Argentina: varios bancos abren el paraguas, por las dudas

Las presiones de Washington, en favor de una quita indirecta sobre deudas soberanas generan ya reacciones. Un grupo de bancos alemanes coordinará demandas por el cese de pagos argentino. Paralelamente, otro sector arma un comité similar.

12 mayo, 2003

Según despachos de Bloomberg y Reuter’s, Commerzbank, DSW, Bayerische Landesbank, HVB, WestLB y otras entidades han creado un consorcio de pequeños acreedores, con vistas a coordinar demandas por US$ 9.200 millones en bonos argentinos, “congelados” tras el cese de pagos sobre US$ 110.000 millones, dispuesto –entre bombos y platillos- por Adolfo Rodríguez Saá en su efímera presidencia (diciembre de 2001).

Fuentes suizas creen que el proyecto puede demorarse algunos días, pues uno de los bancos (en apariencia, el Luxembourg) quiere hacer declarar inválido ese mandato y todos sus actos, lo cual involucraría al tribunal internacional de La Haya. Sin llegar a ese extremo, Morgan Stanley, Bear Stearns, Lazard Frères, BNP Paribas y otros lanzan un comité de tenedores de bonos argentinos (Argentine Bonholders Commitee, ABC) con metas similares a las alemanas.

La primera alianza, fogoneada por estudios jurídicos de Alemania, Austria e Italia, adherirá a una agencia pro reestructuración de la deuda argentina, que opera desde Dublin (Irlanda). Objetivo clave: armar un fondo común con los tenedores individuales de títulos. “Buenos Aires debiera dar la bienvenida a este esquema, pues le permitiría tratar con un solo frente de acreedores”, opina Adam Lerrick, jefe del equipo negociador y uno de quienes vienen proponiendo, desde 1995, la figura de “quiebra soberana”.

El proyecto es más complejo de lo que creen en Washington, donde John Taylor –subsecretario de Hacienda para asuntos internacionales- descarta las ideas de Lerrick. Taylor impulsa una adaptación de la ley federal de quiebras (títulos IX y XI), en forma de bonos con cláusulas que impidan a los acreedores chicos bloquear negociaciones con los grandes.

El esquema alemán busca el esquema alemán, asesorado por Hans Tietmeyer, ex jefe del Bundesbank (banco central germano) y hombre muy influyente. Por de pronto, ya obtuvo la adhesión de una entidad japonesa, el Shinsei Bank. En esta fase, gestiones y presiones se centran en el caso argentino, en tanto Taylor piensa más en las deudas de Irak y Turquía. Las “bisagras técnicas” entre ambas iniciativas son el canje de títulos lanzado en abril por Uruguay y las emisiones de “bonos blindados” colocadas por Méjico y Brasil.

Según despachos de Bloomberg y Reuter’s, Commerzbank, DSW, Bayerische Landesbank, HVB, WestLB y otras entidades han creado un consorcio de pequeños acreedores, con vistas a coordinar demandas por US$ 9.200 millones en bonos argentinos, “congelados” tras el cese de pagos sobre US$ 110.000 millones, dispuesto –entre bombos y platillos- por Adolfo Rodríguez Saá en su efímera presidencia (diciembre de 2001).

Fuentes suizas creen que el proyecto puede demorarse algunos días, pues uno de los bancos (en apariencia, el Luxembourg) quiere hacer declarar inválido ese mandato y todos sus actos, lo cual involucraría al tribunal internacional de La Haya. Sin llegar a ese extremo, Morgan Stanley, Bear Stearns, Lazard Frères, BNP Paribas y otros lanzan un comité de tenedores de bonos argentinos (Argentine Bonholders Commitee, ABC) con metas similares a las alemanas.

La primera alianza, fogoneada por estudios jurídicos de Alemania, Austria e Italia, adherirá a una agencia pro reestructuración de la deuda argentina, que opera desde Dublin (Irlanda). Objetivo clave: armar un fondo común con los tenedores individuales de títulos. “Buenos Aires debiera dar la bienvenida a este esquema, pues le permitiría tratar con un solo frente de acreedores”, opina Adam Lerrick, jefe del equipo negociador y uno de quienes vienen proponiendo, desde 1995, la figura de “quiebra soberana”.

El proyecto es más complejo de lo que creen en Washington, donde John Taylor –subsecretario de Hacienda para asuntos internacionales- descarta las ideas de Lerrick. Taylor impulsa una adaptación de la ley federal de quiebras (títulos IX y XI), en forma de bonos con cláusulas que impidan a los acreedores chicos bloquear negociaciones con los grandes.

El esquema alemán busca el esquema alemán, asesorado por Hans Tietmeyer, ex jefe del Bundesbank (banco central germano) y hombre muy influyente. Por de pronto, ya obtuvo la adhesión de una entidad japonesa, el Shinsei Bank. En esta fase, gestiones y presiones se centran en el caso argentino, en tanto Taylor piensa más en las deudas de Irak y Turquía. Las “bisagras técnicas” entre ambas iniciativas son el canje de títulos lanzado en abril por Uruguay y las emisiones de “bonos blindados” colocadas por Méjico y Brasil.

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