domingo, 7 de diciembre de 2025

El envejecimiento global redefine la economía del trabajo y las pensiones

Un estudio del Pension Research Council, de la Wharton School, advierte que el envejecimiento poblacional no implica necesariamente una pérdida de crecimiento. La prolongación de la vida laboral, la adopción tecnológica y el rediseño de los sistemas previsionales podrían generar un nuevo equilibrio entre longevidad y productividad.

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La transición demográfica y su impacto económico

El envejecimiento poblacional es un fenómeno irreversible que afecta tanto a las economías avanzadas como a los países en desarrollo. De acuerdo con el informe Global Aging and Growth: Is There a Silver Dividend?, elaborado por Donghyun Park (Banco Asiático de Desarrollo) y Kwanho Shin (Universidad de Corea) para el Pension Research Council de la Wharton School (2025), la proporción de personas mayores de 65 años se incrementará de forma sostenida durante las próximas décadas, incluso en regiones actualmente jóvenes.

Según las proyecciones de Naciones Unidas (2024), hacia fines del siglo XXI casi todos los países del mundo tendrán tasas de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo. Este cambio demográfico, tradicionalmente asociado a un menor crecimiento, plantea nuevos desafíos para la estructura del empleo, los sistemas de pensiones y la productividad global.

Los autores destacan que los efectos del envejecimiento sobre el crecimiento económico son altamente no lineales. El impacto negativo se concentra en las economías más desarrolladas, mientras que en los países en desarrollo el efecto es más limitado y, en algunos casos, compensado por un aumento de la participación laboral de los adultos mayores.

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El concepto de “dividendo plateado”

La investigación introduce el concepto de silver dividend o “dividendo plateado”, entendido como los beneficios económicos derivados de una vida laboral más prolongada. A medida que la esperanza de vida aumenta y la salud de las personas mayores mejora, se amplía la posibilidad de extender la participación en el mercado laboral más allá de la edad tradicional de retiro.

En la práctica, el dividendo plateado se manifiesta en la capacidad de los trabajadores mayores para seguir contribuyendo al producto y al financiamiento de los sistemas previsionales. Park y Shin citan el caso de Japón, donde la permanencia de adultos mayores en la fuerza laboral podría elevar el PIB real entre 3% y 6%, dependiendo de los niveles salariales.

El estudio sostiene que el efecto compensatorio de este fenómeno depende de tres condiciones estructurales: mayor esperanza de vida, mejor capital humano y apertura comercial. Estas variables amplifican la capacidad de las economías para mitigar la reducción del trabajo joven mediante la retención de mano de obra experimentada.

Canales de transmisión del envejecimiento

El impacto del envejecimiento sobre el crecimiento no se limita al tamaño de la población activa. Park y Shin identifican seis canales principales a través de los cuales la demografía incide en la actividad económica:

  1. 1. acumulación de capital físico,
  2. 2. acumulación de capital humano,
  3. 3. horas trabajadas,
  4. 4. tasa de participación laboral,
  5. 5. composición etaria de la población,
  6. 6. productividad total de los factores (PTF).

El análisis empírico abarca 166 países entre 1960 y 2019 y se apoya en datos del Penn World Table, el Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo.

De acuerdo con los resultados, el canal más relevante es la productividad total de los factores, responsable de más de la mitad del impacto negativo del envejecimiento sobre el crecimiento. En otras palabras, la desaceleración de la productividad explica más que la reducción del número de trabajadores.

Los autores advierten que, aunque la menor proporción de población en edad laboral genera un “déficit demográfico”, este efecto puede ser compensado por un aumento de la participación laboral de los mayores de 65 años. Dicho aumento constituye la manifestación empírica del silver dividend.

Productividad y tecnología en economías que envejecen

El estudio subraya que la pérdida de dinamismo productivo no es un resultado inevitable del envejecimiento. En economías donde la automatización, la digitalización y la formación continua se integran en los procesos productivos, el efecto negativo se reduce significativamente.

La automatización, según trabajos previos de Acemoglu y Restrepo (2022), actúa como un sustituto parcial del trabajo humano en contextos de escasez de mano de obra. Park y Shin confirman esta hipótesis: las economías que invierten en tecnologías que complementan el trabajo de adultos mayores —como inteligencia artificial, robots asistenciales y sistemas digitales de capacitación— logran mantener o incluso aumentar su productividad total.

