Demócratas y republicanos atados al voto hispano
En 2012 oficialistas y opositores necesitarán el electorado de habla castellana -para definirla de algún modo- si quieren imponerse en los comicios presidenciales. Así sostienen Carleton Fiorina y Margaret Whitman, ex candidatas republicanas.
24 mayo, 2011
<p>La ex dama de hierro de Hewlett Packard y su colega están difundiendo por Estados Unidos un mensaje urgente: el futuro político de ambos partidos depende de los hispanos. Como dicen ellas, “el voto latino resultará clave” Por su parte, Héctor Barajas y Martin Wilson –jefes de campaña gubernatorial de Whitman y senatorial de Fiorina- sostiene que la escasa popularidad de estas damas fue clave en las derrotas de 2010.<br />
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La cantidad de hispanos empadronados sigue aumentando en distritos tan disputados como Nuevo México, Nevada, Colorado o Florida. Según estiman varios consultores políticos, el factor reconfigura el mapa electoral. De acuerdo con Barajas, los aspirantes republicanos que no atiendan el voto latino al trazar planes de campaña “arriesgan un suicidio político”. A ese sector, afirma Wilson, “no le caemos nada bien, mucho menos con el auge del Tea party y su ideas sobre raza e inmigración”.<br />
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Increíblemente, los “gurúes” republicanos insisten en que “buena parte del electorado hispano coincide con nuestros principios de responsabilidad tributaria”, supone Fiorina. El año pasado, 60% de latinos registrados apoyó a candidatos demócratas a la cámara de representantes y apenas 38% optó por opositores. Así indica el centro Pew de investigaciones latinas.<br />
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Un problema relevante era la inmigración. Un sondeo de la entidad reveló que 51% de hispanos tenía más fe en la propuesta demócrata, contra sólo 19% inclinado hacia la republicana. Por cierto, su plataforma –volcada a la ultraderecha por el Tea party- se opone a amnistías para residentes indocumentados (aunque porten tarjetas verdes), licencias de conductor ni otros beneficios no otorgados por leyes federales. Al revés, el programa demócrata busca que los trabajadores indocumentados accedan a la ciudadanía luego de admitir haber incumplido las leyes, paguen impuestos y aprendan inglés.<br />
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No obstante, el récord de expulsiones en 2010 demuestran el fracaso de Barack Obama en encarar reformas en la materia y han reducido el respaldado hispano (y de países latinoamericanos, salvo incondicionales estilo Colombia, Perú o Centroamérica y el Caribe). En otro plano, varios especialistas subrayan que una parte de la colectividad hispanófona es muy conservadora en lo atinente a matrimonio homosexual y aborto, por influjo de un catolicismo preconciliar.<br />
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