Alto acatamiento al paro

A partir de la 12 empezaron las movilizaciones, con cortes de ruta en Capital y en el interior del país. El Estado garantizó la seguridad de transportes y se hará cargo de indemnizaciones por eventuales daños.

23 noviembre, 2000

Una lluvia de bombas de estruendo en puntos estratégicos del centro de la capital federal marcaron hoy (jueves 23) a las 12 en punto el comienzo del paro general de 36 horas organizado por la CGT disidente y la CTA contra la política económica del Gobierno, mientras numerosos cruces de avenidas del micro y macrocentro porteño, y rutas del conurbano y del interior del país, quedaron cortadas por manifestaciones de desocupados.

En Capital, Taxistas cortaron el tránsito en las avenidas 9 de Julio y San Juan, en el barrio de Constitución, y también en el la avenida Pueyrredón entre las calles Bartolomé Mitre y Sarmiento. Además fue cortada la convergencia entre las calles Azcuénaga y Lavalle, ambos en el barrio del Once.

En el conurbano bonaerense, los cortes alcanzaron al partido de Florencio Varela.

La Ruta Panamericana fue cortada en diferentes tramos, a la altura de la localidad de General Pacheco y de Pablo Nogues, partido de Malvinas Argentinas, provocando un gran congestionamiento vehicular en la zona.

En uno de los accesos al puente de Zárate-Brazo Largo, en la rotonda ubicada entre la ruta provincial 193 y su continuación con la nacional 12, unas 500 personas impedían el paso de los vehículos.

A las 14 Moyano llegó frente al Congreso de la Nación, escoltado por un grupo de camioneros, para participar de un cacerolazo.

En declaraciones frente a los manifestantes, el titular de la CGT disidente prometió seguir con las medidas de fuerza “si continúa el hambre y la miseria” en el país y le pidió al Gobierno “que les diga a sus mandantes que este pueblo está decidido a luchar”.

Moyano aseguró que la protesta se realiza “pacíficamente en todo el país” y remarcó que no hay posibilidad de mejorar “si no se cambia el modelo económico”.

A la medida de fuerza se sumarán, a partir del primer minuto de mañana, los gremios adheridos a la CGT dialoguista, con la seguridad de sus organizadores de que tendrá un alto acatamiento en todo el país.

La tercera huelga general que soporta la administración de Fernando de la Rúa fue calificada por el propio Presidente como “inverosímil y sin sentido”, en tanto las autoridades se reservaron la posibilidad de declararla ilegal en caso de que se registraran actos de violencia durante manifestaciones callejeras.

Esta mañana el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el decreto mediante el cual “garantiza y se hace responsable de la seguridad de los servicios de transporte” público desde el primer minuto de ayer y hasta la medianoche de mañana, y anuncia que se hará cargo de la reparación de los daños que sufrieran unidades que no estuvieran aseguradas.

Sin embargo, las autoridades de seguridad se mostraron cautelosas al advertir que intentarán neutralizar posibles focos de disturbios “del modo más pacífico posible”.

Colectivos y ómnibus de corta, media y larga distancia, trenes, subterráneos y aviones cumplirán a partir de este mediodía servicios reducidos hasta la medianoche del viernes.

Los vuelos de cabotaje que después de las 14 partían desde el aeroparque metropolitano hacia el interior del país se habían reducido cerca de 20% con relación al cronogroma habitual de los jueves.

En el panorama gremial, ya se estaban organizando en forma lenta los primeros trabajadores aeronáuticos que después de las 14 tienen previsto cortar la avenida Costanera, a la altura del aeroparque, lo que podría ocasionar que los pasajeros, como también los tripulantes de los aviones, no puedan llegar a abordar las máquinas.

El gremio de La Fraternidad anunció que la adhesión de los conductores de trenes al paro rondará 97% y oficialmente se admitía que tendrán mejores posibilidades de cumplir con los cronogramas obligatorios, junto con los subtes, porque están “menos expuestos a las agresiones”.

En cambio se esperaba que el paro en los colectivos de corta y media distancia sería total, particularmente porque, desde el lunes de esta semana, desconocidos desataron una ola de agresiones que ya causaron daños a más de un centenar de unidades y heridas a algunos choferes.

Esta mañana Moyano había advertido que “se está creando un clima de miedo”, cuando en realidad “no va a pasar absolutamente nada”.

El titular de la CGT disidente pidió en esa ocasión que “no se le tenga miedo a la gente cuando sale a la calle”, al tiempo que indirectamente se desligó de la organización de cortes de ruta, al sostener que la CGT sólo planeó “una olla popular y un cacerolazo” y que fueron “otras organizaciones” las que planearon piquetes en rutas y avenidas.

