Bernanke en acción para salvar el puesto

El presidente del sistema de Reserva Federal cambió de libreto. Ahora quiere ayudar a la economía, abandonar el distanciamiento y acercarse a la opinión pública. En suma, hacer política y continuar en su sillón.

29 julio, 2009

<p>De hecho, Bernanke se ha lanzado a la calle como nunca lo hicieran su antecesores inmediatos, Paul Volcker &ndash;hoy sigiloso asesor de Barack Obama- y Alan Greenspan. En d&iacute;as, apareci&oacute; tres veces por televisi&oacute;n, declar&oacute; ante el Congreso y redact&oacute; algunos art&iacute;culos en publicaciones financieras. Todo para explicar o defender su gesti&oacute;n al frente de la RF.<br />
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Al igual que un candidato pol&iacute;tico &ndash;su mandato de cuatro a&ntilde;os expira en enero- trata de desvirtuar acusaciones cruzadas contra el emisor. Desde complicidad con grandes bancos privados hasta traicionar el capitalismo anglosaj&oacute;n (el mercado) o ambas cosas al mismo tiempo. Greenspan, Volcker y otros jam&aacute;s se vieron en esos bretes.<br />
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Entretanto, debi&oacute; convocar una reuni&oacute;n p&uacute;blica, en el Capitolio, para anunciar nuevas normas en materia de tarjetas de cr&eacute;dito y d&eacute;bito. Por supuesto la RF ya se abr&iacute;a al escrutinio legislativo en la &eacute;poca de Greenspan, un personaje que adoraba el poder y hasta hab&iacute;a encargado una &ldquo;autobiograf&iacute;a&rdquo; (2000) a Carl Bernstein, el de &ldquo;Watergate&rdquo;. No obstante, el resto del personaje se cubr&iacute;a con un manto de secreto tecnocr&aacute;tico. <br />
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Hasta hace poco, entonces, el comit&eacute; de pol&iacute;tica monetaria (lo llaman con el eufemismo &ldquo;de mercado abierto&rdquo;) se encerraba como un colegio de cardenales para decidir sobre tasas referenciales. Tambi&eacute;n usaba las minutas para pronosticar &ndash;casi siempre mal- el devenir de as finanzas. Este estilo se ha venido abajo a causa de la peor crisis desde la depresi&oacute;n de los a&ntilde;os 30.<br />
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Aun en mejores circunstancias, Bernanke &ndash;nombrado en 2006 por George W.Bush, que luego no lo tomar&iacute;a mucho en cuenta- estar&iacute;a bajo presi&oacute;n. Barack Obama tiene pocos meses para decidir si renovarle el mandato o poner a alguien como Timothy Geithner. El hoy secretario del Tesoro fue antes presidente de la RF Nueva York y cr&iacute;tico de BB.<br />
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&ldquo;La Reserva Federal, junto con paquid&eacute;rmicos bancos privados, ha creado la mayor crisis financiera vista en el mundo&rdquo;, acusaba el diputado Ronald Paul (republicano, Tejas) en una audiencia celebrada la semana &uacute;ltima. Bernanke lo miraba azorado. Poco despu&eacute;s, m&aacute;s de doscientos legisladores firmaban un proyecto de Paul: permitir que la oficina ejecutiva de responsabilidad contable (GAO) audite las decisiones de la RF sobre pol&iacute;tica monetaria. En tanto funcionarios del banco central clamaban por su autonom&iacute;a, hasta los amigos de BB daban por esfumada su aura de infalibilidad. Todos saben cu&aacute;l ser&aacute; el golpe de gracia: las dr&aacute;sticas reformas financieras en curso restan facultades a la RF y preanuncian el fin de su presidente.</p>
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