Caso Viagra: Dudan de sus nexos con formas de ceguera

Las presuntas relaciones entre uso de estimulantes eréctiles y daños ópticos vienen estudiándose desde 1997. Pero la cuestión dista de zanjarse, sostienen algunos expertos.

7 junio, 2005

Hace unos siete años, el oculista Howard Pomeranz –señala el Wall Street Journal– inició una larga investigación sobre casos raros de ceguera asociados a tratamientos con Viagra. Por entonces, era la única especialidad en el mercado para tratar disfunciones eréctiles.

Al cabo de bastante tiempo, el especialista llegó a una conclusión preliminar: en determinadas circunstancias, el empleo de Viagra y similares podría afectar un ojo, aunque no necesariamente ambos, vía inflamación del nervio correspondiente. Recientemente, la Administración Federal para Alimentos y Drogas (FDA) reveló que estaba analizando 43 casos de varones que tomaban Viagra (Pfizer, 38), Levitra (GlaxoSmithKline, Bayer y Schering-Plough) y Cialis (Eli Lilly-Icos).

Algunos efectos colaterales aparecn en prospectos adjuntos a envases e información a profesionales. Por ejemplo, visión azulada temporal –una reacción celular en la retina-, sin relaciones con el efecto estudiado desde 1997. Éste se conoce como neuropatía óptica isquémica anterior no artrítica (NOIAA en castellano o francés, NOIA en inglés).

El problema es la falta de síntomas claramente definidos. Entre otras cosas, porque los mismos motivos que llevan a usar Viagra y similares –esto es, endurecimiento de arterias o diabetes- también predisponen a desarrollar esa patología. Por otra parte, “los fármacos que reducen presión sanguínea no se han vinculado con problemas ópticos. Si se observan los casos presentados por la FDA –apunta Alan Laties, profesor de Oftalmología en la Universidad de Pennsilvania-, la mayoría es endeble”.

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Hace unos siete años, el oculista Howard Pomeranz –señala el Wall Street Journal– inició una larga investigación sobre casos raros de ceguera asociados a tratamientos con Viagra. Por entonces, era la única especialidad en el mercado para tratar disfunciones eréctiles.

Al cabo de bastante tiempo, el especialista llegó a una conclusión preliminar: en determinadas circunstancias, el empleo de Viagra y similares podría afectar un ojo, aunque no necesariamente ambos, vía inflamación del nervio correspondiente. Recientemente, la Administración Federal para Alimentos y Drogas (FDA) reveló que estaba analizando 43 casos de varones que tomaban Viagra (Pfizer, 38), Levitra (GlaxoSmithKline, Bayer y Schering-Plough) y Cialis (Eli Lilly-Icos).

Algunos efectos colaterales aparecn en prospectos adjuntos a envases e información a profesionales. Por ejemplo, visión azulada temporal –una reacción celular en la retina-, sin relaciones con el efecto estudiado desde 1997. Éste se conoce como neuropatía óptica isquémica anterior no artrítica (NOIAA en castellano o francés, NOIA en inglés).

El problema es la falta de síntomas claramente definidos. Entre otras cosas, porque los mismos motivos que llevan a usar Viagra y similares –esto es, endurecimiento de arterias o diabetes- también predisponen a desarrollar esa patología. Por otra parte, “los fármacos que reducen presión sanguínea no se han vinculado con problemas ópticos. Si se observan los casos presentados por la FDA –apunta Alan Laties, profesor de Oftalmología en la Universidad de Pennsilvania-, la mayoría es endeble”.

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