De todos modos, volvió a sostener que la organización de los cortes de ruta sirve para “contener a la gente” que viene efectuando esas protestas en forma espontánea, y que si no se hubieran canalizado por la organización sindical, hubieran “generalizado” esa modalidad.

Una lluvia de bombas de estruendo en puntos estratégicos del centro de la capital federal marcaron hoy (jueves 23) a las 12 en punto el comienzo del paro general de 36 horas organizado por la CGT disidente y la CTA contra la política económica del Gobierno, mientras numerosos cruces de avenidas del micro y macrocentro porteño, y rutas del conurbano y del interior del país, quedaron cortadas por manifestaciones de desocupados.

En Capital, Taxistas cortaron el tránsito en las avenidas 9 de Julio y San Juan, en el barrio de Constitución, y también en el la avenida Pueyrredón entre las calles Bartolomé Mitre y Sarmiento. Además fue cortada la convergencia entre las calles Azcuénaga y Lavalle, ambos en el barrio del Once.

En el conurbano bonaerense, los cortes alcanzaron al partido de Florencio Varela.

La Ruta Panamericana fue cortada en diferentes tramos, a la altura de la localidad de General Pacheco y de Pablo Nogues, partido de Malvinas Argentinas, provocando un gran congestionamiento vehicular en la zona.

En uno de los accesos al puente de Zárate-Brazo Largo, en la rotonda ubicada entre la ruta provincial 193 y su continuación con la nacional 12, unas 500 personas impedían el paso de los vehículos.

A las 14 Moyano llegó frente al Congreso de la Nación, escoltado por un grupo de camioneros, para participar de un cacerolazo.

En declaraciones frente a los manifestantes, el titular de la CGT disidente prometió seguir con las medidas de fuerza “si continúa el hambre y la miseria” en el país y le pidió al Gobierno “que les diga a sus mandantes que este pueblo está decidido a luchar”.

Moyano aseguró que la protesta se realiza “pacíficamente en todo el país” y remarcó que no hay posibilidad de mejorar “si no se cambia el modelo económico”.

A la medida de fuerza se sumarán, a partir del primer minuto de mañana, los gremios adheridos a la CGT dialoguista, con la seguridad de sus organizadores de que tendrá un alto acatamiento en todo el país.

La tercera huelga general que soporta la administración de Fernando de la Rúa fue calificada por el propio Presidente como “inverosímil y sin sentido”, en tanto las autoridades se reservaron la posibilidad de declararla ilegal en caso de que se registraran actos de violencia durante manifestaciones callejeras.

Esta mañana el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el decreto mediante el cual “garantiza y se hace responsable de la seguridad de los servicios de transporte” público desde el primer minuto de ayer y hasta la medianoche de mañana, y anuncia que se hará cargo de la reparación de los daños que sufrieran unidades que no estuvieran aseguradas.

Sin embargo, las autoridades de seguridad se mostraron cautelosas al advertir que intentarán neutralizar posibles focos de disturbios “del modo más pacífico posible”.

Colectivos y ómnibus de corta, media y larga distancia, trenes, subterráneos y aviones cumplirán a partir de este mediodía servicios reducidos hasta la medianoche del viernes.

Los vuelos de cabotaje que después de las 14 partían desde el aeroparque metropolitano hacia el interior del país se habían reducido cerca de 20% con relación al cronogroma habitual de los jueves.

En el panorama gremial, ya se estaban organizando en forma lenta los primeros trabajadores aeronáuticos que después de las 14 tienen previsto cortar la avenida Costanera, a la altura del aeroparque, lo que podría ocasionar que los pasajeros, como también los tripulantes de los aviones, no puedan llegar a abordar las máquinas.

El gremio de La Fraternidad anunció que la adhesión de los conductores de trenes al paro rondará 97% y oficialmente se admitía que tendrán mejores posibilidades de cumplir con los cronogramas obligatorios, junto con los subtes, porque están “menos expuestos a las agresiones”.

En cambio se esperaba que el paro en los colectivos de corta y media distancia sería total, particularmente porque, desde el lunes de esta semana, desconocidos desataron una ola de agresiones que ya causaron daños a más de un centenar de unidades y heridas a algunos choferes.

Esta mañana Moyano había advertido que “se está creando un clima de miedo”, cuando en realidad “no va a pasar absolutamente nada”.

El titular de la CGT disidente pidió en esa ocasión que “no se le tenga miedo a la gente cuando sale a la calle”, al tiempo que indirectamente se desligó de la organización de cortes de ruta, al sostener que la CGT sólo planeó “una olla popular y un cacerolazo” y que fueron “otras organizaciones” las que planearon piquetes en rutas y avenidas.

De todos modos, volvió a sostener que la organización de los cortes de ruta sirve para “contener a la gente” que viene efectuando esas protestas en forma espontánea, y que si no se hubieran canalizado por la organización sindical, hubieran “generalizado” esa modalidad.

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