<p>En realidad, la formalización del segundo es precondición insoslayable para todo tipo de asistencia posterior. Así se lo planteará la canciller Angela Merkel en Bruselas a Mario Monti, primer ministro italiano, y a Mario Draghi, director gerente del Banco Central Europeo.<br />
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Esto ocurrirá durante un encuentro del europarlamento y la Comisión Europea, programado para este viernes. Su objeto principal consiste en transformar el entendimiento entre veintiséis países (o veinticinco, si excluyen a Hungría) en un texto articulado sobre gobernabilidad económica.<br />
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No obstante, la nueva movida de los alemanes arriesga complicar los roces entre miembros de la Eurozona. En este caso, con vistas a otra reunión, el lunes 9, entre Merkel y el presidente Nicolás Sarkozy.<br />
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Justamente en ese plano, Monti ha presentado el miércoles enmiendas al futuro tratado. En cierto modo, la idea es modificar la obligación de reducir anualmente un vigésimo del débito, hoy en 60%. Italia cree que se trata de una meta insostenible para el país.<br />
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Alemania: dureza, rigor y recién después ayuda
En pocas líneas, sostiene Berlín, el Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera exige la ratificación de la estructura aprobada salvo por Gran Bretaña- en diciembre. Ello implica dos tratados complementarios: el del propio FEEF y la unidad fiscal.