<p>Los veintiséis miembros del Ecofín –Grecia está excluida, aunque nadie lo diga- deben este domingo sentar bases de la agenda para la cumbre, prevista el miércoles. En este contexto, Italia, España y otros países de la Eurozona (los diecisiete) se encuentran irritados con Alemania y su rigidez.</p>
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<p>Por cierto, existen riesgos de que se haga trizas el eje Berlín-París, clave de interminables cabildeos. La potencial degradación de la deuda francesa, por parte de Moody’s Investors Service o Standard & Poor’s, pone nervioso al presidente Nicolas Sarkozy. También a los bancos privados, amenazados por una consiguiente iliquidez.<br />
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“La situación es seria”, confesaban este viernes el ministro germano Wolfgang Schäuble y su colega italiano de Economía, Giulio Tremonti. Al mismo tiempo, éste intentaba ponerle una mordaza al verborrágico primer ministro Silvio Berlusconi, cuyas opiniones no le importan realmente a nadie.<br />
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Otro punto fundamental es que la dupla Eurogrupo/Ecofín se puso de acuerdo para reclamar a los bancos acreedores de Grecia que acepten un desagio de 50 a 60% en valores nominales. Se trata de un monto muy por encima del 22% pactado el 21 de julio. A su vez, el desbloqueo de aquellos € 8.000 millones depende ahora del Fondo Monetario Internacional, segundo tenedor de títulos soberanos helenos, cuyo OK debe darse antes de promediar noviembre.<br />
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Sea como fuere, es preciso aguardar al miércoles para ver qué solución saca de la galera esta cumbre convocada el viernes por sorpresa. Muchos euroescépticos temen que esta iniciativa del eje Alemania-Francia bien pueda ser la última del dúo. Pero otra cosa depende del cónclave: la suerte del Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera (FEEF o “superfondo” de € 440.000 millones).<br />
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Mientras tanto, alguien generalmente tan circunspecto como el luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, fue tajante este sábado. “La Eurozona –sostuvo- transmite una imagen desastrosa hacia el exterior, debido a sus dificultades para llegar a consensos antes del miércoles”. Pero ¿cuáles eran las posiciones este fin de semana? Por una parte, Francia -cada vez más aislada- propone apalancar al FEEF mediante créditos del Banco Central Europeo. Alemania insiste en emplear el “superfondo” como aval parcial de bonos soberanos. Detrás de todo, comienza a perfilarse una “solución final”: modificar drásticamente los tratados de Maastricht (1992) y Lisboa (2006) y ampliar la propia Unión Europea.</p>
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8.000 millones a Grecia ¿y después?
Los ministros de hacienda de la Unión Europea destrabaron el último tramo del rescate aprobado en mayo de 2010 ( 110.000 millones). Por ahora, la medida evita un cese de pagos, pero Alemania sigue dura en puntos esenciales del paquete anticrisis.