Atentados: siguen buscando a argentinos

El Consulado argentino en Nueva York informó que todavía no había novedades sobre los cuatro argentinos y la estadounidense casada con un argentino desaparecidos.

17 septiembre, 2001

(NA). – El cónsul argentino en Nueva York, Juan Carlos Vignaud, ratificó esta mañana (lunes 17) que aún hay cuatro ciudadanos argentinos que siguen sin ser localizados tras los atentados registrados el martes pasado en esa ciudad, mientras que tampoco pudo ser ubicada hasta el momento la esposa de un argentino que vive allí.

El funcionario, en declaraciones periodísticas, señaló que los argentinos que están siendo buscados todavía no pudieron ser hallados, aunque se sigue con el trabajo en ese sentido.

También destacó que el consulado en Nueva York lleva adelante un registro “con todos los pedidos que se hicieron” sobre el paradero de ciudadanos argentinos que viven en Nueva York, y subrayó que más allá de los cuatro argentinos que todavía están siendo buscados, no hay otras personas de la misma nacionalidad que permanezcan desaparecidas tras los ataques terroristas del martes.

Hasta el momento, los argentinos que están siendo buscados son Pedro Grehan, de 31 años, quien trabajaba en el piso 101 de la torre norte; el paramédico rosarino Mario Santoro; el bombero Sergio Villanueva; y Gabriela Weisman, quien en el momento de la tragedia estaba en el piso 106 de la torre norte, la primera en ser atacada.

A esa lista de cuatro personas, se suma el caso de Cindy Dewly de Pons, una ciudadana norteamericana casada con un argentino, quien también está siendo buscada.

Esta mañana, desde Estados Unidos, la hermana de Gabriela Weisman, Andrea, sostuvo que por el momento “no hay nada nuevo” con respecto a la joven que sigue siendo buscada, y afirmó que ya fueron “a todos los hospitales, pero no aparece en ninguna lista”.

“También fuimos al centro familiar de Nueva York para registrar sus datos con la Policía y llevamos sus efectos personales, por las dudas que tengan que hacer una identificación”, dijo la mujer en declaraciones a una radio porteña.

La hermana de Gabriela Weisman contó con en el momento de los atentados “ella estaba en la primera torre que fue atacada, en el piso 106, y entre las 8:33 de la mañana y las 8:59 llamó unas diez veces” por teléfono a su familia.

“Se le desconectaba el teléfono, y por eso llamó tantas veces. Al principio no sabíamos qué era lo que pasaba, prendimos la televisión y ahí nos dimos cuenta de que había humo en el edificio y que un avión había pegado en la torre”, dijo.

Agregó que “la última vez que llamó, estaba llorando, nos dijo que había mucho humo y decía que era muy difícil respirar. Yo le dije que tratara de bajar, que había pegado un avión en la torre. Le dije que tratara de mantenerse en un piso bajo. Le pregunté si tenía agua y me dijo que no, y esa fue la última vez que hablamos”.

En cuanto al caso del paramédico Mario Santoro, su padre, Alberto Santoro, de 60 años de edad y 20 de residencia en Estados Unidos, señaló que un policía de la ciudad le dijo que “aún hay posibilidades de hallar con vida a gente bajo los escombros”.

Desde que se produjeron los atentados, el consulado argentino en Nueva York sigue rastreando en los hospitales y centros de atención de emergencias a las víctimas del atentado en busca de los argentinos que todavía no pudieron ser hallados, como así también con el caso de la ciudadana norteamericana casada con un argentino.

(NA). – El cónsul argentino en Nueva York, Juan Carlos Vignaud, ratificó esta mañana (lunes 17) que aún hay cuatro ciudadanos argentinos que siguen sin ser localizados tras los atentados registrados el martes pasado en esa ciudad, mientras que tampoco pudo ser ubicada hasta el momento la esposa de un argentino que vive allí.

El funcionario, en declaraciones periodísticas, señaló que los argentinos que están siendo buscados todavía no pudieron ser hallados, aunque se sigue con el trabajo en ese sentido.

También destacó que el consulado en Nueva York lleva adelante un registro “con todos los pedidos que se hicieron” sobre el paradero de ciudadanos argentinos que viven en Nueva York, y subrayó que más allá de los cuatro argentinos que todavía están siendo buscados, no hay otras personas de la misma nacionalidad que permanezcan desaparecidas tras los ataques terroristas del martes.

Hasta el momento, los argentinos que están siendo buscados son Pedro Grehan, de 31 años, quien trabajaba en el piso 101 de la torre norte; el paramédico rosarino Mario Santoro; el bombero Sergio Villanueva; y Gabriela Weisman, quien en el momento de la tragedia estaba en el piso 106 de la torre norte, la primera en ser atacada.

A esa lista de cuatro personas, se suma el caso de Cindy Dewly de Pons, una ciudadana norteamericana casada con un argentino, quien también está siendo buscada.

Esta mañana, desde Estados Unidos, la hermana de Gabriela Weisman, Andrea, sostuvo que por el momento “no hay nada nuevo” con respecto a la joven que sigue siendo buscada, y afirmó que ya fueron “a todos los hospitales, pero no aparece en ninguna lista”.

“También fuimos al centro familiar de Nueva York para registrar sus datos con la Policía y llevamos sus efectos personales, por las dudas que tengan que hacer una identificación”, dijo la mujer en declaraciones a una radio porteña.

La hermana de Gabriela Weisman contó con en el momento de los atentados “ella estaba en la primera torre que fue atacada, en el piso 106, y entre las 8:33 de la mañana y las 8:59 llamó unas diez veces” por teléfono a su familia.

“Se le desconectaba el teléfono, y por eso llamó tantas veces. Al principio no sabíamos qué era lo que pasaba, prendimos la televisión y ahí nos dimos cuenta de que había humo en el edificio y que un avión había pegado en la torre”, dijo.

Agregó que “la última vez que llamó, estaba llorando, nos dijo que había mucho humo y decía que era muy difícil respirar. Yo le dije que tratara de bajar, que había pegado un avión en la torre. Le dije que tratara de mantenerse en un piso bajo. Le pregunté si tenía agua y me dijo que no, y esa fue la última vez que hablamos”.

En cuanto al caso del paramédico Mario Santoro, su padre, Alberto Santoro, de 60 años de edad y 20 de residencia en Estados Unidos, señaló que un policía de la ciudad le dijo que “aún hay posibilidades de hallar con vida a gente bajo los escombros”.

Desde que se produjeron los atentados, el consulado argentino en Nueva York sigue rastreando en los hospitales y centros de atención de emergencias a las víctimas del atentado en busca de los argentinos que todavía no pudieron ser hallados, como así también con el caso de la ciudadana norteamericana casada con un argentino.

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