Argentina: informe negativo de la Cepal

Prevé un crecimiento cero para el país. Entre los principales factores destacó las malas condiciones de financiación exterior y las dificultades para reducir el déficit fiscal.

18 diciembre, 2000

(EFE).- La economía argentina tendrá un crecimiento cero este año, al persistir la situación de crisis desde 1998, según el Balance Preliminar de la Economía Latinoamericana difundido hoy (lunes 18), en Santiago por la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Las deterioradas condiciones de financiación exterior y las dificultades para reducir el déficit fiscal son, según el informe, los factores que impidieron a la Argentina superar la crisis y retomar la senda del crecimiento, después de la caída de 3,4% que registró el PIB en 1999.

La Cepal, al mismo tiempo, consigna que, en presencia de una alicaída demanda, la inflación volvió a ser negativa (-0,7% en 2000 y -1,8% en 1999), y el desempleo subió a 15,1%, la mayor tasa de los últimos tres años, aunque la suba obedeció a un descenso en el coeficiente de trabajo y no a la pérdida de empleos.

Debido al alza del petróleo, mejoraron los precios de exportación y el volumen creció moderadamente, con lo que la balanza comercial tendrá un superávit de unos US$ 1.800 millones.

El valor de las exportaciones se recuperó de la caída de 1999 y alcanzó a unos US$ 31.100 millones, con énfasis en los casos de los combustibles y manufacturas y, levemente, en los cereales y semillas oleaginosas.

Aunque la participación del Mercosur en las exportaciones mejoró, se mantuvo por debajo de los registros previos a 1999, lo que dio origen a negociaciones sobre el intercambio de productos como los automotores, mientras en lo macroeconómico los gobiernos acordaron pautas para la evolución de indicadores fiscales y precios.

Este año, la política económica argentina se ocupó de variados temas, como el régimen impositivo para las inversiones en capital físico, las normas del mercado laboral, los criterios de regulación en áreas de servicios públicos y la integración regional, pero el centro de la atención estuvo en las finanzas públicas, destaca el texto.

Agrega que tras diversas medidas para aumentar los ingresos y disminuir los gastos, el Gobierno logró incrementar el superávit primario, pero el déficit financiero se amplió y el crédito externo experimentó altibajos hasta que la retracción de títulos argentinos en octubre y noviembre creó graves tensiones en los mercados de activos.

En ese marco, el gobierno negoció un paquete crediticio y anunció medidas para reforzar la solvencia fiscal a mediano plazo, además de corregir al alza la proyección de déficit para 2001, señala la Cepal.

Las autoridades reafirmaron la vigencia del régimen monetario y tras manifestar preocupación por las cuentas fiscales, modificaron el impuesto a las ganancias y anunciaron un gravamen transitorio a las rentas altas.

Además, se amplió la base del IVA y se alzaron los tributos sobre las ventas de diversos productos, al tiempo que se cancelaron rebajas previstas en las contribuciones de seguridad social.

Las medidas buscaron reducir las primas de “riesgo país” y mejorar las condiciones del crédito al sector privado, pero a pesar de una reducción inicial de las tasas de interés la actividad no despegó, en detrimento de los ingresos tributarios esperados.

En ese contexto, el Gobierno recortó gastos y dio facilidades para el pago de deudas impositivas, lo que aplacó la tensión de los mercados financieros, pero el largo período de baja actividad y de ajuste generaron un clima pesimista que comprimió el gasto privado.

En octubre, el gobierno anunció más medidas para favorecer la inversión, pero los anuncios llegaron en medio de una gran turbulencia política, marcada por la renuncia del Vicepresidente (Carlos Alvarez).

Al mismo tiempo, los analistas expresaron dudas sobre la posibilidad de acceso al crédito para el sector público, lo que creó un clima de desconfianza.

(EFE).- La economía argentina tendrá un crecimiento cero este año, al persistir la situación de crisis desde 1998, según el Balance Preliminar de la Economía Latinoamericana difundido hoy (lunes 18), en Santiago por la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Las deterioradas condiciones de financiación exterior y las dificultades para reducir el déficit fiscal son, según el informe, los factores que impidieron a la Argentina superar la crisis y retomar la senda del crecimiento, después de la caída de 3,4% que registró el PIB en 1999.

La Cepal, al mismo tiempo, consigna que, en presencia de una alicaída demanda, la inflación volvió a ser negativa (-0,7% en 2000 y -1,8% en 1999), y el desempleo subió a 15,1%, la mayor tasa de los últimos tres años, aunque la suba obedeció a un descenso en el coeficiente de trabajo y no a la pérdida de empleos.

Debido al alza del petróleo, mejoraron los precios de exportación y el volumen creció moderadamente, con lo que la balanza comercial tendrá un superávit de unos US$ 1.800 millones.

El valor de las exportaciones se recuperó de la caída de 1999 y alcanzó a unos US$ 31.100 millones, con énfasis en los casos de los combustibles y manufacturas y, levemente, en los cereales y semillas oleaginosas.

Aunque la participación del Mercosur en las exportaciones mejoró, se mantuvo por debajo de los registros previos a 1999, lo que dio origen a negociaciones sobre el intercambio de productos como los automotores, mientras en lo macroeconómico los gobiernos acordaron pautas para la evolución de indicadores fiscales y precios.

Este año, la política económica argentina se ocupó de variados temas, como el régimen impositivo para las inversiones en capital físico, las normas del mercado laboral, los criterios de regulación en áreas de servicios públicos y la integración regional, pero el centro de la atención estuvo en las finanzas públicas, destaca el texto.

Agrega que tras diversas medidas para aumentar los ingresos y disminuir los gastos, el Gobierno logró incrementar el superávit primario, pero el déficit financiero se amplió y el crédito externo experimentó altibajos hasta que la retracción de títulos argentinos en octubre y noviembre creó graves tensiones en los mercados de activos.

En ese marco, el gobierno negoció un paquete crediticio y anunció medidas para reforzar la solvencia fiscal a mediano plazo, además de corregir al alza la proyección de déficit para 2001, señala la Cepal.

Las autoridades reafirmaron la vigencia del régimen monetario y tras manifestar preocupación por las cuentas fiscales, modificaron el impuesto a las ganancias y anunciaron un gravamen transitorio a las rentas altas.

Además, se amplió la base del IVA y se alzaron los tributos sobre las ventas de diversos productos, al tiempo que se cancelaron rebajas previstas en las contribuciones de seguridad social.

Las medidas buscaron reducir las primas de “riesgo país” y mejorar las condiciones del crédito al sector privado, pero a pesar de una reducción inicial de las tasas de interés la actividad no despegó, en detrimento de los ingresos tributarios esperados.

En ese contexto, el Gobierno recortó gastos y dio facilidades para el pago de deudas impositivas, lo que aplacó la tensión de los mercados financieros, pero el largo período de baja actividad y de ajuste generaron un clima pesimista que comprimió el gasto privado.

En octubre, el gobierno anunció más medidas para favorecer la inversión, pero los anuncios llegaron en medio de una gran turbulencia política, marcada por la renuncia del Vicepresidente (Carlos Alvarez).

Al mismo tiempo, los analistas expresaron dudas sobre la posibilidad de acceso al crédito para el sector público, lo que creó un clima de desconfianza.

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