Berlusconi avanza en la reforma constitucional

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha anunciado un acuerdo dentro en el seno de la coalición conservadora que lidera para acometer una serie de reformas de la Constitución, que serán debatidas en el Parlamento en septiembre.

29 agosto, 2003

Esos cambios incluyen la transformación del Senado en una Cámara de las Regiones, desde su actual función legislativa, y la atribución de mayores poderes al jefe de Gobierno, que tendría la posibilidad de disolver el Parlamento.
También figuran el impulso al proceso federalista conocido como “devolution”, que brinda mayores competencias a las regiones y la reforma del Tribunal Constitucional, en el que se contempla igualmente una mayor representación a nivel regional.
“Se trata de propuestas coherentes con la Constitución y que coinciden con la dinámica que existe en Europa”, dijo Berlusconi al asegurar que se cumple así el programa electoral de la mayoría conservadora y que no responden a “concesiones” a sus diverso miembros.

El paquete de reformas, acordado tras varios días de arduas negociaciones que finalizaron la pasada noche, trata de contentar a los socios en el Gobierno, en especial a la belicosa Liga Norte que lidera Umberto Bossi.
Bossi, que es precisamente Ministro para las Reformas, había amenazado el pasado mes con una crisis de Gobierno si no se aceleraba el proceso reformista, con especial hincapié en la cuestión federalista.

El plan que deber ahora debatir el Parlamento ha sido preparado por cuatro “sabios” pertenecientes a las diversas formaciones que integran la “Casa de las libertades” de Berlusconi: la gubernamental Forza Italia, la derechista Alianza Nacional, la ex secesionista Liga Norte y los democristianos de la UDC.
Las reformas, según sus responsables, servirán para dar mayor estabilidad al país, que ha tenido más de 50 gobiernos en el último medio siglo, y han sido recibidas con satisfacción por los socios de la mayoría, lo que se supone evitará a Berlusconi nuevos quebraderos de cabeza durante el resto del actual semestre de presidencia italiana de la Unión Europea.
Sin embargo, la oposición de centroizquierda ha anunciado batalla, al considerar que no ha sido consultada y que con la reforma se pretende concentrar un poder excesivo en la figura del primer ministro.

Dentro de los proyectos de Berlusconi figura además el cambio estructural de las pensiones, con la concesión de incentivos a los empleados que continúen trabajando a pesar de haber alcanzado la edad de jubilación en un plan que según el ministro de Trabajo, Roberto Maroni, estará preparado antes de final de año.
Este proyecto es visto con recelo por los sindicatos y también por la Liga Norte, que se opone a que se toquen las pensiones de vejez (tras 35 años de contribuciones) porque afectan sobre todo a las regiones septentrionales de Italia, su mayor feudo electoral.

Esos cambios incluyen la transformación del Senado en una Cámara de las Regiones, desde su actual función legislativa, y la atribución de mayores poderes al jefe de Gobierno, que tendría la posibilidad de disolver el Parlamento.
También figuran el impulso al proceso federalista conocido como “devolution”, que brinda mayores competencias a las regiones y la reforma del Tribunal Constitucional, en el que se contempla igualmente una mayor representación a nivel regional.
“Se trata de propuestas coherentes con la Constitución y que coinciden con la dinámica que existe en Europa”, dijo Berlusconi al asegurar que se cumple así el programa electoral de la mayoría conservadora y que no responden a “concesiones” a sus diverso miembros.

El paquete de reformas, acordado tras varios días de arduas negociaciones que finalizaron la pasada noche, trata de contentar a los socios en el Gobierno, en especial a la belicosa Liga Norte que lidera Umberto Bossi.
Bossi, que es precisamente Ministro para las Reformas, había amenazado el pasado mes con una crisis de Gobierno si no se aceleraba el proceso reformista, con especial hincapié en la cuestión federalista.

El plan que deber ahora debatir el Parlamento ha sido preparado por cuatro “sabios” pertenecientes a las diversas formaciones que integran la “Casa de las libertades” de Berlusconi: la gubernamental Forza Italia, la derechista Alianza Nacional, la ex secesionista Liga Norte y los democristianos de la UDC.
Las reformas, según sus responsables, servirán para dar mayor estabilidad al país, que ha tenido más de 50 gobiernos en el último medio siglo, y han sido recibidas con satisfacción por los socios de la mayoría, lo que se supone evitará a Berlusconi nuevos quebraderos de cabeza durante el resto del actual semestre de presidencia italiana de la Unión Europea.
Sin embargo, la oposición de centroizquierda ha anunciado batalla, al considerar que no ha sido consultada y que con la reforma se pretende concentrar un poder excesivo en la figura del primer ministro.

Dentro de los proyectos de Berlusconi figura además el cambio estructural de las pensiones, con la concesión de incentivos a los empleados que continúen trabajando a pesar de haber alcanzado la edad de jubilación en un plan que según el ministro de Trabajo, Roberto Maroni, estará preparado antes de final de año.
Este proyecto es visto con recelo por los sindicatos y también por la Liga Norte, que se opone a que se toquen las pensiones de vejez (tras 35 años de contribuciones) porque afectan sobre todo a las regiones septentrionales de Italia, su mayor feudo electoral.

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