¿A cuánto asciende el negocio financiero mundial?

En términos de activos de sostén, la masa financiera sumaba US$ 140 billones a fin de 2005 y tal vez alcanzaba 145 billones un año más tarde. De un modo u otro, esas cifras triplican el producto bruto del planeta, algo bastante menos volátil.

26 julio, 2007

Ambas estimaciones provienen del McKinsey global institute, que cada año traza un mapa de activos financieros. Por supuesto, la magnitud del negocio implica un récord anual año tras otro, lo cual no significa que la economía física prospere a ritmo similar y con la constancia de la especulación.

Según el trabajo, firmas de valores, fondos, bancos e inversores –los tres primeros tipos de entidad administran el dinero de los últimos- viene desde años diversificando apuestas. Por ejemplo, los flujos transfronterizos de capital –tomando la Eurozona como un “país”- acumularon seis billones en 2005 y quizás una suma 10% mayor en 2006 (proyección del Banco de ajustes internacionales, BAI, Basilea).

Las dos montos superan los niveles logrados en el cenit de la burbuja puntocom (1999) y doblan la cifra de 2002. Naturalmente, el núcleo de esos flujos es Estados Unidos, con 85% del total. Tiene lógica: es todavía el primer PBI mundial. Pero es importador neto de fondos y, por ende, tiene vulnerabilidades ajenas a los grandes exportadores netos, como Japón, China y algunos estados petroleros.

Salvo que la crisis hoy en gestación, asociada a malas hipotecas, desinfle inmobiliario e iliquidez crediticia estalle en EE.UU., la supernova financiera continuará expandiéndose. “El negocio financiero crece a 50% más velocidad que el comercio de bienes y servicios”, señalaba Kenneth Rogoff, ex analista principal del Fondo Monetario. Al respecto, McKinsey detectan una tendencia casi subliminar: en casi todas las plazas, sube la demanda de valores transnacionales o extranjeros, en desmedro de los títulos locales.

Sea como fuere, casi 90% del flujo global de capitales se restringe a EE.UU-Canadá, la Eurozona y Gran Bretaña. Fuera de estos datos, economistas sistémicos como Paul Krugman, Jeffrey Sachs y Joseph Stiglitz coincidían semanas atrás en una observación social: “El negocio financiero y bursátil probablemente involucre apenas cincuenta millones de personas, en un mundo habitado pos 6.000 millones”.

La economía real parece pequeña en comparación con la financiera, pero sus bases son mucho más sólidas. Ahora bien, ¿dónde se contabilizan los US$ 60 billones en derivativos y compras apalancadas?

Ambas estimaciones provienen del McKinsey global institute, que cada año traza un mapa de activos financieros. Por supuesto, la magnitud del negocio implica un récord anual año tras otro, lo cual no significa que la economía física prospere a ritmo similar y con la constancia de la especulación.

Según el trabajo, firmas de valores, fondos, bancos e inversores –los tres primeros tipos de entidad administran el dinero de los últimos- viene desde años diversificando apuestas. Por ejemplo, los flujos transfronterizos de capital –tomando la Eurozona como un “país”- acumularon seis billones en 2005 y quizás una suma 10% mayor en 2006 (proyección del Banco de ajustes internacionales, BAI, Basilea).

Las dos montos superan los niveles logrados en el cenit de la burbuja puntocom (1999) y doblan la cifra de 2002. Naturalmente, el núcleo de esos flujos es Estados Unidos, con 85% del total. Tiene lógica: es todavía el primer PBI mundial. Pero es importador neto de fondos y, por ende, tiene vulnerabilidades ajenas a los grandes exportadores netos, como Japón, China y algunos estados petroleros.

Salvo que la crisis hoy en gestación, asociada a malas hipotecas, desinfle inmobiliario e iliquidez crediticia estalle en EE.UU., la supernova financiera continuará expandiéndose. “El negocio financiero crece a 50% más velocidad que el comercio de bienes y servicios”, señalaba Kenneth Rogoff, ex analista principal del Fondo Monetario. Al respecto, McKinsey detectan una tendencia casi subliminar: en casi todas las plazas, sube la demanda de valores transnacionales o extranjeros, en desmedro de los títulos locales.

Sea como fuere, casi 90% del flujo global de capitales se restringe a EE.UU-Canadá, la Eurozona y Gran Bretaña. Fuera de estos datos, economistas sistémicos como Paul Krugman, Jeffrey Sachs y Joseph Stiglitz coincidían semanas atrás en una observación social: “El negocio financiero y bursátil probablemente involucre apenas cincuenta millones de personas, en un mundo habitado pos 6.000 millones”.

La economía real parece pequeña en comparación con la financiera, pero sus bases son mucho más sólidas. Ahora bien, ¿dónde se contabilizan los US$ 60 billones en derivativos y compras apalancadas?

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