Alfonsín exhortó a una “unión nacional”

El ex presidente consideró que "hace tiempo que estamos en decadencia" y consideró que ahora es necesario que participen "todas las fuerzas sociales" en el gobierno.

1 agosto, 2001

(NA). – El ex presidente Raúl Alfonsín propuso la conformación de un “gobierno de unión nacional en el que participen todas las fuerzas sociales”, entre las que mencionó a los “partidos políticos, entidades empresarias, sindicatos y fuerzas espirituales”.

Alfonsín se preguntó en ese sentido si “no cumpliríamos un anhelo de toda la sociedad si pospusiéramos los intereses partidarios para volcar las convicciones comunes en una única
empresa nacional”.

“Lo que hoy nos convoca es el proyecto de recuperar una concepción de la acción política que esté fundada en el diálogo, en la discusión, en el aporte libre de ideas para alcanzar el
bienestar común”, sostuvo Alfonsín en una nota de opinión que fue publicada en un matutino porteño.

Además, dijo que en los últimos días “se han elevado varias voces” haciéndolo “responsable en gran parte de la suba del riesgo país y de la caída de la Bolsa”, ante lo cual sostuvo que no peca de “modesto” si afirma que “el sayo que quieren ponerme es demasiado grande o demasiado chico, según se mire”.

“No soy yo quien provoca esos efectos. Y estoy seguro de que ni los que afirman esto se lo creen, ya que son los mismos que me definen como un viejo político de otros tiempos, que no supo ni quiso adecuarse a los modos express de la política neoliberal”, enfatizó.

Luego de señalar que antes en el país “existían valores compartidos, movilidad social, expectativas y proyectos”, Alfonsín sostuvo que “la Argentina fue una sociedad en la cual era posible compartir valores en la diferencia”.

“Fue una sociedad plural y en movimiento, donde las expectativas eran posibles de pensar justamente porque eran realizables, donde todos sus miembros podía tener proyectos de
vida”, añadió.

El ex jefe de Estado sostuvo que “el golpe de 1930 nos ´dobló el espinazo´ de tal forma que todavía no podemos recuperarnos”, y señaló que ese hecho “rompió una tradición democrática demasiado joven aún y esta ruptura de la continuidad institucional tuvo consecuencias de largo alcance en todos los ámbitos de nuestra sociedad”.

“Esta transitoriedad permanente de nuestras instituciones fue mortífera para la salud del cuerpo social porque no hay nada más letal para una sociedad que la percepción de que no hay norma o ley garantizada, de no poder confiar en ninguna institución porque cualquiera puede ser disuelta, cerrada o manipulada a voluntad del más fuerte”, señaló.


Luego, remarcó que “hace tiempo que estamos en decadencia” y enumeró problemas como la pobreza, la desocupación, la “cantidad de niños y jóvenes analfabetos” y la tasa de mortalidad infantil, entre otros.

En ese marco, dijo que es “imprescindible legitimar democráticamente a la política, pero para eso debemos llamar a las cosas por su nombre”, y sostuvo que “si queremos que la política sirva para apuntalar el entendimiento y el convencimiento, el accionar político debe servir para contrarrestar la politización, la manipulación y la banalización de la política”.

Tras señalar que es necesario recuperar proyectos de vida en común y remarcar que “mal nos irá si creemos que podremos hacerlo sin hacer política”, Alfonsín dijo que “la sociedad, especialmente los jóvenes, sabe o intuye que la política no debe ir a la zaga de la economía”.

“Frente al discurso de la antipolítica, es necesario que se alcen otras voces, sin temor a verse ridiculizadas. Voces de hombres y mujeres, de jóvenes y viejos que nos recuerden a todos que digan lo que digan aquellos que nos prefieren mudos y conformistas, la política permite influir sobre los hechos, la vida y la autonomía de todos nosotros”.

(NA). – El ex presidente Raúl Alfonsín propuso la conformación de un “gobierno de unión nacional en el que participen todas las fuerzas sociales”, entre las que mencionó a los “partidos políticos, entidades empresarias, sindicatos y fuerzas espirituales”.

Alfonsín se preguntó en ese sentido si “no cumpliríamos un anhelo de toda la sociedad si pospusiéramos los intereses partidarios para volcar las convicciones comunes en una única
empresa nacional”.

“Lo que hoy nos convoca es el proyecto de recuperar una concepción de la acción política que esté fundada en el diálogo, en la discusión, en el aporte libre de ideas para alcanzar el
bienestar común”, sostuvo Alfonsín en una nota de opinión que fue publicada en un matutino porteño.

Además, dijo que en los últimos días “se han elevado varias voces” haciéndolo “responsable en gran parte de la suba del riesgo país y de la caída de la Bolsa”, ante lo cual sostuvo que no peca de “modesto” si afirma que “el sayo que quieren ponerme es demasiado grande o demasiado chico, según se mire”.

“No soy yo quien provoca esos efectos. Y estoy seguro de que ni los que afirman esto se lo creen, ya que son los mismos que me definen como un viejo político de otros tiempos, que no supo ni quiso adecuarse a los modos express de la política neoliberal”, enfatizó.

Luego de señalar que antes en el país “existían valores compartidos, movilidad social, expectativas y proyectos”, Alfonsín sostuvo que “la Argentina fue una sociedad en la cual era posible compartir valores en la diferencia”.

“Fue una sociedad plural y en movimiento, donde las expectativas eran posibles de pensar justamente porque eran realizables, donde todos sus miembros podía tener proyectos de
vida”, añadió.

El ex jefe de Estado sostuvo que “el golpe de 1930 nos ´dobló el espinazo´ de tal forma que todavía no podemos recuperarnos”, y señaló que ese hecho “rompió una tradición democrática demasiado joven aún y esta ruptura de la continuidad institucional tuvo consecuencias de largo alcance en todos los ámbitos de nuestra sociedad”.

“Esta transitoriedad permanente de nuestras instituciones fue mortífera para la salud del cuerpo social porque no hay nada más letal para una sociedad que la percepción de que no hay norma o ley garantizada, de no poder confiar en ninguna institución porque cualquiera puede ser disuelta, cerrada o manipulada a voluntad del más fuerte”, señaló.


Luego, remarcó que “hace tiempo que estamos en decadencia” y enumeró problemas como la pobreza, la desocupación, la “cantidad de niños y jóvenes analfabetos” y la tasa de mortalidad infantil, entre otros.

En ese marco, dijo que es “imprescindible legitimar democráticamente a la política, pero para eso debemos llamar a las cosas por su nombre”, y sostuvo que “si queremos que la política sirva para apuntalar el entendimiento y el convencimiento, el accionar político debe servir para contrarrestar la politización, la manipulación y la banalización de la política”.

Tras señalar que es necesario recuperar proyectos de vida en común y remarcar que “mal nos irá si creemos que podremos hacerlo sin hacer política”, Alfonsín dijo que “la sociedad, especialmente los jóvenes, sabe o intuye que la política no debe ir a la zaga de la economía”.

“Frente al discurso de la antipolítica, es necesario que se alcen otras voces, sin temor a verse ridiculizadas. Voces de hombres y mujeres, de jóvenes y viejos que nos recuerden a todos que digan lo que digan aquellos que nos prefieren mudos y conformistas, la política permite influir sobre los hechos, la vida y la autonomía de todos nosotros”.

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