2008, una campaña electoral donde internet cambió de raíz la forma de hacer política en EE.UU.
Esta carrera dio vuelta los métodos para disputar la presidencia. Este legado fruto de la web- ha sido puesto en segundo plano por el choque de personalidades entre los senadores Barack Obama y John McCain. Pero sus efectos son para siempre.
4 noviembre, 2008
Fundamentalmente, se reescriben las reglas para alcanzar votantes, recaudar, organizar apoyos, moldear la opinión pública y lanza –o recibir- ataques políticos y de otra clase. Inclusive “blogs” que no existían hace cuatro años. También se cuestiona toda una concepción sobre la arena electoral y sugiere que los demócratas pueden, como mínimo, competir en estados y zonas donde los republicanos dominaban desde antaño.
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Tamaño y perfil del padrón pueden modificarse tras los esfuerzos demócratas para anotar o llevar a los comicios negros, hispánicos y jóvenes. Ello anticipa cambios profundos en las coaliciones sociales que ambos ”partidos ómnibus” vayan armando. Máxime si esta explotación intensiva de lo tecnológico sigue aumentando la asistencia a las urnas –se barajan 130 millones- en un país que, sabiamente, no tiene voto obligatorio –ese anacronismo argentino- y, en cada elección, se pronuncia vía boletas múltiples en una larga serie de asuntos públicos. Eso legitima a sus legisladores en un grado inimaginable al sur del río Bravo: la opinión de un emigrante mexicano tiene mucho más peso en EE.UU. que en su tierra. </p>
<p>“Vamos a estar analizando esta revolucionaria elección durante años”, sostiene Mark McKinnon, asesor de George W. Bush en 2000 y 2004.”Las campañas aprovecharon la web en formas jamás imaginadas. Los paradigmas fueron puesto patas arriba, especialmente por Obama”. </p>
<p>Ello resulta de los métodos empleados aplicado por el senador de Illinois para entender y poner en juego internet más otros “medios nuevos” para llegar a votantes que ya no dependen necesariamente de periódicos ni televisión. Esas plataformas abarcan YouTube y similares, inexistentes hace cuatro años, o los mensajes de texto enviados hasta el lunes tarde a adherentes propios para que vayan a votar por Obama. </p>
<p>. “Hemos hecho algunas cosas innovadora en internet”, recuerda Sara Taylor, directora política de la Casa Blanca en la campaña por la reelección (2004). “Pero apenas 40% de los hogares tenían banda ancha. Hoy, hay gente que ya no tiene teléfonos fijos y Obama hizo un espléndido trabajo vía los nuevos medios”. Más crucial fue su éxito en usar internet para recaudar fondos, tras declinar el financiamiento federal. Sus esfuerzos en lugares como Indiana, Carolina norte o Virginia, bastiones republicanos, harán que futuros candidatos vean las cosas de otro modo. </p>
<p>Otro cambio trascendente es el agudo interés de la gente en política, reflejado en empadronamiento, voto temprano y concurrencia a los actos de Obama. En buena medida, se debe a las características de una campaña que giró alredededor del demócrata. Sin embargo, sus futuros émulos podrán apropiarse de las innovaciones o mejorarla, pero no de su personalidad. </p>