¿Afecta a otros países con casos similares?

El gran argumento del gobierno fue que una decisión adversa de la Corte Suprema de Estados Unidos sería una pésima señal para más de 100 países con deuda contraída reconociendo la jurisdicción legal de Nueva York, Londres o Tokio.

17 junio, 2014

El argumento no hizo mella en la justicia estadounidense que rehusó considerar la solicitud argentina, colocando al país a las puertas de un nuevo default. Mientras se abre un escenario muy incierto para el país con la expectativa de una negociación que permita salir airoso de esta trampa, pero desde ya pagando todo el reclamo de los “fondos buitre”, queda por ver si de verdad el antecedente afecta a terceros países.El debate sigue estas líneas: después de esta decisión judicial, se percibe que el nuevo escenario es un fuerte desincentivo para participar en el futuro en venideras operaciones de reestructuración de deuda. El mismo Fondo Monetario Internacional ha puntualizado su temor por las implicancias del caso argentino sobre el destino de deuda soberana de otros países deudores.

Algunos analistas, a pesar de la caída inmediata de 6% en los bonos emitidos por Argentina, piensan que todavía es prematuro avanzar en este tipo de conclusiones. Primero –sostienen- porque se avecina una intensa y rápida negociación que puede despejar el escenario si las partes actúan con prudencia y seriedad. Pero también porque no hay casos similares en el futuro cercano, y porque las operaciones más recientes han incluído una cláusula por la cual la aceptación de una oferta por parte de la mayoría de los acreedores, obliga al 100% de los tenedores de títulos.Mientras tanto, los observadores internacionales expertos en el mercado financiero y en sus implicancias legales, advierten que la Argentina tiene cuatro opciones. a) Pagar lo que debe a los holdouts que ganaron el proceso judicial, y también a los tenedores de títulos de deuda reestructurada. Pero no hay reservas de divisas suficientes, como ya lo advirtió el gobierno en Buenos Aires.

b) una negociación nueva con los holdouts, pero si el país ofrece mejores términos que a los que aceptaron antes el canje (y lo hace antes de fin de año), tendrá que ofrecer lo mismo a todos.

c) reprogramar todos los pagos fuera de Estados Unidos para escapar a la justicia de ese país, y d) entrar en default de absolutamente todos los títulos de deuda emitidos. La mayoría de las opiniones se vuelca hacia una solución negociada.

 

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