<p>La Corte Federal de Australia inició el pasado 5 de noviembre un juicio a Standard and Poors y el banco ABN AMRO por pérdidas que sufrieron compradores locales que invirtieron en derivados de créditos destinados a ser muy seguros. Se trata de “constant proportion debt obligations” (CPDOs). S&P, siguiendo recomendaciones del ABN AMOR, calificó estos instrumentos como AAA, al mismo nivel que los bonos del gobierno estadounidense.</p>
<p>S&P niega que su calificación haya sido inapropiada y planea apelar la decisión. Pero la evidencia ante la corte sugiere que un grupo de analistas ha sido burlado por los banqueros. También indican una alarmante falta de curiosidad por parte de los analistas de S&P y un deseo de cubrir las fallas de la firma aún cuando estaban preocupados por una crisis en el rubro de los CPDO. En vez de alertar a los inversores que habían cometido un error, la corte encontró que S&P seguía manteniendo excelente opinión sobre los CPDO de ABN AMRO.</p>
<p>No hay nada que indique que la conducta de estos analistas sea una norma de la empresa. Sería un error atribuir todas las calificaciones que resultaron equivocadas a negligencia. Hacer predicciones es difícil. Pero el caso australiano representa un desafío a la defensa sostenida por S&P y otras agencias (Moody’s y Fitch son las otras dos grandes) que enfrentan unos 40 casos de juicio por negligencia en todo el mundo. Estas agencias argumentan que las calificaciones son opiniones y están protegidas por la libertad de expresión y sólo inversionistas imprudentes toman decisiones basadas solamente en estas calificaciones. Esta defensa ha resultado exitosa en muchos casos en EEUU. Y analistas y abogados sostienen que el caso en Australia no va a prosperar. Pero el razonamiento en el caso australiano es persuasivo. El juez argumenta que las agencias de crédito no pueden lavarse las manos de la responsabilidad de calificar y luego provocar una gran pérdida. Según el juez la calificación de estas agencias es parte fundamental de la potencial de los datos que llevan a tomar la decisión a un inversionista.</p>
<p>La tendencia de los inversionistas a apoyarse en las calificaciones es reforzada por el privilegiado acceso que tienen estas agencias a la información. Ayudaría si los organismos encargados de regular forzaran a los emisores de bonos a proveer más información. Esto daría a los inversionistas mayor capacidad para tomar sus propias decisiones y permitiría a las agencias mayor competencia para ofrecer un mejor análisis que fuera útil para los inversionistas más que para los emisores.</p>
Juicio a calificadora de riesgo en Australia
Standard & Poors enfrenta un juicio en Australia por no haber calificado profesionalmente unos instrumentos que provocaron graves pérdidas a inversionistas.