Blix: Estados Unidos invadió Irak sin tener pruebas sobre ADM
Algunos funcionarios norteamericanos se portaron como h. de p. y filtraron datos falsos sobre armas de destrucción masiva (ADM), a medida de sus objetivos en Irak. El alemán Hans Blix no usó eufemismos para calificar al Pentágono.
13 junio, 2003
En medio de escándalos en Estados Unidos y Gran Bretaña por la ausencia de pruebas fiables sobre ADM en poder de Saddam (anteayer, George W.Bush “ordenó” hallarlas), el inspector jefe de Naciones Unidas (Consejo de Seguridad) en Irak se despidió del cargo con duros calificativos para Washington y Londres.
Hablando en vivo y directo –por la cadena ABC- y en una entrevista publicada en “The Guardian”, Blix uso dos veces el término “bastards”, Al respecto, caben una aclaración: en inglés, “bastard” significa aquí no “bastardo”, sino lo que Cervantes y Quevedo llamaban “hideputa”. “La mayor parte de los datos difundidos por la secretaría de Defensa (EE.UU.) o Downing Street (sede del “premier” británico) carecía de solidez. Washington presionaba a los inspectores para que sus informes aludiesen a ADM en Irak”.
Obviamente, las salvas finales del alemán están en sintonía con investigaciones de la CIA sobre informes del Pentágono, retocados antes de llegarle al presidente. También se relacionan con indagaciones del MI5 (un brazo de la inteligencia británica) sobre el otro brazo, MI6. Aparentemente, éste divulgó copias de los informes norteamericanos, a pedido del propio Tony Blair, para justificar ante el Parlamento su participación en la guerra.
En medio de escándalos en Estados Unidos y Gran Bretaña por la ausencia de pruebas fiables sobre ADM en poder de Saddam (anteayer, George W.Bush “ordenó” hallarlas), el inspector jefe de Naciones Unidas (Consejo de Seguridad) en Irak se despidió del cargo con duros calificativos para Washington y Londres.
Hablando en vivo y directo –por la cadena ABC- y en una entrevista publicada en “The Guardian”, Blix uso dos veces el término “bastards”, Al respecto, caben una aclaración: en inglés, “bastard” significa aquí no “bastardo”, sino lo que Cervantes y Quevedo llamaban “hideputa”. “La mayor parte de los datos difundidos por la secretaría de Defensa (EE.UU.) o Downing Street (sede del “premier” británico) carecía de solidez. Washington presionaba a los inspectores para que sus informes aludiesen a ADM en Irak”.
Obviamente, las salvas finales del alemán están en sintonía con investigaciones de la CIA sobre informes del Pentágono, retocados antes de llegarle al presidente. También se relacionan con indagaciones del MI5 (un brazo de la inteligencia británica) sobre el otro brazo, MI6. Aparentemente, éste divulgó copias de los informes norteamericanos, a pedido del propio Tony Blair, para justificar ante el Parlamento su participación en la guerra.