Berlusconi, indagado por presunta corrupción de testigos

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El primer ministro italiano está siendo indagado en la fiscalía de Milán, otra vez por investigaciones en torno de corrupción judicial. Se lo sospecha de haber comprado o hecho comprar más de un testigo.

El cómplice más relevante es un abogado inglés, David Mills, arquitecto de sociedades extraterritoriales (“off shore”) utilizadas como “cajas negras” del grupo Fininvest. Incluyen las dos cuyos beneficiarios terminaron siendo Marina y Piersilvio, hijos del político derechista.

Los interrogatorios a Mills (optó por cooperar con la justicia) por falso testimonio –delito cometido años atrás- se integraron a la causa el 19 de febrero último. Ese mismo día, los fiscales reiniciaron acciones contra Berlusconi y lo citaron para estos días. Los cargos son apropiación indebida de fondos, falsificación de balances y fraude fiscal.

Un descuido burocrático le permitió al “Corriere della sera” (diario conservador perteneciente, vaya ironía, al conglomerado que controla el jefe de gobierno) obtener el 26 de febrero una lista de catorce indagados y futuros indagados. Entre ellos, Berlusconi. La clave del asunto reside, empero, en Mills. Esposo de Tessa Jowell –ministra social de Tony Blair-, el letrado se pasó buena parte de los 80 ideando y armando una constelación de “cajas negras” en las Antillas, Suiza y otros refugios habituales del dinero turbio.

Pero el caso de Mills es sólo manifestación más reciente de una serie que data de 1992, cuando el actual primer ministro estaba en el llano. En lo inmediato, se relaciona con irregularidades y maniobras contables en la compraventa de derechos televisuales en Estados Unidos. Dado que Mediaset –sucesora de Fininvest- está involucrada, Berlusconi figura en la nómina de personas expuestas a interrogatorios.

En lo tocante al caso SME, el primer ministro ha sido beneficiado por la prescripción de causas, merced a la complicidad parlamentaria, vía suspensión de acciones mientras Berlusconi ocupe el cargo. Pero la ley dictada a su medida se halla en revisión ante la Corte Europea de justicia. También lo está el proceso por contabilidad falsa, remitido en septiembre a ese mismo tribunal. Esta instancia podría frustrar las maniobras para obtener nuevas prescripciones, de tipo similar a las de Carlos S.Ménem, parientes, socios y funcionarios de su régimen en Argentina.

El cómplice más relevante es un abogado inglés, David Mills, arquitecto de sociedades extraterritoriales (“off shore”) utilizadas como “cajas negras” del grupo Fininvest. Incluyen las dos cuyos beneficiarios terminaron siendo Marina y Piersilvio, hijos del político derechista.

Los interrogatorios a Mills (optó por cooperar con la justicia) por falso testimonio –delito cometido años atrás- se integraron a la causa el 19 de febrero último. Ese mismo día, los fiscales reiniciaron acciones contra Berlusconi y lo citaron para estos días. Los cargos son apropiación indebida de fondos, falsificación de balances y fraude fiscal.

Un descuido burocrático le permitió al “Corriere della sera” (diario conservador perteneciente, vaya ironía, al conglomerado que controla el jefe de gobierno) obtener el 26 de febrero una lista de catorce indagados y futuros indagados. Entre ellos, Berlusconi. La clave del asunto reside, empero, en Mills. Esposo de Tessa Jowell –ministra social de Tony Blair-, el letrado se pasó buena parte de los 80 ideando y armando una constelación de “cajas negras” en las Antillas, Suiza y otros refugios habituales del dinero turbio.

Pero el caso de Mills es sólo manifestación más reciente de una serie que data de 1992, cuando el actual primer ministro estaba en el llano. En lo inmediato, se relaciona con irregularidades y maniobras contables en la compraventa de derechos televisuales en Estados Unidos. Dado que Mediaset –sucesora de Fininvest- está involucrada, Berlusconi figura en la nómina de personas expuestas a interrogatorios.

En lo tocante al caso SME, el primer ministro ha sido beneficiado por la prescripción de causas, merced a la complicidad parlamentaria, vía suspensión de acciones mientras Berlusconi ocupe el cargo. Pero la ley dictada a su medida se halla en revisión ante la Corte Europea de justicia. También lo está el proceso por contabilidad falsa, remitido en septiembre a ese mismo tribunal. Esta instancia podría frustrar las maniobras para obtener nuevas prescripciones, de tipo similar a las de Carlos S.Ménem, parientes, socios y funcionarios de su régimen en Argentina.

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