Aumenta la tensión en Medio Oriente
Israel cerró el aeropuerto de Gaza. Mientras, hoy se registraron nuevas víctimas palestinas, y Arafat anunció una marcha, que se realizará mañana, para tratar de romper el bloqueo.
(EFE).- Israel volvió a cerrar hoy (lunes 23) el aeropuerto palestino de Gaza y la frontera terrestre de Rafah, con Egipto, en represalia por la Intifada palestina, dejando a este territorio aislado del mundo exterior por vía aérea.
Mientras, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Yaser Arafat, ha convocado a la población de Gaza y Cisjordania a marchar mañana, martes, hacia los puestos de control militares israelíes para tratar de romper el férreo bloqueo impuesto a los territorios como castigo colectivo por el levantamiento.
Esta mañana, el Ejército israelí bloqueó el pueblo de Beit Yala, junto a Belén (Cisjordania), desde donde milicianos palestinos del Tanzim habían disparado anoche con armas automáticas contra el vecino barrio judío de Guilo, en Jerusalén sureste, construido en territorio ocupado en 1967.
A pesar de todo, la jornada de hoy fue de relativa calma en Gaza y Cisjordania, pero jóvenes palestinos siguieron engrosando el siniestro recuento de víctimas de este levantamiento considerado ya la Intifada para la independencia, una desigual “guerra” que se ha cobrado más de 120 vidas de palestinos, y ocho israelíes.
Un joven de 15 años y otro de 26 que habían sido alcanzados por balas en la ciudad cisjordana de Naplusa ayer, sucumbieron hoy a sus heridas, y una mujer palestina de 45 años murió en circunstancias poco claras, al parecer por un infarto cuando cruzaba un puesto de control militar cerca de Tulkarem.
Al menos siete más resultaron hoy heridos graves, cinco de ellos en la ciudad cisjordana de Belén, donde los soldados israelíes que custodian la Tumba de Raquel, un santuario judío, abrieron fuego con balas de acero recubiertas de caucho contra los manifestantes que les lanzaban piedras.
En la Ciudad de la Natividad, a sólo 7 kilómetros de Jerusalén, el millar de manifestantes fue encabezado por primera vez en este levantamiento por un asno en el que se había escrito los nombres de Barak, el primer ministro israelí, y Mubarak, el presidente egipcio, a quien la calle palestina culpa de la moderada declaración final de la cumbre árabe de El Cairo, que no aprobó sanciones contra Israel.
Los territorios palestinos siguen cerrados y controles militares impiden el paso de trabajadores a Israel, y en el diario Al Hayat Al Jadida, órgano de la ANP, se convocan para mañana marchas hacia los puestos de control con la consigna de romper el bloqueo, que además está asfixiando económicamente a la autonomía.
Fuentes de seguridad israelíes justificaron el cierre del aeropuerto de Gaza diciendo que la policía palestina armada había entrado en las instalaciones, causando pánico entre los empleados israelíes “que creían que les iban a disparar”.
Israel había cerrado el aeropuerto –que está controlado por el Ejército israelí– en represalia por los disturbios que comenzaron hace casi un mes, pero lo reabrió la semana pasada en cumplimiento de lo acordado en Sharm El Sheij (Egipto), en la cumbre para poner fin a la violencia.
La frontera de Rafah, entre Gaza y Egipto, también había sido reabierta tras la cumbre de Sharm El Sheij, así como el paso fronterizo del puente Allenby, entre Cisjordania y Jordania.
El jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, no dudó en señalar hoy que la formación de un gobierno de unidad con el Likud en Israel sería el “tiro de gracia para el proceso de paz”.
Ariel Sharon, odiado en el mundo árabe por perpetrar la invasión de Líbano de 1982 y responsabilizado de las masacres en los campamentos de refugiados de Sabra y Shatila, provocó la actual Intifada palestina con la visita provocativa que efectuó el 28 de septiembre a la Explanada de las Mezquitas en la ciudad vieja de Jerusalén, para ratificar la soberanía israelí sobre el recinto.
