La expectativa generada en torno del blindaje que recibirá la Argentina para hacer frente a sus compromisos financieros posibilitó que los bonos locales se mantuvieran, en la semana pasada, sin mayores dificultades.
Los bonos Brady argentinos anotaron leves subas en Nueva York, en tanto que los retrocesos fueron leves para los globales; sin embargo, el riesgo país se ubicaba, el viernes, alrededor de los 870 puntos básicos.
En el escenario interno, desde varios sectores productivos llegaban noticias preocupantes; la automotriz Renault anunció el cierre temporal de su fábrica en Córdoba.
La empresa suspendió a sus 1.300 empleados debido a lo que considera un “panorama desalentador”.
Las concesionarias también se vieron profundamente afectadas debido a la suba de costos y la caída del volumen de ventas en el mercado interno ; esto generó el quebranto de unas 400 empresas y el ajuste de la red de 1.200 a 800 compañías.
“En la Argentina, los precios están globalizados y no se puede vender un vehículo a un precio mucho más elevado que en Europa, los Estados Unidos o Brasil, porque la gente sabe los valores del resto del mundo”, sostuvo el presidente de la Cámara de Concesionarios de la Argentina, Guillermo Dietrich; “El Estado se sigue llevando la mitad del valor de un automóvil”, cuestionó el empresario.
Sobre el fin de la semana, se anunció un posible aumento en las tarifas del transporte ferroviario, colectivos y subterráneos.
En este contexto, el presidente del Banco de Galicia y también de la Asociación de Bancos de la Argentina, Eduardo Escasany, reveló que impulsa , junto con varias cámaras empresarias, la conformación de un grupo que aporte iniciativas al crecimiento económico.
La idea del titular de ABA se sustenta en que el problema de la Argentina “es la falta de inversión, ya que es muy difícil encontrar negocios rentables y el costo es muy alto, especialmente en el aspecto impositivo”.
Para esto “es imprescindible bajar el costo impositivo y las alícuotas, aunque para lograrlo hay que bajar el gasto público”, enfatizó.
Por otra parte, a pesar de la existencia de datos desalentadores sobre la marcha de la economía, surgieron algunos indicios positivos.
En los días transcurridos de noviembre, tomando como referencia el mes anterior, hubo una merma de 20% en los cierres de cuentas corrientes bancarias, mientras los inhabilitados para operar en el sistema financiero disminuyeron en once meses 22% en relación con lo ocurrido en 1999.
En medios financieros se supo que Roger Scher, jefe de rating soberano de América Latina de la agencia calificadora de crédito Fitch, opinó que no habrá una baja de la nota de la Argentina, si el país restaura la confianza de los mercados mediante el programa de reformas anunciado.
Por su parte, el titular del consejo empresario Argentino, Manuel Sacerdote, coincidió en la necesidad de tranquilizar a los mercados y opinó que el blindaje del Fondo Monetario Internacional es una oportunidad para ganar tiempo y encarar seriamente las reformas necesarias.
La expectativa generada en torno del blindaje que recibirá la Argentina para hacer frente a sus compromisos financieros posibilitó que los bonos locales se mantuvieran, en la semana pasada, sin mayores dificultades.
Los bonos Brady argentinos anotaron leves subas en Nueva York, en tanto que los retrocesos fueron leves para los globales; sin embargo, el riesgo país se ubicaba, el viernes, alrededor de los 870 puntos básicos.
En el escenario interno, desde varios sectores productivos llegaban noticias preocupantes; la automotriz Renault anunció el cierre temporal de su fábrica en Córdoba.
La empresa suspendió a sus 1.300 empleados debido a lo que considera un “panorama desalentador”.
Las concesionarias también se vieron profundamente afectadas debido a la suba de costos y la caída del volumen de ventas en el mercado interno ; esto generó el quebranto de unas 400 empresas y el ajuste de la red de 1.200 a 800 compañías.
“En la Argentina, los precios están globalizados y no se puede vender un vehículo a un precio mucho más elevado que en Europa, los Estados Unidos o Brasil, porque la gente sabe los valores del resto del mundo”, sostuvo el presidente de la Cámara de Concesionarios de la Argentina, Guillermo Dietrich; “El Estado se sigue llevando la mitad del valor de un automóvil”, cuestionó el empresario.
Sobre el fin de la semana, se anunció un posible aumento en las tarifas del transporte ferroviario, colectivos y subterráneos.
En este contexto, el presidente del Banco de Galicia y también de la Asociación de Bancos de la Argentina, Eduardo Escasany, reveló que impulsa , junto con varias cámaras empresarias, la conformación de un grupo que aporte iniciativas al crecimiento económico.
La idea del titular de ABA se sustenta en que el problema de la Argentina “es la falta de inversión, ya que es muy difícil encontrar negocios rentables y el costo es muy alto, especialmente en el aspecto impositivo”.
Para esto “es imprescindible bajar el costo impositivo y las alícuotas, aunque para lograrlo hay que bajar el gasto público”, enfatizó.
Por otra parte, a pesar de la existencia de datos desalentadores sobre la marcha de la economía, surgieron algunos indicios positivos.
En los días transcurridos de noviembre, tomando como referencia el mes anterior, hubo una merma de 20% en los cierres de cuentas corrientes bancarias, mientras los inhabilitados para operar en el sistema financiero disminuyeron en once meses 22% en relación con lo ocurrido en 1999.
En medios financieros se supo que Roger Scher, jefe de rating soberano de América Latina de la agencia calificadora de crédito Fitch, opinó que no habrá una baja de la nota de la Argentina, si el país restaura la confianza de los mercados mediante el programa de reformas anunciado.
Por su parte, el titular del consejo empresario Argentino, Manuel Sacerdote, coincidió en la necesidad de tranquilizar a los mercados y opinó que el blindaje del Fondo Monetario Internacional es una oportunidad para ganar tiempo y encarar seriamente las reformas necesarias.