Aprendizaje colectivo en inversión social

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Este tipo de inversión requiere involucramiento, generación de oportunidades y el armado de espacios y escenarios para el desarrollo de las personas. Pero más que nada, este tipo de experiencias necesita sentar las bases para un aprendizaje colectivo que logre fortalecer capacidades.

Por Marcelo Abril (*)

 

No solo de los destinatarios de estas acciones, que son quienes más lo necesitan, sino también de las instituciones que participan en el proceso.

Desde Mundo Sano, la fundación de Grupo Insud, trabajamos para ayudar a las poblaciones afectadas por las denominadas enfermedades desatendidas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades desatendidas afectan a las poblaciones más pobres, residentes en zonas rurales remotas, barrios suburbanos marginales o zonas de conflicto del mundo en desarrollo. Además, estas enfermedades reciben poca atención y se ven postergadas en las prioridades de la salud pública porque los afectados carecen de influencia política. También vemos que la inexistencia de estadísticas fiables también dificulta los esfuerzos por sacar a estas enfermedades de las sombras.

Por ello, trabajar para personas afectadas por enfermedades desatendidas junto a una importante red de actores, es un desafío diario. Para lograr una buena gestión, la elección de puntos estratégicos para realizar estas actividades debe tener en cuenta las necesidades de las personas como así también la capacidad del lugar para llevar adelante intervenciones específicas.

Este tipo de acciones resultan eficientes cuando participan autoridades de gobierno, universidades, referentes científicos, organizaciones de la sociedad civil, actores del sector privado y organizaciones nacionales e internacionales; en un espacio en donde cada actor colabora con su experiencia para llegar al mejor resultado optimizando recursos/capacidades y tiempo. Y en donde además es importante generar evidencia para aportar al conocimiento científico en base a modelos replicables, escalables y transferibles a otras situaciones de salud con características similares.

 

En ese marco de gestiones a largo plazo que incluyen acciones de sensibilización, prevención, diagnóstico y tratamiento; muchas veces nos preguntamos si tenemos realmente un espacio para contribuir, porque la solución a las enfermedades desatendidas depende en un gran porcentaje de las políticas públicas. Sin embargo, como sociedad no podemos sentarnos a esperar la respuesta a todos los problemas. Hay que trabajar en el presente para acercar soluciones innovadoras, eficaces y participativas a las problemáticas comunes en términos de salud.

 

(*) Marcelo Abril es Licenciado en Ciencias Biológicas, se graduó en el Centro de Altos Estudios de Ciencias Exactas, con formación en Diagnóstico Parasitológico y Microbiología. Es Director Ejecutivo de la Fundación Mundo Sano.

 

La Fundación

 

Fue creada por el Dr. Roberto Gold y actualmente la preside su hija, Silvia Gold. La fundación forma parte de Grupo Insud, cuyo CEO es Hugo Sigman.

Mundo Sano es una fundación privada cuya visión es transformar la realidad de las poblaciones afectadas por enfermedades desatendidas como: Chagas, Geoparasitosis, Leishmaniasis, Hidatidosis y las transmitidas por mosquitos como el Dengue, Zika y Chikungunya. Estas problemáticas afectan a los sectores más vulnerables, causando graves consecuencias en la salud de quienes las padecen. Desde 1993 Mundo Sano realiza en Argentina actividades de prevención en: Añatuya (Santiago del Estero), Tartagal (Salta), Pampa del Indio (Chaco), Puerto Iguazú (Misiones) y Clorinda (Formosa). Y además tiene presencia en Ãfrica (Mozambique, Angola y Etiopia) y Europa (Suiza, España).

 

 

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