EE.UU. maquilla déficit futuros. Bancos centrales compran dólares

Observadores independientes creen que ayer los mayores bancos centrales salieron a comprar sigilosamente dólares, por lo cual la divisa pegó un salto inexplicable. Entretanto, en EE.UU. maquillaban proyecciones presupuestarias para 2006-15.

25 enero, 2005

El euro cedió a menos de US$ 1,30 y libra US$ 1,864 (-0,96%). El dólar subió a 104,50 (+1,75% en el día) y a FS 1,195 (+0,80). Argutendo vaposos indicadores de expectativas y tres buenos balances, Wall Stree saltó entre 0,85 y 1,25%. Algo raro pasaba. Amén de una discreta intención cambiaria concertada dentro del Grupo de los 7 a pedido de EE.UU., los suspicaces vinculaban estos números a un microclima creado desde Washington aprovechando futurologías contables pro republicanas.

En efecto, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, generalmente más optimista que la Reserva Federal y otras fuentes, de 2006 a 2015 el déficit fiscal rozará “sólo” US$ 855.000 millones. En realidad llegará a 2,3 billones. A dólares corrientes de 2004.

Naturalmente, la “nueva” cifra excluye gastos de guerra. Tampoco se extrapolan presumibles costos por privatización de la seguridad social, incluida entre las metas claves para el segundo mandato de George W.Bush. Por supuesto, las proyecciones no imputan hipotéticos compromisos bélicos en Irán ni una potencial guerra Colombia-Venezuela.

Irónicamente, el informe parlamentario sale justo un día de que el Poder Ejecutivo cristalice una solicitud por otros US$ 80.000 millones para Irak y Afganistán. Políticamente, carece de sentido hacer eso pocos días de una elección sin desenlaces previsible en Bagdad.

Ya a mediados de 2004, el Congreso había aprobado refuerzos por US$ 25.000 millones para iguales fines, imputables al presupuesto 2005. La nueva solicitud eleva a poco más de US$ 300.000 millones el total de fondos dedicados a conflictos bélicos.

El cálculo abarca la década fiscal 2006-15, que empieza en octubre próximo. Lo llamativo es que resulte casi 65% inferior al formulado por el mismo organismo hace unos meses. Por supuesto, la merma se debe mayormente a una maquillaje contable para excluir costos operativos en Irak y Afganistán aprobados para el ejercicio 2005. En septiembre, el cálculo ascendía a US$ 2,3 billones.

El euro cedió a menos de US$ 1,30 y libra US$ 1,864 (-0,96%). El dólar subió a 104,50 (+1,75% en el día) y a FS 1,195 (+0,80). Argutendo vaposos indicadores de expectativas y tres buenos balances, Wall Stree saltó entre 0,85 y 1,25%. Algo raro pasaba. Amén de una discreta intención cambiaria concertada dentro del Grupo de los 7 a pedido de EE.UU., los suspicaces vinculaban estos números a un microclima creado desde Washington aprovechando futurologías contables pro republicanas.

En efecto, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, generalmente más optimista que la Reserva Federal y otras fuentes, de 2006 a 2015 el déficit fiscal rozará “sólo” US$ 855.000 millones. En realidad llegará a 2,3 billones. A dólares corrientes de 2004.

Naturalmente, la “nueva” cifra excluye gastos de guerra. Tampoco se extrapolan presumibles costos por privatización de la seguridad social, incluida entre las metas claves para el segundo mandato de George W.Bush. Por supuesto, las proyecciones no imputan hipotéticos compromisos bélicos en Irán ni una potencial guerra Colombia-Venezuela.

Irónicamente, el informe parlamentario sale justo un día de que el Poder Ejecutivo cristalice una solicitud por otros US$ 80.000 millones para Irak y Afganistán. Políticamente, carece de sentido hacer eso pocos días de una elección sin desenlaces previsible en Bagdad.

Ya a mediados de 2004, el Congreso había aprobado refuerzos por US$ 25.000 millones para iguales fines, imputables al presupuesto 2005. La nueva solicitud eleva a poco más de US$ 300.000 millones el total de fondos dedicados a conflictos bélicos.

El cálculo abarca la década fiscal 2006-15, que empieza en octubre próximo. Lo llamativo es que resulte casi 65% inferior al formulado por el mismo organismo hace unos meses. Por supuesto, la merma se debe mayormente a una maquillaje contable para excluir costos operativos en Irak y Afganistán aprobados para el ejercicio 2005. En septiembre, el cálculo ascendía a US$ 2,3 billones.

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