 millones que no utilizó en su totalidad.

Por su parte, el Banco Mundial, en sus previsiones económicas para América Latina, calificó de “impresionante” el ajuste fiscal brasileño y apuntó que la recuperación de la economía nacional se consolidará en los años 2001 y 2002.

Según Matesco, indicadores como la inflación y el desempleo parecen confirmar esas previsiones; la inflación, que el año pasado fue de 8,9%, presentó en los diez primeros meses del 2000 un índice de 5,02% , y el desempleo en octubre último fue de 6,8%, contra 7,5% registrado en el mismo mes de 1999.

El único sector que no da grandes señales de recuperación es el comercio exterior, que ha sido justamente la mayor preocupación de los socios brasileños del Mercosur desde la devaluación del real.

La balanza comercial del país, deficitaria en el último lustro, acumuló hasta noviembre de este año un saldo negativo de US$ 474 millones y ,a diferencia de lo que temieron la Argentina, Paraguay y Uruguay, la devaluación del real no produjo una invasión de productos brasileños a sus mercados.

Según el gobierno brasileño, y de acuerdo a una información brindada por la agencia EFE, la economía carioca retomó el camino del crecimiento tras el freno de los dos últimos años por las crisis internacionales y la devaluación del real.

Para el Gobierno, asuntos como crisis y la devaluación, son cosas del pasado y la tendencia de la economía es a apuntalar en los próximos dos años el crecimiento de 4% previsto para el 2000.

“Seguiremos creciendo. Vamos a superar el 4%. La industria crecerá 6,5% este año y la cosecha agrícola en curso fue la mayor de la historia”, dijo recientemente el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso.

Su optimismo se basa en la expansión que tuvo el Producto Bruto Interno en los tres primeros trimestres del año, que ha hecho prever a analistas que la Navidad de este año será la mejor del último quinquenio.

La situación en que la economía brasileña cierra el año 2000 contrasta con la retracción de 0,12% registrada en 1998 y con el leve crecimiento de 0,80% de 1999, años en que la crisis rusa y la devaluación de la moneda nacional interrumpieron la fase de expansión económica inaugurada en 1994 por el Plan Real.

“Brasil aprendió con dureza que la globalización no es para aficionados, pero este año el país merece una felicitación por el dinamismo de todos los sectores de su economía”, dijo a EFE la economista Virene Matesco, profesora de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas.

Matesco recordó que la buena marcha de la economía brasileña le permitirá al Gobierno cumplir sin apuros con las metas fiscales previstas para este año en el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional en 1998, que le permitió acceder a un préstamo de US$ 41.500 millones que no utilizó en su totalidad.

Por su parte, el Banco Mundial, en sus previsiones económicas para América Latina, calificó de “impresionante” el ajuste fiscal brasileño y apuntó que la recuperación de la economía nacional se consolidará en los años 2001 y 2002.

Según Matesco, indicadores como la inflación y el desempleo parecen confirmar esas previsiones; la inflación, que el año pasado fue de 8,9%, presentó en los diez primeros meses del 2000 un índice de 5,02% , y el desempleo en octubre último fue de 6,8%, contra 7,5% registrado en el mismo mes de 1999.

El único sector que no da grandes señales de recuperación es el comercio exterior, que ha sido justamente la mayor preocupación de los socios brasileños del Mercosur desde la devaluación del real.

La balanza comercial del país, deficitaria en el último lustro, acumuló hasta noviembre de este año un saldo negativo de US$ 474 millones y ,a diferencia de lo que temieron la Argentina, Paraguay y Uruguay, la devaluación del real no produjo una invasión de productos brasileños a sus mercados.

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