Además de sueldos y bonificaciones astronómicas, los inversores reaccionan contra los excesos de la propia junta directiva, en medio de una crisis sistémica que castiga a las economías principales. En verdad, RD/S se une a otras compañías cuyos accionistas se han rebelado; por ejemplo, Xstrata, British Petroleum, Royal Bank of Scotland o Pearson-Reuters. <br />
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Sin duda, esa votación demuestra que los malos tiempos y la recesión determinan la conducta de cada vez más asambleas en Europa occidental. Wall Street teme, por tanto, que la tendencia a cuestionar directorios y ejecutivo llegue a Estados Unidos. Cabe señalar que el tratamiento de remuneraciones es un tema nuevo a ambos lados del Atlántico. <br />
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Las disputas se desencadenaron en la asamblea de RD/S, La Haya, transmitida directamente en Londres. Una larga fila de accionistas hacía cola para criticar en duros términos –algunos no publicables- la política de la junta angloholandesa. Sobre todo, la entrega de opciones accionarias por el desempeño de la firma. <br />
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Pero el balance indicaba que, en 2008 y el primer trimestre de 2009, os resultaron pobres. Además, la compañía transgredió sus propios cánones, según los cuales hay bonificaciones sólo si Shell permanece de primera a tercera en el “ranking” de rindes y dividendos. Pero ahora es cuarta, en verdad porque el barril de crudos cayó de US$ 146,50 (mediados de julio) a 37 en el peor momento de este año. <br />
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Jroes van der Veer, presidente ejecutivo, se asignó siete millones entre sueldo y bonificaciones accionarias. Para colmo, como deberá irse a fines de junio, el holandés recibirá un premio no especificado. Finalmente, la asamblea derrotó el generoso plan por 59,4% del voto. Ello pone en la cuerda floja al finés Jrma Ollila, presidente de junta. <br />
Accionistas versus ejecutivos de Royal Dutch/Shell
La cúpula de la mayor petrolera privada en Europa fue golpeada, inesperadamente, este martes. En la asamblea ordinaria, casi 60% de votantes rechazó un plan de remuneraciones al management. Ello demuestra la irritación de los accionistas.