ANSES: los recursos cubren 80% de los gastos

Todo el conjunto de prestaciones sociales, que antes podía cubrirse íntegramente con recursos directos, hoy debe financiarse parcialmente con Rentas Generales. En la actualidad los recursos propios del organismo sólo alcanzan para cubrir cuatro quintas partes del total.

26 marzo, 2017

Recientemente se conocieron distintas mediciones sobre el resultado de la ANSES. Según la medición base caja del Sector Público Nacional No Financiero, las instituciones de la Seguridad Social, donde ANSES explica casi la totalidad, tuvieron un superávit de 2,3% del PBI en 2016.

 

Sin embargo, esta cifra contrasta con el déficit de 1,8% del PBI de ANSES informado por Jefatura de Gabinete de Ministros. Según evaluaciones propias, este resultado se encuentra sobredimensionado, ya que dentro de los gastos de ANSES se incluyen partidas que, si bien hacen a la Seguridad Social, no necesariamente corresponden al organismo. Estimamos que el déficit “puro” de ANSES sería bastante más acotado (-0,4% del PBI), pero igualmente evidenció un fuerte deterioro frente al superávit observado en 2015 (+0,5% del PBI).

Si bien ANSES posee el mayor presupuesto de la administración nacional (43% del total), tiene a su cargo la ejecución no sólo de los programas contributivos nacionales (prestaciones previsionales, asignaciones familiares, seguro de desempleo) sino también muchos otros no contributivos (la Asignación Universal por Hijo, PROGRESAR, Conectar Igualdad, Pensión Universal y Ex Combatientes de Malvinas, entre los casos más emblemáticos). Pero además, figuran en su presupuesto otros programas que no necesariamente tiene en cabeza, como las Pensiones No Contributivas (PNC) y las Pasividades de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, como explica el último informe semanal de la consultora Ecolatina.

En 2010, los recursos que el organismo percibió directamente (sin aportes extra del Tesoro) alcanzaban para cubrir la totalidad de los programas anteriormente descriptos (incluidos aquellos que no están bajo la órbita de ANSES); más aún, ese año el organismo tuvo un superávit de más de $ 9.000 millones. Sin embargo, en los últimos seis años, los gastos totales crecieron 6 puntos porcentuales anuales por encima de los recursos y hoy la ANSES necesita de aportes adicionales para cubrir su presupuesto.

De hecho, en 2016, las cuentas del organismo se tensionaron fuertemente. Por un lado, porque el gobierno tomó decisiones que incrementaron más de lo habitual las erogaciones de ANSES. Entre estas medidas, destaca el financiamiento a Cajas Provinciales no transferidas, y la extensión de la AUH y Ayuda Escolar Anual para los monotributistas y los trabajadores incluidos en el Régimen de Trabajo Temporario. Además, se permitió el cobro en simultáneo de la AUH y la Pensión con otros programas provinciales y locales, lo cual no estaba previsto anteriormente.

 

Impacto de la recesión

 

Otro factor que también incrementó las erogaciones fueron los bonos (suma fija) otorgados a jubilados y perceptores de la AUH. De esta manera, todos los gastos alcanzaron casi $ 900.000 millones en 2016, creciendo 44% anual.

Por otra parte, en lo que respecta a los ingresos, la recaudación directa de la ANSES sufrió el impacto de la recesión. Pero también el efecto de los cambios tributarios aplicados en 2016, donde destaca la modificación en Ganancias y, en menor medida, la devolución del 15% de IVA en productos de la canasta básica a hogares vulnerables. De hecho, los recursos netos de ANSES crecieron 32% el año pasado, 12 puntos porcentuales por debajo de los gastos. Como compensación, la ANSES recibió $ 104.000 millones del Blanqueo de Capitales de los cuales el año pasado sólo aplicó $ 3.000 millones a la Reparación Histórica.

En los últimos seis años, los recursos directos de ANSES crecieron alrededor de 440%, mientras que los gastos (incluyendo los programas que no son propios) lo hicieron en 580%, como resultado de diversas políticas aplicadas en materia de cobertura social. Entre ellas destacan: el gasto en Jubilaciones y Pensiones que creció 600% en los últimos seis años por la movilidad jubilatoria y la moratoria previsional; la AUH que trepó alrededor de 700% en dicho período, producto de la movilidad previsional y la incorporación de monotributistas durante 2016; finalmente, el resto de los gastos que no son ejecutados por ANSES crecieron 570% desde 2010, con las Pensiones No Contributivas subiendo 711%.

Obviamente, esta formidable expansión del gasto permitió incrementar la cobertura previsional a casi 98% de los adultos mayores (de hecho, la pobreza en esta franja etaria es de la más bajas), al tiempo que las Asignaciones por Hijo conforman hoy la principal política social que dota de un ingreso mínimo a los hogares más vulnerables.

La creciente brecha entre ingresos y gastos del sistema de prestaciones sociales en su conjunto muestra también que la solución de fondo no pasa tanto por acotar el conjunto de gastos que figuran en el presupuesto de ANSES (debido al impacto social positivo que tienen) sino por aumentar los ingresos, para lo cual deberá atacarse a fondo la evasión fiscal y el empleo informal. La solución más sostenible para las cuentas de ANSES es el crecimiento y la formalización de la ocupación. De no corregirse este aspecto, los problemas financieros sólo van a empeorar con el paso del tiempo.

 

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