A. latina: frustrante crecimiento según la Cepal

El director ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina reconoció que la década de los 90 tuvo aspectos positivos pero, en general, fue frustrante para la región.

19 febrero, 2001

(EFE).- El crecimiento de 3,3% anual de la economía de América latina en la década pasada, dos puntos por debajo del que se dio de 1945 a 1980, pero superior al que se obtuvo en la década de los años 80, es “frustrante”.

Así lo señaló hoy (lunes 19) el director ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el colombiano José Antonio Ocampo, quien tras ese calificativo reconoció que, sin embargo, hubo aspectos positivos.

Ocampo presentó este lunes el documento Una década de sombras y luces, en el que se hace el balance sobre lo que fue la economía regional y el desarrollo social en la década anterior.

Para la fuente, sólo mediante un aumento importante en la tasa de ahorro interno y la adopción de políticas de desarrollo de productividad y competitividad será posible acelerar la tasa de crecimiento.

La creciente inserción internacional de la región, que aumentó significativamente los flujos de comercio, ocasionó también una mayor exposición a la volatilidad de los flujos financieros externos, que se sintió adversamente en la segunda mitad de la década por las crisis en Rusia y Asia.

El funcionario internacional también presentará en Bogotá los resultados de los estudios de la Cepal sobre equidad, desarrollo y ciudadanía y sobre el desarrollo rural en América latina.

Ocampo, que fue director de Planeación y ocupó las carteras de Agricultura y Hacienda de Colombia, destacó como resultados favorables de la década pasada la disminución de la inflación, una gestión macroeconómica más confiable y el crecimiento de las exportaciones a una tasa anual de 9% real así como la diversificación de las mismas.

Como realidades negativas mencionó el deterioro de las condiciones laborales, que se reflejó en el hecho de que cada vez más trabajadores ni siquiera tienen un contrato por escrito, y la persistencia de altos niveles de pobreza.

Se calcula por la Cepal que la población por debajo de la línea de pobreza en la región pasó de 200 millones en 1990 a 224 millones en 1999, 24 millones más, aunque porcentualmente pudo bajar.

Ocampo mencionó como un factor que acentuó la falta de equidad regional la creciente brecha entre el nivel de ingreso de quienes tienen educación y el de los que no la tienen.

El documento hace un balance de los impactos de la globalización de la economía regional, las transformaciones que en el comercio exterior y en la ejecución y administración de infraestructura y sobre la situación social, así como los resultados de las políticas ambiental y de desarrollo sostenible en el último decenio del siglo XX.

Durante una rueda de prensa Ocampo se refirió al fenómeno de la corrupción en América latina y tras señalar que ella “no necesariamente ha sido mayor en la última década que en la anterior, lo cierto es que se destapa hoy con mucha más frecuencia” hecho que atribuyó a la existencia de regímenes democráticos.

Se refirió a los efectos de la desaceleración de la economía estadounidense sobre América latina y señaló que tendrá especial impacto en México y las naciones centroamericanas y del Caribe dado su alto grado de integración comercial con esa nación especialmente en bienes manufactureros.

En el caso de los países sudamericanos Ocampo indicó que el efecto estará más determinado por el comportamiento de los precios de las materias primas, pues la intensificación de las relaciones comerciales de bienes manufacturados entre las naciones de esta parte de América se ha constituido para ellos una fortaleza.

(EFE).- El crecimiento de 3,3% anual de la economía de América latina en la década pasada, dos puntos por debajo del que se dio de 1945 a 1980, pero superior al que se obtuvo en la década de los años 80, es “frustrante”.

Así lo señaló hoy (lunes 19) el director ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el colombiano José Antonio Ocampo, quien tras ese calificativo reconoció que, sin embargo, hubo aspectos positivos.

Ocampo presentó este lunes el documento Una década de sombras y luces, en el que se hace el balance sobre lo que fue la economía regional y el desarrollo social en la década anterior.

Para la fuente, sólo mediante un aumento importante en la tasa de ahorro interno y la adopción de políticas de desarrollo de productividad y competitividad será posible acelerar la tasa de crecimiento.

La creciente inserción internacional de la región, que aumentó significativamente los flujos de comercio, ocasionó también una mayor exposición a la volatilidad de los flujos financieros externos, que se sintió adversamente en la segunda mitad de la década por las crisis en Rusia y Asia.

El funcionario internacional también presentará en Bogotá los resultados de los estudios de la Cepal sobre equidad, desarrollo y ciudadanía y sobre el desarrollo rural en América latina.

Ocampo, que fue director de Planeación y ocupó las carteras de Agricultura y Hacienda de Colombia, destacó como resultados favorables de la década pasada la disminución de la inflación, una gestión macroeconómica más confiable y el crecimiento de las exportaciones a una tasa anual de 9% real así como la diversificación de las mismas.

Como realidades negativas mencionó el deterioro de las condiciones laborales, que se reflejó en el hecho de que cada vez más trabajadores ni siquiera tienen un contrato por escrito, y la persistencia de altos niveles de pobreza.

Se calcula por la Cepal que la población por debajo de la línea de pobreza en la región pasó de 200 millones en 1990 a 224 millones en 1999, 24 millones más, aunque porcentualmente pudo bajar.

Ocampo mencionó como un factor que acentuó la falta de equidad regional la creciente brecha entre el nivel de ingreso de quienes tienen educación y el de los que no la tienen.

El documento hace un balance de los impactos de la globalización de la economía regional, las transformaciones que en el comercio exterior y en la ejecución y administración de infraestructura y sobre la situación social, así como los resultados de las políticas ambiental y de desarrollo sostenible en el último decenio del siglo XX.

Durante una rueda de prensa Ocampo se refirió al fenómeno de la corrupción en América latina y tras señalar que ella “no necesariamente ha sido mayor en la última década que en la anterior, lo cierto es que se destapa hoy con mucha más frecuencia” hecho que atribuyó a la existencia de regímenes democráticos.

Se refirió a los efectos de la desaceleración de la economía estadounidense sobre América latina y señaló que tendrá especial impacto en México y las naciones centroamericanas y del Caribe dado su alto grado de integración comercial con esa nación especialmente en bienes manufactureros.

En el caso de los países sudamericanos Ocampo indicó que el efecto estará más determinado por el comportamiento de los precios de las materias primas, pues la intensificación de las relaciones comerciales de bienes manufacturados entre las naciones de esta parte de América se ha constituido para ellos una fortaleza.

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