Aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires

Unos 50 mil contribuyentes porteños que residen en las unidades habitacionales más caras de la Ciudad recibirán en los próximos días boletas de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) con un 30 por ciento de aumento.

11 febrero, 2003

El aumento fue aprobado por la Legislatura porteña a fin de
2002 y también afecta a las universidades privadas con sede en la
Ciudad, que ahora deberán abonar ABL, cuando antes estaban
exentas.

El incremento se suma al incremento de patentes que sufrieron
unos 200 mil propietarios de vehículos, que alcanzó en algunos
casos el 270 por ciento.

Además, por las nuevas medidas impositivas -que entran en
vigor este mes- se verán afectadas las empresas no radicadas en
la Ciudad, pero que comercializan sus productos en Buenos Aires.

A ellas se les aumentará una tasa que abonan y que pasará de
1,5 por ciento a 3 por ciento.

El polémico tributo es uno de los que mayores efectos negativos
podría provocar, debido a un posible traslado a los precios
por parte de supermercados y grandes comercios.

Asimismo, a partir de este año, la instalación de estructuras
metálicas para antenas o soportes de antenas deberán pagar 10 mil
pesos y mensualmente una tasa que va de entre 400 a 1.500 Pesos.

También la construcción será perjudicada, ya que pasará a ser
gravada con una tasa del 2 por ciento anual.

Para peor, quien se retrase con sus impuestos debereá pagar
punitorios que resultan hasta un 300 por ciento superiores a los
abonados el año último.

“Este es otro negocio del Gobierno de la Ciudad que quiere
pagar la repavimentación con nuestra plata. Se creen que somos
tontos, hacen esto porque las elecciones se acercan, pero durante
años los baches parecían piletas de natación y la ciudad era una
mugre”, se quejó Ricardo, un propietario de la zona de Recoleta.

En ese marco, el líder de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz,
denunció que el Gobierno porteño “no está facultado para cobrar
impuestos al patrimonio ni a la riqueza” porque, según consideró,
“de eso se encarga el Gobierno nacional”.

“Un Estado que no paga sus obligaciones financieras y que no
cumple con los servicios mínimos amparándose en la crisis
económica aumenta de manera confiscatoria las penas para los
vecinos que tienen dificultades de cumplir con las suyas”,
enfatizó.

Desde el Gobiero porteño, el secretario de Hacienda y Finanzas,
Miguel Pesce, consideró que “no se trata de un impuestazo,
sino de un reajuste; las escrituras estaban hechas con un valor
menor al de las propiedades”.

El aumento fue aprobado por la Legislatura porteña a fin de
2002 y también afecta a las universidades privadas con sede en la
Ciudad, que ahora deberán abonar ABL, cuando antes estaban
exentas.

El incremento se suma al incremento de patentes que sufrieron
unos 200 mil propietarios de vehículos, que alcanzó en algunos
casos el 270 por ciento.

Además, por las nuevas medidas impositivas -que entran en
vigor este mes- se verán afectadas las empresas no radicadas en
la Ciudad, pero que comercializan sus productos en Buenos Aires.

A ellas se les aumentará una tasa que abonan y que pasará de
1,5 por ciento a 3 por ciento.

El polémico tributo es uno de los que mayores efectos negativos
podría provocar, debido a un posible traslado a los precios
por parte de supermercados y grandes comercios.

Asimismo, a partir de este año, la instalación de estructuras
metálicas para antenas o soportes de antenas deberán pagar 10 mil
pesos y mensualmente una tasa que va de entre 400 a 1.500 Pesos.

También la construcción será perjudicada, ya que pasará a ser
gravada con una tasa del 2 por ciento anual.

Para peor, quien se retrase con sus impuestos debereá pagar
punitorios que resultan hasta un 300 por ciento superiores a los
abonados el año último.

“Este es otro negocio del Gobierno de la Ciudad que quiere
pagar la repavimentación con nuestra plata. Se creen que somos
tontos, hacen esto porque las elecciones se acercan, pero durante
años los baches parecían piletas de natación y la ciudad era una
mugre”, se quejó Ricardo, un propietario de la zona de Recoleta.

En ese marco, el líder de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz,
denunció que el Gobierno porteño “no está facultado para cobrar
impuestos al patrimonio ni a la riqueza” porque, según consideró,
“de eso se encarga el Gobierno nacional”.

“Un Estado que no paga sus obligaciones financieras y que no
cumple con los servicios mínimos amparándose en la crisis
económica aumenta de manera confiscatoria las penas para los
vecinos que tienen dificultades de cumplir con las suyas”,
enfatizó.

Desde el Gobiero porteño, el secretario de Hacienda y Finanzas,
Miguel Pesce, consideró que “no se trata de un impuestazo,
sino de un reajuste; las escrituras estaban hechas con un valor
menor al de las propiedades”.

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