Erekat se reunió hoy con el enviado de la Unión Europea, Miguel Angel Moratinos, y pidió que los 15 intercedan ante Israel para que cese la represión.
(EFE).- Israel volvió a cerrar hoy (lunes 23) el aeropuerto palestino de Gaza y la frontera terrestre de Rafah, con Egipto, en represalia por la Intifada palestina, dejando a este territorio aislado del mundo exterior por vía aérea.
Mientras, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Yaser Arafat, ha convocado a la población de Gaza y Cisjordania a marchar mañana, martes, hacia los puestos de control militares israelíes para tratar de romper el férreo bloqueo impuesto a los territorios como castigo colectivo por el levantamiento.
Esta mañana, el Ejército israelí bloqueó el pueblo de Beit Yala, junto a Belén (Cisjordania), desde donde milicianos palestinos del Tanzim habían disparado anoche con armas automáticas contra el vecino barrio judío de Guilo, en Jerusalén sureste, construido en territorio ocupado en 1967.
A pesar de todo, la jornada de hoy fue de relativa calma en Gaza y Cisjordania, pero jóvenes palestinos siguieron engrosando el siniestro recuento de víctimas de este levantamiento considerado ya la Intifada para la independencia, una desigual “guerra” que se ha cobrado más de 120 vidas de palestinos, y ocho israelíes.
Un joven de 15 años y otro de 26 que habían sido alcanzados por balas en la ciudad cisjordana de Naplusa ayer, sucumbieron hoy a sus heridas, y una mujer palestina de 45 años murió en circunstancias poco claras, al parecer por un infarto cuando cruzaba un puesto de control militar cerca de Tulkarem.
Al menos siete más resultaron hoy heridos graves, cinco de ellos en la ciudad cisjordana de Belén, donde los soldados israelíes que custodian la Tumba de Raquel, un santuario judío, abrieron fuego con balas de acero recubiertas de caucho contra los manifestantes que les lanzaban piedras.
En la Ciudad de la Natividad, a sólo 7 kilómetros de Jerusalén, el millar de manifestantes fue encabezado por primera vez en este levantamiento por un asno en el que se había escrito los nombres de Barak, el primer ministro israelí, y Mubarak, el presidente egipcio, a quien la calle palestina culpa de la moderada declaración final de la cumbre árabe de El Cairo, que no aprobó sanciones contra Israel.
Los territorios palestinos siguen cerrados y controles militares impiden el paso de trabajadores a Israel, y en el diario Al Hayat Al Jadida, órgano de la ANP, se convocan para mañana marchas hacia los puestos de control con la consigna de romper el bloqueo, que además está asfixiando económicamente a la autonomía.
Fuentes de seguridad israelíes justificaron el cierre del aeropuerto de Gaza diciendo que la policía palestina armada había entrado en las instalaciones, causando pánico entre los empleados israelíes “que creían que les iban a disparar”.
Israel había cerrado el aeropuerto –que está controlado por el Ejército israelí– en represalia por los disturbios que comenzaron hace casi un mes, pero lo reabrió la semana pasada en cumplimiento de lo acordado en Sharm El Sheij (Egipto), en la cumbre para poner fin a la violencia.
La frontera de Rafah, entre Gaza y Egipto, también había sido reabierta tras la cumbre de Sharm El Sheij, así como el paso fronterizo del puente Allenby, entre Cisjordania y Jordania.
El jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, no dudó en señalar hoy que la formación de un gobierno de unidad con el Likud en Israel sería el “tiro de gracia para el proceso de paz”.
Ariel Sharon, odiado en el mundo árabe por perpetrar la invasión de Líbano de 1982 y responsabilizado de las masacres en los campamentos de refugiados de Sabra y Shatila, provocó la actual Intifada palestina con la visita provocativa que efectuó el 28 de septiembre a la Explanada de las Mezquitas en la ciudad vieja de Jerusalén, para ratificar la soberanía israelí sobre el recinto.
Erekat se reunió hoy con el enviado de la Unión Europea, Miguel Angel Moratinos, y pidió que los 15 intercedan ante Israel para que cese la represión.
