Alvarez sorprendió en Londres

El vicepresidente Carlos Alvarez se reunió con el premier británico Tony Blair. Un pequeño pero importante paso para las relaciones entre ambos países.

20 abril, 2000

El embajador británico en la Argentina, William Marsden, calificó la presencia del vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez en Londres como una visita “extraordinaria y sorprendente”. Parece que el político aliancista logró sacudir la tradicional flema británica con su estilo extrovertido y audaz.

Logró lo que pocos políticos argentinos alcanzaron: que el Premier Tony Blair se acercara espontáneamente a saludarlo en la tarde de ayer, durante una sesión de la Cámara de los Comunes”. Un estilo personal de Blair, que rompe con el almidonado protocolo inglés

No parece más que una anécdota, pero no hay que dejarla pasar por alto. Pronto, muy posiblemente, la Argentina y Gran Bretaña –superada la etapa pueril de la “de la política de seducción” de el ex canciller Di Tella– deberán colocar las cartas sobre la mesa y negociar, de cancillería a cancillería y sin el pretexto de los deseos de los kelpers, la distribución equitativa de las riquezas económicas de las islas Malvinas. Pesca y, sobre todo, hidrocarburos, serán los objetivos a discutir

Los memoriosos recuerdan que ya en la década de los ´70, el Servicio Geológico de Estados Unidos estimaba el potencial de la Cuenca Austral submarina de la argentina, en alrededor de 200 mil millones de barriles de petróleo y gas equivalente. Y que Denis Thatcher, esposo de la temible Dama de Hierro, presidía la First Gas and Oil Company, de la que se dijo tenía fuertes intereses en la región.

El embajador británico en la Argentina, William Marsden, calificó la presencia del vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez en Londres como una visita “extraordinaria y sorprendente”. Parece que el político aliancista logró sacudir la tradicional flema británica con su estilo extrovertido y audaz.

Logró lo que pocos políticos argentinos alcanzaron: que el Premier Tony Blair se acercara espontáneamente a saludarlo en la tarde de ayer, durante una sesión de la Cámara de los Comunes”. Un estilo personal de Blair, que rompe con el almidonado protocolo inglés

No parece más que una anécdota, pero no hay que dejarla pasar por alto. Pronto, muy posiblemente, la Argentina y Gran Bretaña –superada la etapa pueril de la “de la política de seducción” de el ex canciller Di Tella– deberán colocar las cartas sobre la mesa y negociar, de cancillería a cancillería y sin el pretexto de los deseos de los kelpers, la distribución equitativa de las riquezas económicas de las islas Malvinas. Pesca y, sobre todo, hidrocarburos, serán los objetivos a discutir

Los memoriosos recuerdan que ya en la década de los ´70, el Servicio Geológico de Estados Unidos estimaba el potencial de la Cuenca Austral submarina de la argentina, en alrededor de 200 mil millones de barriles de petróleo y gas equivalente. Y que Denis Thatcher, esposo de la temible Dama de Hierro, presidía la First Gas and Oil Company, de la que se dijo tenía fuertes intereses en la región.

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