Por 79 a 14, mucho más que los dos tercios requeridos, quedó sin efecto el bloqueo presidencial, en un recinto hasta ahora demasido sensible a presiones de la Casa Blanca y sus “lobbies” favoritos. Pero lo llamativo no fue que apenas doce republicanos apoyaran a Buich, sino que también lo hiciesen dos demócratas, Russell Feingold (Wisconsin) y Claire McCaskill (Misuri).
Poco antes, la cámara de representates rechazaba el veto por 361 a 54 votos. Nuevamnente, bastante más que los dos tercios reglamentarios. El poder ejecutivo ya no puede insistir en su postura.
Los proyectos hídricos son relevantes para una serie de distritos y, naturalmente, sus legisladores estaban contra el veto presidencial. La serie incluye la ambiciosa restauración de bajíos pantanosos en Florida (hasta el gobernador Jebson Bush está a favor) o asistencia a comunidades castigadas por huracanes en el litoral del golfo de México.
En un plano menos espectacular, el paquete abarca tratamiento de cloacas, construcción de represas y protección de playas. La ley aprobada autoriza los proyectos pero, para financiarlos, se necesitarán partidas específicas, o sea legislación complementarias.
Como sucedido con los US$ 25.000 millones adicionales para atención médica de menores (no encontró semejante apoyo en las cámaras) y otros cuatro vetos, Bush argüía que se trataba de gastos exagerados. Pero, al mismo tiempo, el presidente le pidió al congreso US$ 190.000 millones adicionales para gastar en Iraq y Afganistán, aventuras bélicas que ya cuestan más de US$ 450.000 millones.
Formalmente, el texto aprobado se llama “ley pro desarrollo de recursos híidricos”. Su gestión –impugnada por cabilderos privados ante la Casa Blanca- quedará a cargo del cuerpo de ingenieros del ejército.
Por 79 a 14, mucho más que los dos tercios requeridos, quedó sin efecto el bloqueo presidencial, en un recinto hasta ahora demasido sensible a presiones de la Casa Blanca y sus “lobbies” favoritos. Pero lo llamativo no fue que apenas doce republicanos apoyaran a Buich, sino que también lo hiciesen dos demócratas, Russell Feingold (Wisconsin) y Claire McCaskill (Misuri).
Poco antes, la cámara de representates rechazaba el veto por 361 a 54 votos. Nuevamnente, bastante más que los dos tercios reglamentarios. El poder ejecutivo ya no puede insistir en su postura.
Los proyectos hídricos son relevantes para una serie de distritos y, naturalmente, sus legisladores estaban contra el veto presidencial. La serie incluye la ambiciosa restauración de bajíos pantanosos en Florida (hasta el gobernador Jebson Bush está a favor) o asistencia a comunidades castigadas por huracanes en el litoral del golfo de México.
En un plano menos espectacular, el paquete abarca tratamiento de cloacas, construcción de represas y protección de playas. La ley aprobada autoriza los proyectos pero, para financiarlos, se necesitarán partidas específicas, o sea legislación complementarias.
Como sucedido con los US$ 25.000 millones adicionales para atención médica de menores (no encontró semejante apoyo en las cámaras) y otros cuatro vetos, Bush argüía que se trataba de gastos exagerados. Pero, al mismo tiempo, el presidente le pidió al congreso US$ 190.000 millones adicionales para gastar en Iraq y Afganistán, aventuras bélicas que ya cuestan más de US$ 450.000 millones.
Formalmente, el texto aprobado se llama “ley pro desarrollo de recursos híidricos”. Su gestión –impugnada por cabilderos privados ante la Casa Blanca- quedará a cargo del cuerpo de ingenieros del ejército.