Ahora, Bush presiona sobre el grupo Halliburton

Para frenar un escándalo centrado en Richard Cheney y el favoritismo del Pentágono, George W.Bush anunció: “Halliburton reembolsará sobreprecios en Irak”. El presidente no quiere que sean esgrimidos por países excluidos de los contratos.

13 diciembre, 2003

Por supuesto, la actitud de Bush -conocida el sábado, slavo en los medios rioplatenses- no implica echarles Cheney a los lobos, es decir a los demócratas ya en campaña electoral. Más bien, trata de restarles argumentos a Alemania, Rusia, Francia, Canadá y otros países excluidos de licitaciones en Irak por no haber apoyado la “invasión bilateral” (Estados Unidos, Gran Bretaña).

Pero, mientras el presidente indicaba que Halliburton –manejada por Cheney, aunque ya no sea el CEO- devolvería los considerables sobreprecios percibidos por importar combustibles, se abría otro frente de conflictos: Canadá.

William Kristol y otros ideólogos de los “nuevos halcones” salieron a calificar de “giro a la izquierda” el cambio de gobierno canadiense. “El vecino del norte parece acercarse a la vieja Europa y alejarse de nuestra alianza histórica”, sostuvo después de una comida con otro ultraconservador, John Ashcroft, secretario de Justicia.

Otro que se quedó en el aire fue Donald Rumsfeld, titular de Defensa. Poco antes de conocerse las declaraciones de Bush, había defendido los US$ 15.500 millones en contratos otorgados sin licitación a Halliburton y su subsidiaria KBR. Sólo en el III trimestre, el grupo facturó US% 4.100 millones (39% del paquete total).

Por supuesto, la actitud de Bush -conocida el sábado, slavo en los medios rioplatenses- no implica echarles Cheney a los lobos, es decir a los demócratas ya en campaña electoral. Más bien, trata de restarles argumentos a Alemania, Rusia, Francia, Canadá y otros países excluidos de licitaciones en Irak por no haber apoyado la “invasión bilateral” (Estados Unidos, Gran Bretaña).

Pero, mientras el presidente indicaba que Halliburton –manejada por Cheney, aunque ya no sea el CEO- devolvería los considerables sobreprecios percibidos por importar combustibles, se abría otro frente de conflictos: Canadá.

William Kristol y otros ideólogos de los “nuevos halcones” salieron a calificar de “giro a la izquierda” el cambio de gobierno canadiense. “El vecino del norte parece acercarse a la vieja Europa y alejarse de nuestra alianza histórica”, sostuvo después de una comida con otro ultraconservador, John Ashcroft, secretario de Justicia.

Otro que se quedó en el aire fue Donald Rumsfeld, titular de Defensa. Poco antes de conocerse las declaraciones de Bush, había defendido los US$ 15.500 millones en contratos otorgados sin licitación a Halliburton y su subsidiaria KBR. Sólo en el III trimestre, el grupo facturó US% 4.100 millones (39% del paquete total).

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