La tecnología cumple un doble papel: permite sostener la participación de trabajadores mayores y mejora la eficiencia general del sistema económico. Además, la difusión de empleos “amigables con la edad” —menos físicos y con horarios flexibles— ha favorecido la reinserción laboral de este segmento. En Estados Unidos, la proporción de personas de 65 años o más empleadas pasó del 11% en 1987 al 19% en 2023, según datos citados por los autores.

Sistemas previsionales y sostenibilidad fiscal

El envejecimiento también altera los fundamentos de los sistemas de pensiones. En la mayoría de los países, los regímenes fueron diseñados bajo supuestos demográficos de alta natalidad y menor esperanza de vida.

Con una población más longeva, la relación entre aportantes y beneficiarios se reduce, lo que incrementa las presiones fiscales y obliga a revisar las edades de retiro y las estructuras contributivas.

El silver dividend ofrece una vía de mitigación parcial: al prolongar la vida laboral, se amplía la base de cotización y se reduce la dependencia de transferencias públicas.

Sin embargo, la magnitud de este efecto depende del marco institucional. En países donde las políticas de empleo y formación para mayores son limitadas, el dividendo se atenúa.

El informe recomienda fortalecer los programas de capacitación y reentrenamiento, así como promover mecanismos de retiro flexible y esquemas de pensión mixtos —combinando reparto y capitalización— que incentiven la permanencia voluntaria en el trabajo.

Diferencias por tamaño y estructura del Estado

Uno de los hallazgos más relevantes del documento es la relación entre el impacto del envejecimiento y el tamaño del gobierno.

Cuando la magnitud del sector público se mide por el gasto de consumo del Estado en relación al PIB, los países con gobiernos más grandes presentan efectos negativos menores sobre el crecimiento.

Por el contrario, cuando la medida utilizada es la presión impositiva total, los efectos adversos del envejecimiento se acentúan, especialmente en las economías con altos impuestos al capital.

Los autores explican que los gobiernos con mayor gasto suelen ofrecer políticas de salud, educación y empleo sénior más efectivas, mientras que las economías con alta carga tributaria enfrentan desincentivos a la inversión y menor crecimiento de la productividad.

La estructura del trabajo en sociedades longevas

En las próximas décadas, el equilibrio entre generaciones redefinirá el mercado laboral. Los datos recopilados por Park y Shin muestran que, en países que aún conservan una estructura joven, el aumento del ratio de dependencia de mayores convive con una expansión de la población en edad de trabajar. En cambio, en las naciones más envejecidas, la proporción de trabajadores activos comenzará a disminuir.

Este cambio estructural obliga a revisar las políticas de inmigración, empleo femenino y formación profesional. Los países que logren integrar estas tres dimensiones podrán sostener tasas de crecimiento compatibles con el envejecimiento de su población.

Políticas para mantener el crecimiento

El estudio concluye que el envejecimiento afecta el crecimiento económico principalmente a través de la productividad, no del tamaño de la fuerza laboral. En consecuencia, las políticas públicas deben priorizar el fortalecimiento de la productividad total de los factores (PTF) mediante tres ejes:

  • Educación y capacitación continua, que permitan a los trabajadores mayores adaptarse a entornos tecnológicos en rápida evolución.
  • Inversión en salud y bienestar, para extender la vida activa y reducir el retiro prematuro.
  • Entornos laborales inclusivos y flexibles, que faciliten la compatibilidad entre experiencia y nuevas formas de trabajo.

En paralelo, los sistemas de pensiones deberán ajustarse a una realidad en la que la edad cronológica deja de ser un criterio suficiente para definir la capacidad laboral.

El envejecimiento poblacional es una transición demográfica global con efectos heterogéneos sobre la economía.

El trabajo del Pension Research Council muestra que la relación entre edad y crecimiento depende de múltiples factores: capital humano, tecnología, políticas públicas y diseño institucional.

En las economías que logren integrar estos elementos, la longevidad podrá coexistir con productividad sostenida y con sistemas previsionales financieramente viables.

 

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