Fannie Mae: un escándalo contable que alcanza $6.300 millones

La mayor tomadora norteamericana de hipotecas reveló que deberá reducir utilidades por esa suma, para subsanar años de errores y fraudes. Esto se ha convertido en uno de los peores escándalos nacionales.

7 diciembre, 2006

Autoridades federales, entretanto, planean iniciar una demanda judicial para recobrar los millones percibidos por dos directivos de Fannie Mae, que perdieron sus cargos hace justo dos años, debido a estas irregularidades. Franklin Raines, ex presidente ejecutivo, y Timothy Howard, ex director financiero, surgen ahora como principales responsables del escándalo.

“Radicaremos acusaciones formales en un par de semanas”, señaló James Lockhart, director de la oficina supervisora de vivienda e inmobiliarias (Ofheo, según la sigla en inglés). “Por desgracia, los procedimientos legales son engorrosos”.

Éstos son pasos necesarios en los esfuerzos para limpiar Fannie Mae –su nombre formal es “asociación nacional de hipotecas federales”-, una compañía otrora muy influyente en Washington y Wall Street. Pero, durante los últimos años, ha ido de escándalo en escándalo.

Fiscales, la Securities & exchange commision (comisión valores) y Ofheo, tras revisar archivos, lograron un primer fallo penal, por US$ 400 millones, contra Raines. A su vez, algunos legisladores vienen exigencia normas más estrictas y límites al volumen de carteras hipotecarias, pero el proyecto respectivo irá a tablas recién el año entrante.

En una presentación hecha esta semana ante la SEC, Fannie declara que errores relativo a la contabilidad de derivados –quizás el canal especulativo más peligroso del mundo- “resultó en pérdidas netas por US$ 7.900 millones”. En cuanto a los 6.300 millones, son fruto de asientos erróneos detectados en estados financieros desde 2001 hasta mediados de 2004. O sea, catorce trimestres seguidos.

Este recálculo es uno de lo mayores registrado entre firmas norteamericanas y sólo lo superan los US$ 11.000 millones de ganancias falsas que WorldCom descargó de sus balances hace un par de años. En esta oportunidad, la cifra es menor, pero su repercusión social y política es de mayor envergadura.

Sucede que la propia Ofheo quizás afronte una tarea más difícil que la planteada por Fannie Mae. Hoy debe recobrar todo o parte de los millones pagados a Raines y Howard, dos pájaros muy astutos que percibieron gruesas sumas gracias a los propios fraudes contables. Según Ofheo reveló a la SEC, de US$ 90 millones “ganados” por ambos en 1998-2003, no menos de 52 millones fueron bonificaciones ligadas al manipuleo de libros.

Mientras tanto, Ofheo ya treata de recobnrar varios millones en remuneraciones abonadas al ex CEO de Freddie Mac, el mellizo más chico de Fannie Mae.Esta compañía también ha atravesado algunos escándalos en los últimos años. Su caso está en los tribunales desde 2003.

Justamente, a raíz de las triquiñuelas y argucias legales de quienes representan a ex ejecutivos acusados, algunos legisladores buscan maneras de destrabar ese tipo de juicios y mejorar la supervisión de ambas compañías. De hecho, el congreso viene debatiendo un proyecto –resistidos por un “lobby” tan obscuro como movedizo- pata imponerles a Fannie Mae y Freddie Mac (“corporación federal de préstamos hipotecarios”) una instancia específica de control.

Esta semana, el diputado Barney Frank (demócrata, Massachusetts), que probablemente sea el futuro jefe del comité de servicios financieros, adelantó que –para febrero o marzo- ese texto será convertido en ley. Naturalmente, algunos asesores del bloque republicano, vinculados al negocio hipotecario, con escépticos al respecto.

Autoridades federales, entretanto, planean iniciar una demanda judicial para recobrar los millones percibidos por dos directivos de Fannie Mae, que perdieron sus cargos hace justo dos años, debido a estas irregularidades. Franklin Raines, ex presidente ejecutivo, y Timothy Howard, ex director financiero, surgen ahora como principales responsables del escándalo.

“Radicaremos acusaciones formales en un par de semanas”, señaló James Lockhart, director de la oficina supervisora de vivienda e inmobiliarias (Ofheo, según la sigla en inglés). “Por desgracia, los procedimientos legales son engorrosos”.

Éstos son pasos necesarios en los esfuerzos para limpiar Fannie Mae –su nombre formal es “asociación nacional de hipotecas federales”-, una compañía otrora muy influyente en Washington y Wall Street. Pero, durante los últimos años, ha ido de escándalo en escándalo.

Fiscales, la Securities & exchange commision (comisión valores) y Ofheo, tras revisar archivos, lograron un primer fallo penal, por US$ 400 millones, contra Raines. A su vez, algunos legisladores vienen exigencia normas más estrictas y límites al volumen de carteras hipotecarias, pero el proyecto respectivo irá a tablas recién el año entrante.

En una presentación hecha esta semana ante la SEC, Fannie declara que errores relativo a la contabilidad de derivados –quizás el canal especulativo más peligroso del mundo- “resultó en pérdidas netas por US$ 7.900 millones”. En cuanto a los 6.300 millones, son fruto de asientos erróneos detectados en estados financieros desde 2001 hasta mediados de 2004. O sea, catorce trimestres seguidos.

Este recálculo es uno de lo mayores registrado entre firmas norteamericanas y sólo lo superan los US$ 11.000 millones de ganancias falsas que WorldCom descargó de sus balances hace un par de años. En esta oportunidad, la cifra es menor, pero su repercusión social y política es de mayor envergadura.

Sucede que la propia Ofheo quizás afronte una tarea más difícil que la planteada por Fannie Mae. Hoy debe recobrar todo o parte de los millones pagados a Raines y Howard, dos pájaros muy astutos que percibieron gruesas sumas gracias a los propios fraudes contables. Según Ofheo reveló a la SEC, de US$ 90 millones “ganados” por ambos en 1998-2003, no menos de 52 millones fueron bonificaciones ligadas al manipuleo de libros.

Mientras tanto, Ofheo ya treata de recobnrar varios millones en remuneraciones abonadas al ex CEO de Freddie Mac, el mellizo más chico de Fannie Mae.Esta compañía también ha atravesado algunos escándalos en los últimos años. Su caso está en los tribunales desde 2003.

Justamente, a raíz de las triquiñuelas y argucias legales de quienes representan a ex ejecutivos acusados, algunos legisladores buscan maneras de destrabar ese tipo de juicios y mejorar la supervisión de ambas compañías. De hecho, el congreso viene debatiendo un proyecto –resistidos por un “lobby” tan obscuro como movedizo- pata imponerles a Fannie Mae y Freddie Mac (“corporación federal de préstamos hipotecarios”) una instancia específica de control.

Esta semana, el diputado Barney Frank (demócrata, Massachusetts), que probablemente sea el futuro jefe del comité de servicios financieros, adelantó que –para febrero o marzo- ese texto será convertido en ley. Naturalmente, algunos asesores del bloque republicano, vinculados al negocio hipotecario, con escépticos al respecto.

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